All Blacks, la magia en el rugby

La selección de rugby de Nueva Zelanda, más conocida como los All Blacks, ya es una leyenda en el mundo ovalado. Quince atletas vestidos todo de negro, la gran mayoría con tatuajes maoríes, realizando un baile intimidatorio dentro de la cancha, le pondrían la piel de gallina a cualquiera.

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Los hombres de negro ya marcaron su supremacía desde aquella gira realizada en 1905, que duró seis meses e incluyó a los países de las Islas Británicas, Francia y los Estados Unidos. De los 35 partidos jugados, ganaron 34. Además de los seleccionados nacionales, los mejores clubes de Inglaterra, Irlanda, Escocia y Gales no pudieron contra este equipo, que usaba una remera negra con un helecho plateado en el pecho, símbolo de la nación neozelandesa. Este combinado fue bautizado como The Originals, quienes regresaron a casa como héroes, ya que nadie imaginaba que un conjunto de una isla del Pacífico derrotaría por marcadores abultados a equipos de la cuna del rugby.

Asimismo, en esta gira se popularizó el nombre All Blacks (todos negros). Según el mito, se debió a un error de tipografía en el periódico The New Zealand Herald, en el que el periodista destacó la magnífica labor de los backs (posición de algunos jugadores dentro de la cancha), titulando “All Backs”, pero el corrector pensó que se había equivocado y lo cambió por “All Blacks”, por la indumentaria que utilizaban.

Fantasía o realidad, de lo que verdaderamente estamos seguros es de que los All Blacks son una potencia mundial: número uno en el ranking, tres copas mundiales, invictos desde el 2009 en su tierra, cuatro grand slam, innumerables victorias ante sus clásicos rivales del hemisferio sur: Australia y Sudáfrica, y un promedio de efectividad del 91 % sobre la cantidad total de partidos jugados a la fecha.

Pero todo comenzó en 1870, cuando Charles Monro regresó a su ciudad natal Nelson, Nueva Zelanda, tras finalizar sus estudios en Inglaterra, donde conoció por primera vez el rugby. Decidió llevar unas cuantas pelotas y un libro de reglas para jugarlo en su ciudad. Allí, convenció al club de fútbol de la localidad y a su antiguo colegio para disputar en el jardín botánico el primer partido de rugby en Nueva Zelanda, al cual asistieron unas 200 personas. Monro jugó con el equipo del club de fútbol y, a la par, fue árbitro.

Con el paso del tiempo, grandes figuras del rugby mundial vistieron la camiseta de los All Blacks, como John Kirwan, Grant Fox, los hermanos Alan y Gary Whetton, Zinzan Brooke, Andrew Mehrthens, Carlos Spencer, Tana Umaga, Jonah Lomu, Gery Collins, Kevin Mealamu, Richie McCaw y otros tantos jugadores de los más de 1000 que formaron parte del seleccionado de rugby de Nueva Zelanda a través de su historia.

De estos nombres, quizá, le resulte familiar uno: Jonah Lomu, quien falleció en noviembre del año pasado, llegó a ser el más joven (19 años) en debutar en los All Blacks, en 1994. Al año siguiente participó en su primera copa del mundo, en Sudáfrica, donde Nueva Zelanda perdió la final contra el anfitrión, pero Lomu marcó siete tries y se destacó como jugador revelación; aclamado, incluso, por el propio Mandela. Jonah volvió a competir en la siguiente copa, Gales 1999, en la cual marcó ocho tries. Con esto se convirtió en el jugador con más tries en la historia de la Copa del Mundo de Rugby. Por sus problemas renales, se retiró de los All Blacks con 63 partidos en el 2002 y fue incluido en el Salón de la Fama del Rugby en el 2007.

