Asimov: El humano más robot

¿Un mundo con robots? ¿Es eso posible? Al menos Isaac Asimov así lo concebía con un estilo propio dentro de la literatura tecnocientífica que llegó a divulgar, constituyéndose en uno de los principales difusores en el siglo pasado.

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2057

Cargando...

En la misma semana que el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) anunciaba el lanzamiento de un proyecto para tratar de llevar el poder de los robots a la gente de la calle, se recordaban los 20 años de la muerte de Isaac Asimov, bioquímico, literato tecnológico y divulgador de la ciencia.

El objetivo del programa del MIT, en el que trabajan también investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de Pensilvania, es poner a punto ciertas tecnologías utilizadas desde la computadora que permitan a una persona sin formación técnica concebir, personalizar e imprimir en 3D un robot en unas pocas horas. El proyecto tiene un costo de USD 10 millones y duraría unos cinco años.

Gracias a los avances de distintas universidades a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y comienzos del XXI, hoy se cuenta con robots que ensamblan automóviles, operan en los quirófanos y reemplazan ciertas partes del cuerpo humano. Incluso, hay robots espaciales que se encargan de solucionar problemas de la Estación Espacial Internacional, bajo condiciones adversas a las que no puede enfrentarse ningún astronauta.

El término robot (Esta palabra universalmente conocida proviene del vocablo robota, que en idioma checo significa trabajo) fue acuñado en 1920 por el escritor checoslovaco Karel Capek para designar a los protagonistas de su obra, que eran seres mecánicos similares a los hombres, capaces de cumplir cualquier tarea desarrollada por un obrero. A partir de allí surgieron algunas obras de ficción con estos personajes, pero fue Asimov quien los popularizó, los ideó y les dio hasta una filosofía.

Sus obras abarcan una diversa gama que va desde física, astronomía, química, pasando por la sicología, historia y literatura. Sin embargo, el autor se destaca por su gran contribución a la popularización de la robótica, una rama innovadora dentro del mundo literario.

Asimov escribió Yo, Robot (1950), Relato de robots, El segundo libro de robots (1964), El hombre bicentenario (1976), la Trilogía de la Fundación —Fundación, Fundación e Imperio y Segunda Fundación—, Némesis, Introducción a la ciencia, Los robots del amanecer, Los propios dioses, El código genético, entre otras.

Algunas de sus obras fueron llevadas a la pantalla grande, pero las que más destacan son El hombre bicentenario, basada en su novela escrita para conmemorar los 200 años de la Independencia de Estados Unidos y que fuera protagonizada por el actor Robin Williams. La otra cinta fue Yo, Robot, ambientada en el futuro y cuyo protagonista es el actor Will Smith.

Diversos campos

Asimov había nacido en Petrovich, Unión Soviética, en 1920, en el seno de una familia judía que se vio obligada a emigrar a América. Su afición por los relatos de ciencia ficción data de los tiempos en que sus padres tenían una tienda de dulces en la que se vendían revistas con relatos fantásticos. Su dedicación a los estudios y la inscripción en la escuela a una edad muy temprana le valieron la graduación de la secundaria a los 15 años.

Posteriormente, Isaac se licenció en Química, en la Universidad de Columbia, y en Ciencias y Artes. También se doctoró en Filosofía y en Bioquímica.

En 1939 comenzó a publicar algunos relatos de ciencia ficción que hicieron que rápidamente sea considerado como uno de los principales referentes de la revolucionaria literatura tecnológica. A partir de allí, su carrera como intelectual no cesó y, hasta el día de su muerte, publicó al menos unas 500 obras. Además de ciencia ficción, Asimov escribió sobre historia americana, mitología, ciencias espaciales, física, química y psicología, convirtiéndose en uno de los escritores y académicos más completos del siglo pasado.

Filosofía asimoviana

En casi todas las obras de Asimov encontramos una profunda defensa a las investigaciones científicas y tecnológicas de nuestra era, un compromiso a favor del pensamiento crítico y un rechazo total hacia los dogmas religiosos y supersticiosos, por considerarlos una estafa intelectual, por un lado, y por el otro como obstáculos en el entendimiento entre los seres humanos.

Asimov también pensaba acerca de cómo podría ser el futuro con la presencia y masificación de los robots. Indicaba que si los robots llegasen a tomar nociones humanas como libertad o amor, la humanidad se replantaría algunas ideas acerca de su propia naturaleza.

Apostaba por el progreso de nuestra especie a través de los logros científicos y alertaba sobre el colapso que representaría dejar atrás los avances a los que había llegado el ser humano.

Hoy, sus obras de ficción y de no ficción son estudiadas en diversos campos del conocimiento. Las famosas tres leyes de la robótica (ver recuadro) incluso están siendo analizadas en universidades surcoreanas y empresas que quieren desarrollar robots humanoides, para indagar acerca de cómo se podrían implementar esas reglas. Se cree que el robot Asimo (foto en la página anterior), de la empresa Honda, fue nombrado en su honor, aunque la compañía lo haya negado un par de veces.

Asimov murió el 6 de abril de 1992, producto de una complicación a causa del sida, con el que había sido infectado por error. Dejaba así un legado de 500 obras y una mirada crítica y esperanzadora hacia nuestra especie.

Las tres leyes de la robótica

1. Un robot no puede dañar a un ser humano o, por su inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la primera ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la primera o segunda ley.

Isaac Asimov

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...