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El conocido periodista, crítico de arte, investigador cinematográfico, conductor de televisión y radio, “y ahora, con orgullo, flamante escritor”, Armando Rubin, seducido por el mundo de las letras, publicó en 2008 Lujuria criminal, una obra que conforma una trilogía que sigue con Cita con el terror. “Y que a fin de año se va a cerrar con otro volumen, siempre con la misma temática de terror, maldad, violencia y erotismo”, revela.
Acerca de esta nueva faceta en su vida profesional, comenta que escribir es para él una especie de terapia. Y cuenta que la misma pasión que tiene por el cine, la vuelca en la literatura. Luego de aproximadamente un año de trabajo, ahora presenta Cita con el terror, un volumen de 25 cuentos cortos con relatos que introducirán al lector a un mundo sórdido y macabro, en el que descubrirá el dolor, la tristeza, el duelo, la muerte, la venganza, el odio, la locura total. “Todas las miserias humanas de nuestra sociedad están retratadas en los cuentos”.
Admirador de Édgar Allan Poe y Stephen King, Rubin ubica sus relatos en sitios geográficos del Paraguay, lo que despierta aún más el interés por hurgar en la forma en la que su creador aborda temas criminológicos, para los cuales –indica– no se inspiró en nada especial. Además, revela que el título para el libro, Cita con el terror –que corresponde a uno de los cuentos–, “concentra la temática de la obra”.
¿Por qué aborda tópicos como el terror o los crímenes? “Mis cuentos están orientados no solamente a estos temas. Nuestra sociedad está inmersa dentro de la crueldad y las frustraciones, sedienta de provocar maldad, porque el mundo es muy cruel”, contesta.
Rubin destaca que le resulta un placer escribir. “No lo tomo como un trabajo. Yo escribo para volcar mis emociones, sentimientos y ciertas asignaturas pendientes”.
Respecto a cuál será la recepción de los lectores, señala que los que leyeron su primer libro, Lujuria criminal, notarán que su estilo narrativo se inclina hacia el miedo, el suspenso, el terror y la asfixia. “Los crímenes de ciertos cuentos esconden una doble moral de hipocresía y frustraciones. Hay también historias basadas en artistas de cine, por ejemplo, Grace Kelly, Edith Piaf, y una, Amor, sublime, amor, sobre Rod Hudson.
Nacido en Asunción, de padres argentinos, de abuelos paternos y maternos rusos. “Mi apellido no lleva acento. Es de origen polaco”, aclara. Acerca de sus planes sobre la escritura, comenta que en estos momentos está preparando su autobiografía: Armando mis memorias. “De la cual no se salva nadie, ni siquiera mi familia”.
mpalacios@abc.com.py