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La madera de bambú es una de las más sostenibles del planeta debido a su alto crecimiento. Este tipo de madera crece a un ritmo cuatro veces superior que las demás, por lo que se considera un recurso con alta capacidad renovable. Es una materia prima perfecta para proyectos, según los entendidos.
En Tañarandy, Misiones, Sindulfo Silva también lo entiende así y le saca provecho a esta opción. Fabrica y produce muebles y accesorios para decorar la casa o la oficina y expone en su local “Takuavera Bambú”.
Desde hace ocho años se dedica a este menester y exporta al Brasil con excelente aceptación. “No hay nada que no pueda hacer”, expresa con orgullo Sindulfo. Desde sillones, portarretratos, mesas, colgantes, veladores, percheros, portavinos, exhibidores, camas o mesas hasta casas salen de sus manos. Su ingenio es amplio y creativo. “Es un material noble que permite realizar muebles y objetos de decoración sin límites”, explica en guaraní Sindulfo.
Además, es muy resistente. Mucho más que otros tipos de madera. Es flexible y relativamente fácil de manipular. Claro que, para llegar a la perfección o darle el acabado deseado, requiere de todo un proceso y para que se mantengan por años también. El proceso, del que habla Sindulfo, le hace más duradero y brinda protección contra la humedad y los insectos.
Realmente el bambú es un material excelente para fabricar muebles. Como las maderas duras, el corte muestra una veta muy atractiva y puede recibir tinte y barniz. Es versátil y fácil de trabajar. Al ser hueco, es liviano, pero su estructura fibrosa lo vuelve resistente. Es más duro que el nogal y más estable que el roble. Puede resistir años de uso y tormento. “Hay diversas maneras de curar el bambú para tener estos resultados de durabilidad y diseño”, afirma el artesano.
Y él se las sabe todas, porque sus creaciones son para uso diario, no meramente como objeto decorativo. “El doblado, el acabado, los colores, el encastrado; todo tiene su proceso”, cuenta con orgullo. “Yo aprendí trabajando en una mueblería que se dedicaba a esta fabricación, después ya me abrí camino y ahora me pueden encontrar en Tañarandy para hacer sus pedidos”, dice con una amplia sonrisa.
A través del Instituto Paraguayo de Artesanía, Sindulfo pudo llevar sus muebles al Brasil, aunque ahora ya no tanto porque “ijetu’ueterei”, entonces ofrece sus trabajos por Asunción y el interior del país. Está muy contento con la repercusión de sus obras. “Es una puerta para progresar, hacer conocer nuestro trabajo en otros países y en el nuestro. Gracias a Dios, gusta mucho y vamos a seguir mejorando la calidad; me voy capacitando para eso. No hay que quedarse atrás”, agrega.
Cuenta también que el bambú se utiliza en sus primeros años de vida. “No es que se pueda usar cuando uno quiere nomás, tiene su tiempo para hacer muebles”. Además, la gran variedad de tamaños y grosores en los tallos facilita su selección para los tipos de muebles que se van a realizar. Sindulfo reitera que se puede fabricar “de todo”. Cunas, revisteros, cortinas, sillas, mesas, juegos de salas, camas, portaplanteras, percheros, pantallas para lámparas, juegos de comedor, champañera y lo que el cliente desee. “Es la planta del futuro, es fuente de trabajo y dinero”, anuncia.
Sobre los cuidados. Los muebles de exterior de madera de bambú pueden ser lavados con detergentes suaves cada tanto. A los de interior hay que sacarles el polvo regularmente. También es importante remover las manchas para que no se instalen en las vetas. Y si están ubicados en un lugar muy húmedo, tienen que recibir un tratamiento antimoho. Y para el brillo, con una fina capa de cera líquida basta. No hay que usar elementos de limpiezas abrasivos. Para no rayar es mejor levantar los muebles y no arrastrar, pero tampoco es problema porque frotando suavemente el área con un papel de lija de grano fino y después con un poco de cera recupera el brillo.
¿De dónde proviene? El bambú es originario de China, pero puede crecer en cualquier lugar del mundo. Es una hierba, no un árbol y tiene un extenso sistema de raíces que protegen el suelo de la erosión. También crece rápidamente y puede llegar a una altura de 30 m. El bambú se regenera a partir de los “hijos” de los tallos cortados. Y muchos, conscientes de la necesidad de protección del medioambiente, eligen esta alternativa como material sustentable para la fabricación o construcción. A más de ser un producto natural, flexible, de más de mil usos, que evita la deforestación, alimenta, viste, abriga, construye, enriquece la tierra, también permite al hombre “trabajar y ganar dinero”.
Sepa más
Tel: (0985) 181-356
Oro verde
“La planta del bambú es el oro verde del hombre pobre: una persona puede estar en una casa de bambú bajo un techo de bambú, sentado en una silla frente a una mesa hechas del mismo bambú, con un sombrero de bambú en la cabeza y calzando sandalias de bambú. Al mismo tiempo puede sostener con una mano un plato de bambú y en la otra, bastoncitos de bambú que le servirán para comer retoños de bambú. Después de haber consumido su almuerzo, cocinado sobre un fuego alimentado por la combustión del bambú, la mesa podría limpiarse con un paño de fibras de bambú, mientras se refresca con un abanico de bambú. También dormir la siesta en una cama sobre un colchón y una almohada hechos de bambú. Al despertar podría fumar en una pipa de bambú y escribir con una pluma de bambú sobre papel de bambú, para después llevar al periódico sus artículos en cestas de bambú sostenidas con una asta de bambú, cubriéndose con una sombrilla de bambú. Podría atravesar un puente suspendido construido exclusivamente de bambú, beber agua de un tubo de bambú y secarse la cara con un pañuelo obtenido con las fibras del bambú”. (Atal Bihari Vajpayee, ex primer ministro de la India).
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