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A tan solo 65 km de la capital salteña se encuentra el embalse o dique Cabra Corral, un sitio preferido por los salteños para disfrutar de un fin de semana. ¿Por qué? Porque allí todo es posible: pescar, saltar al vacío, buscar huellas indígenas, de dinosaurios y ¡hacer rafting! Indudablemente, este espejo de agua es el lugar ideal para el turismo alternativo y la práctica de deportes de agua: desde la navegación a vela, el esquí acuático, el kayak, pasando por los recorridos en motos de agua o catamarán, hasta tobogán de agua o rafting en los rápidos del río Juramento.
El rafting es una actividad que consiste en “navegar” en gomones y balsas en correntosas aguas. Quien vive esta experiencia disfruta de un paisaje único, de avistaje de aves y de las sensaciones que producen los rápidos ante los intentos de remos sincronizados en las “turbulentas” aguas para mantener la estabilidad y gobierno de la embarcación, que finalmente se superan con los mandos firmes y enérgicos del jefe que coordina todos los esfuerzos del equipo. Sí, porque es un deporte de equipo en el que todos los tripulantes aportan su fuerza para remar y controlan la estabilidad de la balsa orientando su peso en su interior. La balsa es propulsada con palas de canoa y, en ocasiones, por un par de remos de apoyo de gran envergadura que manejará el guía del grupo. Según el número de pasajeros, el guía puede ubicarse en el centro de la balsa y orientarla por medio de los dos remos largos antes mencionados, o bien puede hacerlo en las partes de adelante y de atrás de la embarcación. Los aventureros usan traje de neopreno, casco, la pala de la canoa y chaleco salvavidas. Este material es facilitado por la empresa de aventura y suele ir incluido en el precio marcado para esta actividad.
Definitivamente, es un entretenimiento apto para todo el mundo. Pone en contacto con la naturaleza de una forma directa, hace vivir intensas emociones y es una excelente oportunidad para liberarse de las preocupaciones cotidianas. Con unas nociones básicas, siempre importantes, y acompañados por guías profesionales, quien decide participar de esta aventura está listo para afrontar los rápidos. Claro que también hay momentos de calma y es cuando se pueden admirar increíbles paisajes naturales.
Hoy es uno de los reyes de los deportes de aventura por una serie de condiciones: es espectacular, transcurre en un medio físico que el hombre no controla, es un deporte de equipo y posibilita entrar en el mundo de las aguas bravas.
Desde la orilla, también es posible pescar truchas y algunos dorados, aunque los más grandes de esta última especie se encuentran en los diques que se forman aguas abajo. La pesca es igualmente uno de los deportes que más se practican desde grandes balsas o embarcaciones que flotan todo el día y que de noche resultan ideales precisamente para pescar entre amigos. Con la diversión también se conjuga la observación de huellas de dinosaurios y algas fósiles en la exploración de cuevas con pinturas rupestres ubicadas en la vecina localidad de Guachipas.
Otras disciplinas extremas y una de las más emblemáticas es el bungee jumping. Este es un nuevo deporte que consiste en lanzarse al vacío (en este caso, a las aguas del dique) atados a una soga elástica que permite vivir la sensación única de la caída libre. Cientos de fanáticos se dan cita la mayoría de los fines de semana del año para practicar la novedosa actividad.
De dónde viene el nombre Cabra Corral
Su denominación se debe al nombre que la empresa norteamericana encargada de los relevamientos topográficos ponía en sus carpetas para nombrar el proyecto: “Cabra Corral”, en vez de “Corral de Cabras”, que era verdaderamente como se llamaba la zona.
El complejo, construido entre los años l966 y 1972, estuvo a cargo de la empresa Panedille Hnos., integrada por capitales italianos y argentinos que lograron dar vida a uno de los complejos más grandes y más visitados de este rincón del planeta. Los hoteles no faltan, obviamente, así como los establecimientos gastronómicos, que esperan a los turistas con una amplia oferta de opciones que se adaptan al bolsillo y a los gustos.
Rosario de Lerma
Rosario de Lerma es una localidad que bien vale la pena conocer al pasar por la ciudad de Salta y sus alrededores. Llama la atención el Parque de la Salud construido en lo que alguna vez fue un basural. Tal como lo lee. El intendente, Sergio Omar Ramos, deja en claro que querer es poder, al convertir un lugar de desechos en una zona donde los lugareños se acercan a hacer deportes bajo la atenta supervisión de un personal trainer instalado en el lugar desde tempranas horas de la mañana hasta entrada la noche. El sitio también es ideal para realizar conciertos o simplemente como itinerario de disfrute con la familia. Todo un ejemplo.
Los hospedajes campestres son otro de los atractivos. El hotel Cerros de Terciopelo espera a los visitantes con una exquisita gastronomía y una demostración de destreza ecuestre en sus amplios campos. Es un hotel boutique que se levantó en una casona de más de ciento cincuenta años, con un entorno natural sensacional. Con estas propuestas culminan los atractivos que puede conocerse recorriendo Salta: Cafayate, Salinas Grandes, la Puna y Cabra Corral, claro.
Fotos: Nancy Duré Cáceres
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