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Unos 300 viveros ofrecen la mayor variedad de ejemplares autóctonos e injertados.La privilegiada cima de Cabañas, compañía de Caacupé, ofrece, además de una vista soñada, un ambiente propicio para la producción de plantas a nivel masivo. Esta característica sumada a los conocimientos proveídos por el Instituto Agronómico Nacional, desde la década de 1940, sellaron definitivamente al lugar como la cuna de las flores y la capital de los viveros.
Según los lugareños, en la actualidad son aproximadamente 300 viveros los que se dedican a la reproducción de plantas ornamentales, frutales, forestales y medicinales.
"Son núcleos de producción que ocupan a toda la familia", resalta Eri Valdez, paisajista formado en Brasil y dueño del vivero Erimar. Presume que "Cabañas es una de las compañías que más creció en las últimas décadas en la zona de Caacupé".
Con más de 15 mil habitantes, Cabañas cuenta actualmente con escuelas, colegios y una sede de la Universidad Nacional. "Por eso los jóvenes ya no necesitan salir de acá para estudiar y trabajar", agrega.
Desde su perspectiva y experiencia, el movimiento económico que genera la venta de plantas supera los mil millones de guaraníes mensuales. Esta es una de las razones que impulsó a varios productores a fundar recientemente la Cooperativa de Servicio y Producción Cuna de Flores, presidida por Rumilda Argüello.
A través de la cooperativa se proponen proveer de apoyo técnico y capacitación permanente para los viveristas, con miras a mejorar su producción y, sobre todo, elevar el nivel de comercialización.
El objetivo, añade Valdez, es la incorporación de tecnología de punta en la producción, "que nos permita ganar el mercado internacional con nuestras plantas". Sueña con contar con los mejores profesionales para formar la mayor cantidad de jóvenes que se dediquen, a nivel empresarial, a la producción y comercialización del producto para elevar la fama de Cabañas, de cuna de flores a principal centro de exportación de plantas desde el Paraguay.
Según los lugareños, en la actualidad son aproximadamente 300 viveros los que se dedican a la reproducción de plantas ornamentales, frutales, forestales y medicinales.
"Son núcleos de producción que ocupan a toda la familia", resalta Eri Valdez, paisajista formado en Brasil y dueño del vivero Erimar. Presume que "Cabañas es una de las compañías que más creció en las últimas décadas en la zona de Caacupé".
Con más de 15 mil habitantes, Cabañas cuenta actualmente con escuelas, colegios y una sede de la Universidad Nacional. "Por eso los jóvenes ya no necesitan salir de acá para estudiar y trabajar", agrega.
Desde su perspectiva y experiencia, el movimiento económico que genera la venta de plantas supera los mil millones de guaraníes mensuales. Esta es una de las razones que impulsó a varios productores a fundar recientemente la Cooperativa de Servicio y Producción Cuna de Flores, presidida por Rumilda Argüello.
A través de la cooperativa se proponen proveer de apoyo técnico y capacitación permanente para los viveristas, con miras a mejorar su producción y, sobre todo, elevar el nivel de comercialización.
El objetivo, añade Valdez, es la incorporación de tecnología de punta en la producción, "que nos permita ganar el mercado internacional con nuestras plantas". Sueña con contar con los mejores profesionales para formar la mayor cantidad de jóvenes que se dediquen, a nivel empresarial, a la producción y comercialización del producto para elevar la fama de Cabañas, de cuna de flores a principal centro de exportación de plantas desde el Paraguay.