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Flor Martino (26) soñó toda su vida con trabajar en el canal mexicano Televisa. Tanto fue así que un día, a finales del 2010, se puso a investigar y descubrió que existía el Centro de Estudios Actorales (CEA), en el que se forman la mayoría de los artistas de esta cadena mexicana de televisión. Unos 8000 candidatos de todo el mundo se presentan por año, de los cuales ingresan 40. “Generalmente, entre 20 y 22 alumnos culminan el curso, que dura tres años”, refiere.
Pidió el teléfono del canal en la Embajada de México, llamó y se anotó en el casting para extranjeros, que consiste, inicialmente, en enviar unas fotos del rostro y cuerpo, además de completar un formulario. “Primero te eligen por el físico”, cuenta. La escogieron y pasó para la segunda ronda. “Eso implicaba ir a México para el casting”. Viajó sola, por cinco días. Fue a Televisa, realizó la selección con muchas esperanzas, pero también con algunas dudas y regresó. “¡Pero luego de 15 días me avisaron que quedé!”.
A partir de ese momento, una tormenta de emociones asomó en su cabeza: felicidad, consternación, curiosidad, euforia. Todo junto. Le preocupaba cómo ir a México; no conocía nada ni a nadie. “Pero tengo una teoría: las oportunidades no hay que dejarlas pasar; cuando se presentan, hay que agarrarlas. Lo máximo que puede pasar es decir: ‘No me gustó, no me fue bien y regresé’. Pero hay que probar, arriesgarse y apartarse del miedo, que es una de las cosas que nos alejan del éxito”.
Dejó todo: la universidad en la que estaba estudiando Química. Vendió hasta su celular y se fue. “Me dije: ‘Ahora o nunca’”. Además, la habían ubicado en el segundo curso del CEA, que es muy difícil. Las clases se imparten de 8:00 a 20:00, pero aun así trabajaba en lo que podía, como promotora, modelo... Al tercer año, el CEA le ayudó con una pequeña beca. “Me dio mucha tristeza cuando acudí a varias entidades estatales en nuestro país y me negaron su apoyo. Es una lástima que los nuestros, a veces, no crean en uno y gente del extranjero te dé la mano. Acá no apostaron por mí”.
Asegura que si no hubiera tenido la valentía de ir a México, este sueño —que poco a poco se está cumpliendo— no hubiera sido posible. “Si yo no hubiera tenido para mi pasaje...”. Al culminar el curso, luego de dos años, Flor ya comenzó a participar en pequeños papeles en tevé, como: Amores verdaderos, Cachito de cielo, Corazón indomable, La mujer del vendaval, Mentir para vivir, hasta que llegó Libre para amarte, la telenovela del productor Emilio Larroza.
En principio, su personaje estaría solo en cuatro capítulos, pero tuvo tanto éxito que quedó hasta el final de la novela. Luego trabajó con los Mascabrothers —comediantes mexicanos— en Televisa Deportes, en una comedia para el Mundial 2014. Luego rodó una película para Cine Latino e hizo teatro en Acapulco.
Hasta que, nuevamente, Emilio Larroza anunció la realización de otra telenovela. Se llamó a casting y Flor se presentó para el personaje de Francisca, la villana de Amores con trampa. Compitió con cientos de chicas; entre ellas, la hija de la primera dama de México. “Y quedé con el papel. ¡Imaginate mi felicidad! Es una comedia y yo amo hacer comedias. Me gustó mucho mi personaje y lo exploté mucho”. Era su primer protagónico juvenil, un nuevo lanzamiento de la empresa. Transmitida por Univisión, fue la telenovela más vista por la comunidad latinoamericana en EE. UU. “También en Colombia, Guatemala, Uruguay, Argentina, en muchos países. Y aquí, que era lo que yo más quería”.
Adelanta que tiene muy buenas perspectivas de trabajo y muchas ofertas. Siempre hay mucho trabajo en México: cine, teatro, televisión. “Es el Hollywood latinoamericano. Pero hay que salir a buscar. No es porque una sea famosa le llueven los trabajos. ¡No! Terminó una tira y hay que empezar de cero. Me gustaría mucho hacer teatro”.
Como en todos lados, llevar una carrera artística no es fácil. Lo primero que piden es el cambio de acento, tarea nada fácil. “Imaginate que toda tu vida hables de una manera y que te digan: ‘No, aquí no funciona que hables así, porque si no, no trabajas’ y porque los extranjeros somos superperseguidos por el acento. Para mí, más que nada, es un compromiso con mi carrera para tener más trabajo”.
Y los hombres mexicanos, ¿te persiguen? “Son como en todas partes del mundo. Pero lo que tienen de bonito es que son muy caballeros, consienten mucho a la mujer”. ¿Hay algún novio? “¡No! Siempre digo: ‘Soltera, pero no sola’. Nunca falta alguien que te mime, pero mi principal enfoque es mi trabajo”.
Agradecimientos
Peinado: Su Coiffure.
Make up: Belén Brizuela.
mpalacios@abc.com.py
Fotos ABC Color/Gustavo Báez.