Alcanzar las estrellas

De niña vio la transmisión de la llegada del primer hombre a la Luna por tevé. Ese hito para la humanidad también marcó su vida. A pesar de provenir de una familia de escasos recursos de Costa Rica, Sandra Cauffman luchó por su sueño: ser partícipe de los esfuerzos del hombre por conquistar el espacio. Hoy, ella es una de las expertas destacadas de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos (NASA).

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La ingeniera Sandra Cauffman, directora interina de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA, visitó el Paraguay con el objetivo de promover y fomentar la ciencia y tecnología. Invitada por la Embajada de los Estados Unidos, la experta desarrolló, días pasados, varias actividades dirigidas a jóvenes de colegios secundarios, universitarios y miembros de la comunidad científica, en el marco de las celebraciones por los 50 años de la llegada del hombre a la Luna.

–¿Cómo surgió su interés por el espacio?

–Cuando era niña fuimos a la casa de un vecino para ver el aterrizaje del Apollo 11 en la Luna, en 1969. Recuerdo que le dije a mamá que quería ir a la Luna. La respuesta que recibí fue la que me ha motivado toda la vida. “Esfuércese, estudie, porque uno nunca sabe las vueltas que da el mundo. Puedes hacer lo que quieras, solo tienes que poner tu mente en eso”. No llegué a la Luna, pero sí logré ir bastante lejos siguiendo ese consejo. Mi madre también me guio siempre con el ejemplo. Si ella nunca se dio por vencida con todas las cosas que nos pasaron en la vida, ¿cómo tenía derecho yo a darme por vencida?

–¿Se formó profesionalmente pensando en la meta que tenía desde niña?

–Cuando me gradué del colegio quise estudiar Ingeniería Eléctrica, pero no pude, porque me dijeron en la universidad que la única ingeniería para mujeres era la industrial y, aunque no me gustó, tomé la carrera. Afortunadamente, luego de años pude tener la oportunidad de viajar a los Estados Unidos y seguir la carrera que tanto deseaba. En la universidad George Mason, en Fairfax, Virginia, logré seguir la carrera de Ingeniería Eléctrica y cuando estaba por terminar la misma, se abrió una cátedra de Física a la cual asistí. Me costó siete años poder graduarme y culminar mis estudios universitarios.

–¿Cómo afrontó esos años de estudio estando fuera de su país natal y lejos de su familia?

–Fue difícil. Para solventar mis estudios, trabajé en una ferretería para ayudar a pagar la educación en la universidad y, a la par, aprender el idioma. Fueron años de mucho sacrificio y lucha. No fue fácil porque tenía que trabajar al tiempo de estudiar una carrera que era muy exigente. De hecho, dejé algunas materias, pero eso no me impidió seguir intentando hasta lograr completar mis estudios. Cuando uno realmente quiere algo, busca la manera de hacerlo y persiste en el intento hasta lograrlo. El principal obstáculo que todos debemos superar es nosotros mismos, liberarnos de las limitaciones que nos autoimponemos.

–¿Cómo se dio su llegada a la NASA?

–Comencé trabajando en una empresa privada que operaba para la NASA, haciendo circuitos, diseños ópticos y otras actividades relacionadas a la física. Ya como profesional, el camino tampoco fue fácil, puesto que la mayoría de los profesionales eran hombres. Me ha ocurrido que en algunas reuniones no escuchaban mis opiniones y prestaban mayor atención a otros colegas quienes por ser hombres tenían más voz, pero luego de mucho luchar e insistir logré que me den mi lugar.

Con la experiencia adquirida en la empresa, me postulé para ingresar a la NASA y lo conseguí en 1991, y desarrollé tareas en varias divisiones de la agencia. Por más de 20 años, me desempeñé en el equipo que trabaja en las misiones no tripuladas para la exploración espacial. Allí colaboré con el diseño y la creación de instrumentos, equipos, lanzamiento de satélites y más.

–¿Qué actividades realiza actualmente dentro de la agencia?

