Boom del diseño gráfico

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João Baptista da Costa Aguiar visitó Asunción para la apertura de su exposición en el Centro Cultural de la Embajada del Brasil, donde se vieron los trabajos de sus más de 30 años de carrera. La muestra, en la que se ven diseños de portadas de libros y también afiches, estará abierta hasta el día de hoy en Eligio Ayala c/Perú.

 

El diseñador paulista vino a exponer en nuestro país gracias a una invitación de la Embajada de Brasil, en Paraguay. "Es la primera vez que vengo; Asunción me parece muy simpática. En algunos aspectos, muy parecida con algunos barrios de São Paulo. En la parte que se ve, tenemos la misma belle epoque; una arquitectura muy ecléctica. Aunque he tenido poco tiempo todavía para verla", señala.

Da Costa llegó a nuestra ciudad el domingo 27 de setiembre, y desde ese momento se abocó de lleno —puesto que se encargó personalmente de cada detalle— a la preparación de la muestra.

-Actualmente hay una especie de boom del diseño gráfico.

-Sí (el boom) es en Latinoamérica en general; estuve en Bogotá hace poco, por ejemplo, y allá también hay un gran interés. Lo percibo en toda América Latina; hay mucho intercambio de información. Es evidente que el diseño gráfico es un gran soporte para ese intercambio. Y si América Latina, en vez de "globalizara", se "latinoamericanizara", el diseño gráfico sería un gran vehículo para ello. Converso con muchas escuelas de diseño gráfico, aquí y en Bogotá; Argentina tiene excelentes escuelas; Chile, también. El diseño gráfico latinoamericano tiene muy buena fama.

Años 70

El diseñador paulista estudió dibujo y pintura en la Fundación Armando Alvares Penteado. "Y con solo 19 años, ya había participado en la

Bienal de São Paulo, en una muestra internacional muy importante", cuenta. Allí también obtuvo su primer premio. En 1970 comenzó a trabajar en artes gráficas en la Editorial Abril, como asistente de arte de las revistas Claudia y Realidade. "Y en 1973 abrí mi propio estudio", añade. Luego fue contratado como director artístico de Vogue, Brasil, en São Paulo, cuando esta revista comenzó a editarse en 1976.

"Mas, a fines de  los años 70 abandoné esa parte comercial del diseño gráfico y pasé a dedicarme a proyectos culturales",  explica.

-¿Por qué el cambio?

-Porque trabajar con la cultura es lo que siempre me gustó. No tenés las limitaciones de un diseño comercial, detrás del cual hay un cliente.

-¿Es más creativo?

-El cliente de la cultura es menos visible, menos incisivo, se entromete menos que un cliente de moda o de publicación sobre moda.

-Concede más libertad para expresar la creatividad...

-Sí, el campo ese más rico. Por ejemplo, hoy estoy trabajando en un libro sobre un tema, pero mañana en un libro acerca de la familia real en
el Brasil.

Da Costa destaca que una de las ventajas de este trabajo es el dinamismo, y sostiene que el diseñador debe saber, sobre todo, acerca de cultura general. "Por ejemplo, debe saber que la I Guerra Mundial comenzó en 1914, y también un poco sobre las Cruzadas (risas). Es decir, saber un poco de todo, y especialmente, sobre lo que va a trabajar".

Las portadas

También en esa época (década del 70) Da Costa inicia el trabajo de diseño editorial y creación de tapas de libros para diversas editoras brasileras.

-¿Por qué portadas para libros?

-¿Por qué portada de libros?... Bueno, porque el diseño de un periódico o revista dura una semana, quince días, un mes; es decir, un tiempo; en cambio la portada de un libro dura para siempre. Es una cosa que permanece; su manifestación como arte dura mucho más.

A la par del diseño de tapas de libros, trabajó como asesor de Comunicación Visual de la Prefectura de São Paulo  entre 1989-1992, donde realizó diversos proyectos, entre los cuales están la creación del logotipo de la ciudad, la creación de la identidad visual de la Secretaria Municipal de Cultura, estandarización visual de la flota de ómnibus de transporte público de la ciudad y otros. "Estuve en la época en que la Prefectura estaba a cargo de Luíza Erundina, que era del Partido de los Trabajadores, el mismo del presidente Lula, y fue una de las primeras administraciones importantes de ese partido. Fue la primera de las grandes ciudades que tuvo como administradora a una mujer y nordestina. Así también, fue elegida para ser Secretaria Municipal de Cultura, una filósofa, una mujer brillante llamada Marilena Chauí, una profesora de filología, y me llamaron para trabajar con ella, en su Secretaría, pero luego pasé a realizar trabajos para la ciudad. Hice la marca administrativa  (logotipo) de la ciudad, proyectos de estandarización visual de la flota de ómnibus de transporte, entre otras cosas", recuerda.

