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Su interés por este deporte comenzó siendo muy pequeña, a los 8 años, en una escuela de Villamorra. “Este fue el primer deporte que practiqué y me quedé enganchada. He hecho muchos otros, pero el hándbol me apasiona”, revela. En nuestro país jugó en tres equipos: empezó en el Deportivo Recoleta, luego pasó a las filas del Cerro Porteño y el Deportivo San José. Pero su carrera deportiva alcanzó su máximo apogeo cuando llegó a España, a los 22 años.
“Decidí ser profesional una vez llegada a España y, cuando me contrató un equipo de División de Honor Plata, me di cuenta de que sí podía jugar aquí”, comenta. Inicialmente probó en lo que era entonces el Club Balonmano Monóvar, en el que tuvo la fortuna de que allí también jugara un jugador chileno que dio buenas referencias de ella. “Allí me dieron la oportunidad de debutar en la liga de División de Honor Plata”, recuerda.
Cuenta que el primer año se adaptó físicamente al juego, porque esa temporada se disputaba la segunda división o División de Honor Plata. “Salimos campeonas y ascendimos a la máxima categoría. A partir de entonces fui aprendiendo el juego colectivo, y lo sigo haciendo”.
Pasó por varios clubes hasta ser reconocida entre las mejores tres deportistas en su ramo, en Europa: el Club Balonmano Monóvar, Club Balonmano Elda Prestigio, Club Balonmano Mar Alicante, Club Balonmano Elche Mustang. “Actualmente, Club Balonmano Mavi NT La Calzada”, refiere.
Con muy buen desempeño, Marizza –cuyo referente es la húngara Anita Görbicz– juega profesionalmente desde hace 10 años en España. Nuestra compatriota es capitana de su equipo y vive con su familia –su marido, Christian, y su hija, Yerutí– en la Madre Patria. “Hace poco empecé la temporada 2017-2018 con mi equipo, el Mavi NT La Calzada, y seguiré dando guerra hasta que el cuerpo me acompañe”, señala.
“¿Cómo es un día mío? ¡Ufff! Mi faceta de madre me hace madrugar para acompañar a mi hija en sus actividades escolares. El entrenamiento diario es de cuatro horas, divididas en dos horas por la mañana: gym o carreras en la pista de atletismo, y dos horas por la noche: entrenamientos con balón. Al acabar el entrenamiento de la mañana tengo que cumplir con mis funciones laborales; soy monitora en el gym. Por las tardes me toca llevar a mi hija a su entrenamiento de balonmano, porque comparte conmigo la misma pasión por este deporte. Merienda y, luego, los entrenamientos son de 20 a 22 h”, detalla.
Entre sus logros, en su carrera deportiva se destacan la clasificación a tres mundiales. “La primera, en el 2007, fue especial por ser histórica para el Paraguay; los campeonatos que obtuve aquí, la nominación al partido de las estrellas como mejor central de la Liga Loterías –así se llama la liga de aquí–, el subcampeonato de la Liga Española, el subcampeonato en la Copa de la Reina; además de disputar encuentros de Champions y Copa Europa, que me llevaron a conocer, además, países como Grecia, Hungría, Macedonia”. Todo esto se vio coronado con la elección a mejor central del último Panamericano en Buenos Aires 2017.
Con todo, Marizza resalta que extraña el Paraguay y siempre que viene de vacaciones le cuesta mucho volver. “Espero que en un futuro, muy pronto, pueda volver definitivamente. Me gustaría agregar un agradecimiento a mi madre, Blanca Servín, quien me enseñó valores; gracias a ella soy la persona que soy ahora. ¡Gracias, mami, por todo!”, concluye.
Marizza Faría tuvo que salir de nuestro país para perseguir y alcanzar su sueño. No solo es un orgullo para el Paraguay, sino también para el deporte nacional.
Hoja de ruta
Marizza Alejandra Faría Servín
• Edad: 32 años
• Fecha de nacimiento: 20/8/83
• Estado civil: casada
• Cónyuge: Christian Giménez
• Hijos: Yerutí (12)
• Padre: Pedro Faría Jara
• Madre: Blanca Servín
• Ciudad: Asunción
• Títulos: profesora de Educación Física y Salud, egresada de la Escuela Nacional de Educación Física (ENEF) y, también, técnica de hándbol.
Fotos: Gentileza.