–Ahora estoy a cargo de todo lo que hace la NASA a nivel de ciencias terrestres. Estamos observando la Tierra como un sistema, para entender mejor a nuestro planeta. Tenemos 21 misiones en órbita y 18 que queremos lanzar antes del 2023. Lo que hacemos es analizar la Tierra por años y cómo funciona como sistema.

–¿Cómo se encuentra nuestro planeta?

–Realmente necesitamos cuidar nuestro planeta. Lastimosamente, hoy vemos cómo se está deteriorando y el compromiso de cada uno de nosotros debe ser el de cuidar nuestro hogar, que es único e irrepetible.

Nada más basta con observar la información de los satélites para ver cómo se ha derretido el hielo de los cascos polares, una situación muy preocupante que requiere de una acción inmediata. Tenemos que empezar por cada uno de nosotros teniendo conciencia para cuidar nuestros recursos naturales, economizando agua, reciclando, y entrando en razón que nuestras acciones personales y colectivas son importantes. El poder de uno es grandísimo y es por eso que cada uno tiene la responsabilidad de actuar pensando en este planeta.

–¿Qué consejo daría a los jóvenes ante los desafíos que les espera en la vida?

–No darse nunca por vencidos. Si les dicen no la primera vez, intenten por segunda, tercera o por vez cien; nunca se den por vencidos. Algunas veces queremos que las cosas nos lleguen fáciles; la vida es dura, no es fácil, principalmente cuando uno tiene sueños que parecen inalcanzables. Mi consejo es que visualicen lo que realmente quieren ser y luchen por esa meta, que con persistencia se puede lograr todo lo que uno realmente desea y, posteriormente, llegar a ser una persona plena y satisfecha. No se rindan en el primer “no”. Con determinación y perseverancia, podemos convertirnos en lo que soñamos que podemos llegar a ser.

Hace 50 años el hombre llegaba a la Luna

La visita de la ingeniera Cauffman al Paraguay tiene lugar en el año en que se conmemora el 50.º aniversario de la llegada del hombre a la Luna. El 20 de julio se cumplirán 50 años desde que el Apolo 11 se convirtió en la primera nave espacial en llegar a la Luna.

En ese entonces, más de 500 millones de personas siguieron por televisión los primeros pasos del hombre en la Luna, en 1969, y batieron un récord mundial de audiencia, gracias al dispositivo excepcional desplegado por la NASA y los medios. La misión lunar movilizó durante ocho días a las televisiones del mundo entero.

En medio de las celebraciones, la NASA anunció el proyecto de llevar nuevamente astronautas en el 2024. Además, tiene como objetivo establecer una presencia humana de forma sostenible en nuestro satélite a partir del 2028, como preparación para la verdadera ambición: ir a Marte.

La plataforma orbital de esa misión a la Luna, bautizada Artemis, aprovechará la experiencia de la Estación Espacial Internacional (ISS) que lleva más de 20 años habitada. A su vez, servirá para probar la tecnología que habrá que desarrollar para Marte, en el que tiene un interés particular, porque allí hay elementos (un océano y una atmósfera) que hacen potencialmente posible la vida.

Sandra Cauffman

La ingeniera Sandra Cauffman se unió a la NASA, en febrero de 1991, como gerenta de sistemas terrestres para el proyecto de Servicio Satelital, en el Centro de Vuelo Espacial Goddard, en Greenbelt, Maryland. Trabajó en la primera misión de servicio de Hubble, el satélite de investigación de la atmósfera superior (UARS, por sus siglas en inglés), la plataforma explorer / explorador de ultravioleta extremo (EUVE), entre otros.

Actualmente, es directora interina de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA, en la que se encarga de la Dirección Estratégica y Gestión Global de la cartera de ciencias de la Tierra.

Nació en San José, Costa Rica. Posee una maestría en Ingeniería Eléctrica y licenciatura en Física por la Universidad George Mason. Sobresalió por su trabajo en la NASA en distintos cargos. Su perfil ha sido destacado por ONU Mujeres, por ser un ejemplo positivo, especialmente para jóvenes y niñas.

rulke@abc.com.py

• Fotos ABC Color/Silvio Rojas/Gentileza.

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