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En mayo de 2012, Laurent Simon (39) aterrizó desde su Francia natal a tierras canadienses para empezar un peculiar recorrido por tierras americanas a bordo de su bicicleta. Es que, aunque lleve 20 años viajando en dos ruedas por diversos rincones del mundo, este viaje en el que, coincidentemente, le tocó pasar por el Paraguay es muy especial para él. La razón: viaja como embajador de la fundación Plan Internacional, difundiendo y promoviendo los derechos de los niños en todos los lugares que visita.
Pasando por más de 10 países, diferentes tipos de terrenos y temperaturas a los que se tuvo que enfrentar durmiendo en campings, estaciones de buses, casas de familia y alojamientos de bajo costo, Laurent ingresó a nuestro país por el Chaco. En pleno diciembre, con sensaciones térmicas que rondaban los 40 ºC, el camino se hizo difícil, pero enseguida pudo “refrescarse” con la cordialidad paraguaya.
“Desde los primeros kilómetros del Paraguay pude notar algo diferente: la gente saludaba, se acercaba a preguntarme si tenía un lugar donde quedarme. Uno cuando viaja mucho tiempo desarrolla cierta habilidad para saber cuándo las personas están siendo sinceras, y desde el principio fue así. Estuve en el Chaco 10 días hasta llegar a Asunción”.
Durante su visita a nuestra redacción, Laurent habló y destacó en varias ocasiones la cordialidad paraguaya y capacidad de compartir, aun en los momentos más difíciles. Desde su entrada a la ciudad capital se encontró con las diversas casitas provisorias de los afectados por la crecida del río Paraguay. Fue una impresión muy fuerte. “Ellos habían perdido casi todo lo que tenían. Fuimos al bañado donde debía dar unas charlas sobre la labor de Plan Paraguay, que finalmente suspendimos por esta terrible situación, pero, a pesar de eso, me recibieron con sonrisas cálidas y fueron muy amables. Esas son impresiones que llegan al alma”.
Laurent llegó hasta aquí por su sueño de recorrer el mundo, una ilusión que acarició desde muy joven y empezó a hacer realidad hace dos décadas en las que viaja por etapas trimestrales. Luego debe volver a su país. El viaje lo financia con la renta de un pequeño departamento que adquirió antes de salir a viajar. “Cuando empecé con esto, me di cuenta de que no necesitaba nada más. Viajando en bicicleta se puede ahorrar mucho y tener mucho contacto con la gente local”.
Cuenta, además, que desde que empezó esta aventura en Canadá a mucha gente le pareció extraordinario lo que hace. “Para mí, no es increíble recorrer el mundo en una bicicleta y pienso que puede hacerlo cualquiera. Entonces, pensé que si tengo la posibilidad de vivir mi sueño, debería también retribuir al mundo todo lo que me da y, como conocía Plan, me puse en contacto con la organización que me dio su visto bueno. Desde entonces vengo aportando mi grano de arena en cada país en el que Plan tiene base”.
La forma de recaudar fondos para sus donaciones es con la venta de pulseritas de goma coloridas. Con todo lo que junta realiza la entrega que nunca es en efectivo, sino con la compra de los artículos cuya necesidad sea prioritaria. “Por ejemplo, en Colombia adquirimos una máquina soldadora para un colegio técnico en el que no tenían elementos para aprender nada, en Honduras fueron juguetes para los niños y en Haiti, donde los niños se sentaban a ambos lados de la mesa sin ningún papel o lápiz para escribir, obviamente compramos útiles escolares”.
Antes de culminar la etapa guaraní de su travesía, el pasado 23 de diciembre, Laurent compartió una jornada en la carpa Añua, o espacio de la Alegría, que Plan Internacional habilitó en el albergue temporal R. I. 14, donde unos 160 niños de hasta siete años reciben atención médica, merienda, protección y aprenden jugando. En la ocasión, el viajero donó un lote de juguetes didácticos.
En el blog que utiliza para hablar de su viaje y de las acciones de la organización (lapetitrosedesvents.blogspot.com), Laurent se refirió a su paso por nuestro país diciendo: “Mi maratón paraguaya termina después de casi tres semanas de trabajo, reuniones, eventos y, sobre todo, emociones. En total he visitado seis comunidades, completando siete bicicleteadas y le sacamos sonrisas a cientos de niños. Esa es mi satisfacción”.
Su viaje sigue en Argentina, adonde fue con la alegría de las emociones vividas, recuerdos que guardará con cariño para siempre.
mbareiro@abc.com.py