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“Vamos a hacernos una foto juntos”, sugirió en inglés el pequeño robot blanco, con forma humana, después de dar la bienvenida a los reyes, mostrarles algunas de sus habilidades –como chutar un balón o saltar a la pata coja–, y estrechar de forma educada la mano de Felipe VI y Letizia.
Los reyes aceptaron sonrientes el ofrecimiento y el prototipo de androide, desarrollado por Honda, se despidió con un “Gracias, majestades” y el deseo de que disfrutaran de su estancia en el Miraikan, una visita que comenzaron unos metros más arriba ante el espectacular Geocosmos, un gran globo terráqueo virtual en el que contemplaron una simulación de los efectos del cambio climático.
Acompañados en todo momento por el director del museo, Manoru Mohri, saludaron a continuación al profesor Takaaki Kajita, Premio Nobel de Física en el 2005, quien les explicó en la zona dedicada a ello su proyecto de observatorio de neutrinos Super-Kamiokande, con el que ayuda a desentrañar los misterios sobre la creación y destrucción de las estrellas.
Los reyes conocieron en detalle los proyectos de cooperación bilateral, como el que España y Japón promueven en Málaga sobre ciudades sostenibles, el que llevan a cabo con la Universidad de Alicante acerca de nanotecnología, el que desarrollan con el Ciemat español sobre fusión nuclear y el que han puesto en marcha con el Instituto de Astrofísica de Canarias.
Antes de abandonar el Miraikan, Felipe VI y Letizia conversaron, además, con algunos de los miembros de la Asociación de Científicos Españoles en Japón, constituida en el 2014 e integrada por medio centenar de compatriotas, quienes expusieron a los reyes sus experiencias en instituciones públicas y privadas japonesas.
EFE