Cándido Pastor Bareiro Caballero

El tercer periodo constitucional de posguerra del 70 fue presidido por don Cándido Bareiro, quien inauguró su mandato el 25 de noviembre de 1878 y lo ejerció hasta el 4 de septiembre de 1880, fecha en que falleció.

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Tenía que sucederle el señor Adolfo Saguier, pero un golpe de Estado lo alejó del cargo.

El gabinete ministerial del presidente Bareiro lo integraron Juan Antonio Jara, en Hacienda; Bernardino Caballero, en Interior; José Segundo Decoud y José Antonio Bazarás, en Justicia, Culto e Instrucción Pública; Patricio Escobar y Pedro Duarte, en Guerra y Marina; y Benjamín Aceval y José Segundo Decoud, en Relaciones Exteriores.

Don Cándido fue un antiguo diplomático del gobierno lopizta que en la posguerra del 70 fue un importante líder político. Durante su gobierno, el Paraguay tomó posesión del territorio del Chaco otorgado por el laudo arbitral del presidente norteamericano Rutherford Hayes, Pedro Juan Aponte fue designado obispo del Paraguay, se adoptó el Código Penal argentino. Se firmó, además, el tratado Decoud-Quijarro, con Bolivia, pero no fue ratificado; se instaló la primera fábrica de hielo del país, etc. Un hecho bochornoso ocurrido durante su gobierno fue el aleve asesinato del expresidente Cirilo Antonio Rivarola.

Cándido Bareiro nació en Luque el 27 de octubre de 1833. Hijo de Luis Bareiro Montiel y Felipa Dolores Caballero Mayor, era nieto del prócer de la independencia Pedro Juan Cavallero.

Hermanos de don Cándido fueron Susana Eulalia (casada con Faustino Arza); Carlos José, Anunciación Catalina (casada con Isidoro Ortiz); Ascensión Dolores, Luis Nicanor (casado con Encarnación Pereira, tía de Manuel Gondra) y Juana Susana.

El señor Bareiro estuvo casado con Atanasia del Carmen Escato, con quien fue padre del poeta Francisco Luis Bareiro Escato.

El presidente Bareiro falleció 4 de septiembre de 1880.


En un cruce de caminos

Entre Paraguarí y el campamento de Cerro León, existe un lugar antiguamente conocido como "Encrucijada", por ser el mismo un lugar de intersección de varios caminos.

En ese lugar expiró el coronel Valois Rivarola, luego de varios días de agonía por las graves heridas que le infligieron en la batalla de Avay, el 11 de diciembre de 1868.

En Encrucijada, Rivarola murió el 21 de diciembre de aquel año.


El arma de la victoria

Una de las armas más eficaces utilizadas durante la guerra con Bolivia -de cuya firma de armisticio se cumplen en los próximos días un nuevo aniversario-, fue el fusil ametrallador Madsen, un arma que demostró su eficacia durante la guerra y que se ganó suficiente buena fama.

La aparición de armas con importantes innovaciones técnicas, que las hacían cada vez más letales, aunque con algunas limitaciones que las hacían o pesadas o poco manejables. Esto fue zanjado por el oficial de artillería danés Madsen en 1902, cuando juntamente con el técnico armero Schuboe, perfeccionaron un arma liviana (de solo ocho kilos) apoyada en un bípode plegable, que podía funcionar como una ametralladora pesada, pero que estaba dotada de un caño provisto de varias aletas de refrigeración, envainado dentro de un tubo de acero con varios orificios que permitían el paso del aire. Esta arma utilizaba la misma bala que el fusil de infantería y contaba con un cargador intercambiable de 32 balas.

En 1926, el Gobierno paraguayo adquirió una considerable cantidad de estos fusiles ametralladoras, a tal punto que cuando el ejército de 7.499 hombres que inició la marcha bajo las órdenes del coronel José F. Estigarribia el 7 de septiembre de 1932, disponía de unos 376 fusiles ametralladores Madsen (lo que equivalía a un fusil ametrallador cada 20 hombres).


Para el dolce far niente

Uno de los elementos que, como el maíz, la papa, el locote, el tomate, el chocolate y un montón de cosas más, América aportó al mundo, es la hamaca.

El 12 de octubre de 1492, nuestros continentes americanos entraron en la historia y, unos días después, la hamaca entraba en la historia grande.

Efectivamente, el 17 de octubre del mismo año, los hombres de Colón hicieron la primera descripción de este tan útil elemento. En la isla que llamaron Fernandina encontraron que las casas de los nativos "eran de dentro muy barridas y limpias, y sus camas y paramentos de cosas que son como redes de algodón"... Esa fue la primera mención a la hamaca que se conoce, aunque muy vaga, por cierto. Tuvieron que pasar 15 años para que el cronista español Gonzalo Fernández de Oviedo, en la "Historia General y Natural de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano", hiciera la primera descripción minuciosa de la hamaca: "una manta tejida en parte y en partes abierta".

La hamaca se originó en los grupos nativos pertenecientes a la cultura arawak o arahuaca -que se extiende por el norte de Sudamérica, es decir, en Venezuela, Colombia, Brasil y las Guayanas-. Luego se extendió por otras zonas tropicales y subtropicales, en todo el continente americano, desde México hasta el Paraguay. Después, se extendió a todo el continente, dio el gran salto y se hizo mundial.

La misma palabra que la define, hamaca, es de origen americano, haitiano, específicamente, y significa árbol, quizás porque desde un principio uno de los lugares preferidos para colgarlas era entre dos árboles, para aprovechar tanto la sombra como el fresco que estos producen.
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