Experiencia gratificante

El diseñador califica su experiencia en la Prefectura como gratificante, porque le permitió sentirse más útil a la ciudad en la que nació, creció y sigue viviendo. "Llegó al punto que cuando subía a un taxi, un autobús o iba al Teatro Municipal, yo veía mi trabajo en todas partes. Todo tenía mi cara; la ciudad se había vuelto mi casa (risas). Pero duró solo cuatro años", rememora, casi con nostalgia en la voz. Como en todas partes cuando hay cambio, el nuevo Prefecto desechó todo lo realizado por la administración anterior. "El lo destruyó todo", apunta.

Entre sus trabajos también se encuentra el rediseño y supervisión de las tapas de la serie de libros policiales de la Editora Companhia das Letras, del Brasil.

-¿Cómo fue trabajar en el diseño de libros policiales?

-Muy interesante. Es una serie, que inclusive está aquí en exposición, a la que le cambié el estilo; es decir, junté la imagen del libro policial con el cine b americano, en blanco y negro, del filme policial. Son dos momentos, porque diez años después rehice el mismo trabajo con la misma serie, sin perder el espíritu inicial.

En 1985 asistió como artista residente en la Universidad Estadual de Campinas, donde participó de la creación e implantación del Núcleo de Desarrollo de la Creatividad. "En la Universidad de Campinas tienen un programa, que se llama ‘Programa del Artista residente’, y yo fui invitado a presentar un proyecto que consiste en que la comunidad universitaria dialogue con el público fuera de la universidad. Es decir, que los artistas residan en la universidad por un periodo de tiempo, seis meses, se involucren en los proyectos de la universidad e intercambien experiencias con los alumnos de las diferentes carreras. Mi trabajo consistió en desarrollar la creatividad y participar en el proceso creativo. Desarrollé un proyecto de habitación popular que abarcaba varias ciudades. Allí había varios laboratorios; por ejemplo, un laboratorio de traducción. El poeta José Paulo Paes creó una oficina de traducción con los alumnos, y un laboratorio de imagen, que yo coordiné. Era un trabajo de coordinación de los laboratorios de todas las carreras; por ejemplo, en la Facultad de Medicina le poníamos música a los estudios de resonancia, ecografías, etc. Fue una experiencia muy interesante".

El punto más alto

-¿Cuál diría que fue el punto más alto de tu carrera?

-El del la Prefectura de São Paulo; aunque no el más alto, sino el más desafiante, más dinámico. São Paulo tenía en esa época doce millones de habitantes, mucha gente.

-El doble de lo que tenemos hoy acá.

-Es difícil de imaginar tanta gente. Es el trabajo más desafiante en toda mi carrera.

-Ha obtenido muchos premios, ¿cuál fue el más gratificante?

-Fue el del afiche "Violencia. Es posible vivir sin ella", que fue premiado en São Paulo dos veces, en la Bienal Brasileira de Design, en Curitiba; también en la Bienal Internacional del Cartel en México; y también en Les silos-maison du livre et de l’affiche Chaumont, Francia.

João Baptista cuenta que uno de sus últimos trabajos fue hacer una revista de música, que también se encuentra en la exposición. "Ya se hizo dos números, pero no se sabe si saldrá el tercero".

-Después de treinta años de carrera en que abarcó casi todas las áreas del diseño gráfico, ¿le queda algún sueño que cumplir?

-Mi gran sueño es hacer una revista sobre la ciudad de São Paulo —algo así como el New Yorker—, sobre la cultura de la ciudad. São Paulo tiene grandes desafíos visuales, porque es una ciudad que no tiene identidad, una marca específica. Si uno va a Roma, tiene el Coliseo; París, la Torre Eiffel; Río tiene el Cristo Redentor. Todas tienen, pero São Paulo, no; tiene muchas marcas. Y esa es mi frustración, que São Paulo no tenga una marca que lo identifique.

-Evidentemente, un enamorado de su ciudad.

-Sí, me gusta mucho.

São Paulo no tiene una marca que lo identifique, pero tiene uno de los diseñadores más creativos del Brasil, quien, sin dudas, le encontrará una marca.  

Premios

Prêmio Jabuti Capa de livro-finalista (2009)

Prêmio Jabuti Capa de livro-finalista (2005)

Prêmio Jabuti Capa de livro-finalista (2001)

Prêmio Abigraf (1995)

II Bienal Brasileira de Design (1992)

Prêmio "Classic" de Artes Gráficas (1991)

Prêmio "Classic" de Artes Gráficas (1990)

I Bienal Brasileira de Design (1990)

IV Anuário do Clube de Criação de São Paulo (1978)

IV e V Anuais de Artes Plásticas do Museu de Arte Brasileira, São Paulo-SP (1968 e 1969)

 

FOTOS: ABC Color/Claudio Ocampo

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