Amor en el sambódromo

Fabiana Silvero (23) y Pablo Benítez (24), ambos ingenieros civiles, fueron protagonistas de una escena de amor que paralizó el recientemente inaugurado sambódromo de Encarnación. El desfile de comparsas y murgas se detuvo por alrededor de 10 minutos para que él le pidiera la mano a ella ante un público de unas 10.000 personas.

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“No me preguntes por qué”… dicen las primeras frases de la música Solo por ti, de Soraya, la única canción romántica que sonó en el sambódromo encarnaceno. El motivo era especial: el preámbulo del pedido de mano a la Reina del Carnaval 2010 y Musa 2013, Fabiana Silvero (23), ingeniera civil de profesión. De pie, en medio del sambódromo, llegó hasta ahí bajo la excusa de que la comisión directiva del Carnaval 2014 la eligió para homenajear a todas las exreinas con motivo de la inauguración de la mayor pasarela de carnaval de nuestro país.

“Pensé que me iban a entregar un pergamino. Me pareció raro que estuviera yo sola en ese lugar. Gente de la comisión me dijo que mirara la pantalla gigante, que pasarían un video de mi trayectoria. Pero cuando escuché la música, empecé a sospechar otra cosa”, recuerda Fabiana. Unas tras otras pasaban imágenes de ella con su pareja y la presentación terminó con la frase “¿Te querés casar conmigo?” y ella se echó a llorar de la emoción.

Pero ella no era la única emocionada. Las 10.000 personas que se congregaron en la última noche de carnaval en Encarnación saludaban con aplausos y silbidos mientras aparecía el novio, el de la idea, Pablo Benítez (24), quien movió cielo y tierra para conseguir el permiso correspondiente para hacer esta “locura de amor”, como él mismo afirma.

La idea ya le había rondado la cabeza desde mucho antes; incluso, ya tenía el video preparado, pero no sabía bien cómo ni cuándo. Hasta que recordó que el sambódromo era un lugar especial para Fabiana, porque desde chica no había dejado de sambar en ni una sola edición. “Por eso elegí ese lugar, y se dieron las cosas y ella dijo sí”, comenta aún emocionado el novio.

Mientras pasaba el video, Fabiana buscaba a su novio en los palcos, pero de él ni noticias. Él la espiaba desde lejos tras las rejas que separan los palcos y el desfiladero. La gente lo alentaba, le decía cosas. “Eso me puso más nervioso”, recuerda. En sus manos portaba un ramo de rosas rojas y en su bolsillo llevaba una cajita dorada que contenía el anillo de oro con incrustaciones de cristales de roca.

Finalmente, se encontraron y, en medio de llantos y aplausos, Fabiana dijo sí. La marcha nupcial, que tal vez se dé en el mes de junio, quizá sea al son de batucadas.

mescurra@abc.com.py

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