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De la edición 2017 de premiados, el coloso que obtuvo el primer lugar fue un timbó de 41,75 m de altura y que se erige en el cerro Akatĩ de Colonia Independencia, Guairá. Este árbol fue postulado al concurso por Nancy Rojas, quien lo descubrió haciendo senderismo.
La lección que nos deja este concurso va mucho más allá de lo esplendoroso que pueda llegar a ser un árbol, además de todo lo que lo circunda y lo importante que es conservar los bosques nativos de nuestro país, o trabajar por la reforestación de las zonas que han perdido gran parte de los bosques.
Encontrar a este coloso fue tarea de unos expedicionarios que recorrieron durante ocho días, de la mano de A Todo Pulmón, unos 3700 km a lo largo y ancho de nuestro país. Ellos visitaron 19 árboles finalistas del concurso. Al respecto, el Ing. Osvaldo Turlan, encargado del equipo de fiscalización, comentó que las dimensiones de los árboles fiscalizados en campo, en muchos casos, superan las dimensiones citadas en la bibliografía para cada especie, lo cual “es algo impresionante”. Dijo, además, que era admirable ver que en algunos colosos la fauna y flora asociadas a ellos los convertía ya de por sí en ecosistemas particulares. El segundo puesto lo obtuvo un yvyra pytã de 44,75 m de altura, ubicado en Gral. Artigas, departamento de Itapúa, de donde también salió el tercer puesto, que fue para el lapacho de 49,25 m de altura, situado en Alto Verá. La cuarta posición se dio para un kurupa’y kuru, que tiene 43,20 m de altura, en Guayaybí, San Pedro. El quinto puesto lo ocupó un árbol del Chaco, un samu’u˜ de 18,50 m de altura, de Loma Plata, Boquerón. El premio especial –el sexto en la categoría el árbol de la gente– fue para el tajy Ka’arendy, conocido antes como tajy Stroessner, situado al costado de la ruta 7, en Juan L. Mallorquín, Alto Paraná.
Lo nuevo
A Todo Pulmón no se duerme sobre los laureles haciendo mera ostentación de los colosos, a la par va creando estrategias para fomentar lo que es su objetivo siempre: que hayan más árboles y, en consecuencia, más bosques recuperados. Sobre el punto, Víctor Ibarrola, director de la mencionada ONG, habló de las nuevas estrategias como la campaña emprendida en los supermercados. La misma consiste en que por la compra de tres productos de Unilever, la empresa dona un árbol que será plantado en un proyecto de reforestación en Caazapá.
Igualmente, se encuentra en pleno curso otro proyecto iniciado en el departamento de Guairá que tiene por objetivo la reforestación y capacitación a 120 productores sobre la conservación y el uso sustentable de los bosques. El mismo se desarrolla en una superficie 360 ha en las que se realizan plantaciones mixtas (especies nativas y eucaliptos) y yerba mate. Este emprendimiento es impulsado por el Fondo de Conservación de Bosques Tropicales y Coopeduc del Guairá, y tiene una duración de tres años.
Texto y fotos: Marta Escurra