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Boteco del Santoró ofrece todas las comodidades a quienes eligen este punto, ya sea como una opción de descanso o de diversión. El lugar está ubicado en un entorno natural de jardines con alma, “armados” por la dueña, María Cristina Díaz de Van Humbeeck. Juntó su pasión por la naturaleza y sus estudios de paisajismo y convirtió a Boteco del Santoró en un vergel florido. Orquídeas en las palmeras, frondosas azaleas, lapachos y otras variedades se yerguen en la propiedad, para dar sombra o alegrar la vista de los visitantes.
Las actividades de esparcimiento no faltan. Se puede jugar al fútbol o al vóley, organizar campamentos o disfrutar de las piscinas ubicadas en puntos estratégicos. Los quinchos, comedores y habitaciones cuentan con muebles adecuados. Las hamacas mecedoras tampoco faltan en el paisaje campestre.
Así, lo que fue una casa familiar de descanso se expandió ante los pedidos de amigos y extraños para disfrutar del lugar. “En principio venían mis hijos con los compañeros del colegio a organizar campamentos. Esta actividad se extendió a otros colegios y fuimos creciendo en este aspecto. Después ya tuvimos la necesidad de ampliar las instalaciones ante la demanda y agregamos más habitaciones, más comodidades. Actualmente, contamos con seis habitaciones y una cabaña con capacidad para 15 personas, además de un salón multiuso”, explica María Cristina.
No tardaron en sumarse otras actividades como talleres, jornadas empresariales, eventos de aniversarios, cumpleaños, bodas, almuerzos, cenas, y hoy Boteco del Santoró es una opción para el turismo, el descanso, la diversión y el trabajo. “Abrimos nuestras puertas y ofrecemos confort y calidad. Además, los huéspedes también pueden desplazarse a otros lugares de interés turístico de la región como San Bernardino, Atyrá, Ypacaraí. Pueden elegir un camino con la familia, con los amigos; aprender sobre la fauna, la flora, la artesanía o disfrutar de la puesta del sol en el horizonte, escuchar los sonidos de los pájaros en su entorno natural”, grafica la propietaria.
Y por la noche, arrullado por la tranquilidad, puede admirar el cielo lleno de estrellas, para dar paz a su espíritu. El costo es de G. 150.000 por persona con desayuno incluido. La cabaña con capacidad para 15 personas es de G. 900.000 por día. Si todavía no sabe adónde va a ir de vacaciones, este puede ser un buen destino.
Al ser la ciudad de Altos una comunidad con gran número de inmigrantes alemanes e italianos, siempre están presentes las jornadas con comidas típicas de esos lares. “Los extranjeros asentados en Altos celebran fechas especiales de sus países, con comidas típicas o juegos y es abierto al público. Tratan de no perder sus raíces y, a la vez, aprendemos características de otros territorios”, expresa María Cristina.
Pero la especialidad de la casa son los asados, los bifes de chorizo. “Es una tradición. Pueden acercarse y almorzar un rico asado, con ensaladas varias y otras delicias. El asador, que es mi marido, le pone cariño y unos aderezos para darle más sabor”, comenta.
Y en este punto es que entra a tallar el nombre del establecimiento turístico: Boteco del Santoró. “Boteco es un nombre brasilero que significa bar. Cuando vacacionábamos en casa de unos parientes que tenemos en el Brasil, siempre escuchaba esta palabra y me gustaba. Significa bar. Ahora, lo del Santoró es en honor al dueño de casa, mi esposo”, cuenta sonriendo María Cristina.
Sin embargo, el lugar es encantador y tranquilo, atendido con especial cariño por sus dueños, quienes brindan una atención personalizada y hacen sentir muy cómodos a sus huéspedes. “Les invitamos a que vengan. Altos es una ciudad hermosa, con vistas maravillosas, ideal para escapar de las presiones de la vida diaria y sumergirse en la paz y la tranquilidad de los paisajes del campo”, expresa.
El paisaje rural proporciona el escenario perfecto para una gran variedad de actividades de aventura y para descansar. Lejos de la ciudad, los complejos turísticos como Boteco del Santoró permiten gozar de una experiencia auténtica y la oportunidad de descansar realmente.
ndure@abc.com.py