Budismo, la religión sin dios

Surgió en la India hace casi 2500 años, no tiene dios, pero pregona la eternidad del alma y la iluminación. Se le llama religión pacifista, siendo una de las pocas que no se impuso por la fuerza, a diferencia de otras. Tiene casi 500 millones de fieles. Es el budismo.

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La leyenda religiosa asegura que en una India multicultural con varios dioses a quienes adorar, un noble del siglo V antes de la era común, llamado Siddharta Gautama, se separó de su familia y de las comodidades de una familia y de sus posesiones materiales para ir en busca de la verdad y la paz eternas. Ese príncipe luego sería conocido como el Buda Sakayamuni. Alejado de todo, contemplando “las cuatro escenas” de sufrimiento del ser humano y renunciando a la vida mundana en plena juventud, Gautama experimentó un arrebato de sabiduría e iluminación. Buda significa “aquel que está plenamente despierto e iluminado”.

El budismo no es una religión monoteísta, sino no teísta; el Buda no es una deidad, sino un maestro iluminado, que combatió el politeísmo con su ejemplo y difusión en todo el subcontinente Índico. Murió a los 80 años, asegurando que todos los seres vivos poseen la misma naturaleza búdica, por lo que pueden ser iluminados con la práctica. Durante su prédica, el Buda formó una de las primeras órdenes monásticas del mundo, conocida como el Sangha; sus fieles venían de diversos estratos sociales y se les enseñaba a crecer espiritualmente. El maestro no quería fe ciega en sus creencias, sino la experimentación individual. Poco después de su muerte, se realizó el Primer Concilio Budista en Rajagcha, India, con el fin de recopilar y organizar las enseñanzas del Buda, conocidas como Dharma. Los discursos que forman parte de esos documentos son los llamados sutras. Recién en el Segundo Concilio Budista, que se llevó a cabo 100 años después de la muerte del maestro, se formaron las dos mayores tradiciones corrientes: la Theravada (difundida por India, Birmania, Sri Lanka, Tailandia, Laos, Camboaya y Malasia) y Mahayana (extendida por China, Tíbet, Mongolia, Japón y Corea). La primera sigue las enseñanzas del Canon pali (textos sagrados) y la segunda tomó los sutras. También está la tercera gran corriente que es la Vajrayana.

La importancia del karma

Aunque sean diferentes, las creencias básicas son importantes para todas las ramas. El karma juega un rol fundamental, ya que todas las personas son producto de la combinación entre materia y mente, y esto forma parte de un ciclo eterno de vida, muerte y renacimiento (reencarnación), hasta que finalmente se alcanza la iluminación. La reencarnación es una cadena viciosa que hay que romperlar con meditación y otras prácticas budistas. Para los budistas, el karma es cualquier actividad física, verbal o mental, y se equilibra en actos positivos y negativos. Uno no puede saber la cantidad de karma acumulado en vidas pasadas.

Para el budismo, las personas nacen en distintos tipos de seres, dependiendo de los buenos o malos actos en la vida anterior; de mayor a menor importancia, están: devas (dioses o maestros), asuras (semidioses), seres humanos, animales, pretas (fantasmas hambrientos) y seres infernales. Cada uno puede ascender mentalmente si lleva a cabo buenas acciones, compasión, bondad amorosa, etcétera.

Nirvana

A través de las buenas obras, entre ellas el amor hacia todos los seres vivos, los budistas creen que se alcanza finalmente la iluminación. Cuando esto ocurre, según los religiosos, se logra trascender el ciclo de muerte y de renacimiento para obtener el estado de nirvana, que no representa un lugar físico, sino que es un estado mental de perfecta felicidad y liberación. Uno se libera definitivamente de todo tipo de sufrimiento.

Para el budismo, el sufrimiento está asociado principalmente con las acciones de la mente, antes que con las del cuerpo, pero que hay un ciclo que se cumple, que es el eterno paso del nacimiento a la vejez, a la enfermedad y luego a la muerte. Las cuatro nobles verdades del budismo tienen que ver con esta concepción. Para superar aquello, esta religión milenaria propone el Óctuple Noble Sendero, que incluye: visión correcta, pensamiento correcto, habla correcta, acción correcta, vivir correcto, esfuerzo correcto, atención correcta y concentración correcta. También tiene seis perfecciones que indican el camino para lograr la paz y la felicidad definitivas. Para todo ello es necesaria la meditación, que consigue la purificación de la mente y la liberación.

No hay dioses

El budismo, a diferencia de los monoteísmos, no tiene dioses, por lo que es una religión no teísta. Sin embargo, tiene características similares a otras corrientes religiosas. Su figura principal es el Buda Sakyamuni, que enseñó el Dharme en la Tierra; luego se tiene al Buda Amitabba (de la luz infinita), el Buda Bhaisajya Guru (de la medicina), el Buda Maitreya (del futuro que habita en el cielo; es más conocido como el Buda feliz, por su figura redonda y sonriente), entre otros maestros.

Como es una religión no teísta, el budismo no reconoce el sacerdocio ni necesita del clero para entrar en contacto con “lo superior”. Para esta religión, no hay intermediaros entre el individuo y su propio destino. Sí hay monjes que deben servir como guías para encontrar la verdad y ayudar a los iniciados. En la actualidad, se cree que el número de budistas va de entre 400 a 500 millones de fieles en todo el mundo.

La simbología budista incluye a la flor de loto, porque representa la victoria de la iluminación frente a las raíces del mal y a la esvástica, con origen en el Sol y dotada del significado de la buena fortuna. Sin dudas, el elemento más conocido es el incienso, por su fácil acceso y uso. Para los budistas es más que esparcir fragancia; significa un vehículo que lleva las plegarias a los cielos, vinculando lo humano con lo sagrado, lo efímero con lo duradero.

Para los budistas, la práctica funeraria se realiza con solemnidad, pero no se estimula el luto, sino que se prepara un altar con la imagen de Buda, se ofrecen frutas y flores, y se quema incienso. Ocasionalmente, se pueden leer los sutras y la mayor parte de los fieles crema a sus muertos, aunque también se los puede enterrar.

Paraguay

El budismo en Paraguay está asentado desde la llegada de los taiwaneses en la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, recién comienzan a tener fuerza hace unos 20 años. No existe un registro claro de cuántos budistas paraguayos hay, ya que cientos de cristianos hacen prácticas budistas, pero sí hay varios templos en Asunción, Lambaré, Ciudad del Este y Encarnación.

El profesor Víctor Hung, del templo Fo Guang Shan de Lambaré, indicó que en su congregación asisten más de 100 budistas paraguayos y chinos, que practican yoga, kung fu, tai chi y meditación; además de tener estudios sobre el budismo. Indicó que cualquier persona de otra religión puede acudir al templo y aprender más de esta filosofía, ya que casi todos los servicios son gratuitos.

Por su parte, el maestro Han Shan, de la Chan Tang (sala de meditación) de Recoleta de Asunción, señaló que en Paraguay no hay rechazo o discriminación al budismo, sino un gran desconocimiento. Expresó que, sin embargo, hay buen recibimiento por parte de las personas que se introducen en su mundo para experimentar otras formas de religión. “La gente se acerca al budismo porque ya experimentaron el cristianismo u otras religiones y estas no le llenaron”, señaló Shan.

Sepa más

Templo Fo Guang Shan: (021) 492-425

www.templobudistafgspy.com

Chan Tang de Recoleta: (0981) 583-258

http://www.nsparaguay.org/blog

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