Un título más

Ayer, los hombres de negro pisaron suelo sudamericano y se enfrentaron a los aguerridos Pumas en Buenos Aires, Argentina, en la cancha del club Vélez Sarsfield, por el torneo denominado The Rugby Championship, que, anteriormente, se llamaba Tres Naciones (Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica), pero con la inclusión de Argentina se cambió a este nombre. Los neozelandeses llegaron con todas sus figuras y la chapa de campeón anticipado, pues en la fecha pasada ya se adjudicaron en su casa el título tras vencer sin problemas a Sudáfrica.

Haka

Un pabellón del Museo Nacional de Nueva Zelanda, en Wellington, está completamente dedicado al Ka Mate, el tradicional grito de guerra y bienvenida maorí que se convirtió en un símbolo de los All Blacks. Los ingleses lo escucharon por primera vez en aquella gira inicial de 1905. En el 2005, los hombres de negro cambiaron este Haka por el aún más agresivo Kapa O Pango, que concluye el ritual con lo que se ha interpretado como un gesto violento de “cortar el cuello”. Sin embargo, según su creador, Derek Lardelli, el gesto representa “atraer energía vital al corazón y los pulmones”.

Si todavía no tuvo la oportunidad de verlo, aproveche la última fecha del Rugby Championship, el sábado 8 de octubre, cuando los All Blacks enfrenten a Sudáfrica en la tierra de Mandela, para disfrutar del Kapa O Pango, el Haka maorí que dice: “All Blacks, déjenme ser uno con la tierra / Esta es nuestra tierra la que suena / ¡Es mi hora! ¡Es mi momento! / Esto nos define como los All Blacks / ¡Es mi hora! ¡Es mi momento! / Nuestro predominio / Nuestra supremacía triunfará / Y nos reverenciarán como corresponde, estaremos arriba / ¡Helecho de plata! / ¡All Blacks! / ¡Helecho de plata! / ¡All Blacks!”.

Lo que verá a continuación son 80 min de magia pura: los campeones All Blacks estarán en la cancha.

ROYDEN MORRIS GALLAGHER

Nació el 23 de julio de 1925, en Papakura, Auckland, Nueva Zelanda, país en el que el rugby –más que el deporte nacional– es casi una religión y cuna del mejor equipo del mundo: los All Blacks. Con todos estos antecedentes, obviamente, Roy Gallagher no fue la excepción y en su Nueva Zelanda natal fue un muy buen jugador de rugby. Lució los colores del Rakura Research Club mientras cursaba sus estudios en la Universidad de Massey –originalmente Colegio Maseey–, que estaba adherida a la Unión de Manawatu de Rugby. También fue seleccionado para jugar por la Unión de Waikato.

Ahora disfruta por televisión los partidos internacionales de rugby, en compañía de sus seres queridos, en su casa de San Lorenzo; en especial los de los All Blacks. “Vi el partido pasado contra Sudáfrica. Los All Blacks son los mejores, gran equipo”, dice en una mezcla de español e inglés neozelandés.

Roy Gallagher llegó al Paraguay el 1 de marzo de 1964, contratado por el Gobierno de entonces, para hacer estudios de factibilidad para el otorgamiento de crédito al sector ganadero y su obra quedó plasmada en lo que hoy conocemos como el Fondo Ganadero. Pero el señor Gallagher era un “hombre de rugby” y, como tal, traía en su genética la esencia de dicho deporte. El 8 de julio de 1968, junto con algunos amigos de la comunidad británica y otros paraguayos, fundó el primer club de rugby del Paraguay: el Asunción Rugby Club (ARC). En 1969 jugó su último partido y pasó a ser entrenador del plantel de la Primera División. En los años 1971, 1983 y 1984 fue presidente de su querido ARC. Era común observar a Roy regando el pasto de la cancha, que él mismo ayudó a plantar y abonar, y los sábados, sentado en la gradería, viendo jugar a su mejor creación.

javier.velazco@abc.com.py

Fotos ABC Color/Silvio Rojas/AFP/Archivo/Internet.

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