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¡Cuántos recuerdos si formó parte de AFS! ¡Cuántas expectativas si está próximo a vivir la experiencia! “Desde el principio, la incertidumbre y la emoción superan”, coinciden quienes vivieron el intercambio cultural promovido desde este servicio internacional.
Lo cierto es que uno no sabe a lo que se enfrenta hasta que llega al país elegido y comienza la adaptación a la nueva familia, al nuevo colegio, a los nuevos amigos, en fin, a otra cultura. Pero, finalmente, la experiencia resulta positiva e intensa, ya que AFS, desde hace 100 años, proporciona oportunidades de aprendizaje intercultural para los jóvenes, familias, otros participantes y audiencias más amplias, desarrollando así una comunidad inclusiva de ciudadanos globales decididos a construir puentes entre las culturas.
El aprendizaje, basado en las experiencias de la vida real, es el fundamento de sus programas. Se esfuerzan por enlazar oportunidades de aprendizaje intercultural con los asuntos globales decisivos que enfrenta la humanidad. Como una organización que aprende, se muestran abiertos al cambio y al pensamiento crítico. Son innovadores y emprendedores en el avance de sus direcciones estratégicas y, por sobre todo, alientan el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales sin distinción de raza, sexo, idioma, religión o nivel social.
Procura, además, que las personas actúen como ciudadanos responsables que trabajan por la paz y el entendimiento en un mundo diverso y multicultural. Reconoce que la paz es un concepto dinámico amenazado por la injusticia, la inequidad y la intolerancia.
Las actividades de AFS se basan en valores fundamentales de dignidad, respeto por las diferencias, armonía, sensibilidad y tolerancia.
Un siglo de vida
En el año del centenario de la fundación de la American Field Service (noviembre 1914), los más de 50 países que conforman la hoy AFS Intercultural Programs se reunieron para honrar el pasado, celebrar el presente y continuar la tarea de dar forma al futuro de la organización.
El Congreso Mundial Centenario de AFS se reunió en París —la ciudad donde la American Field Service nació— marcándose como objetivos celebrar las contribuciones y compromiso con la educación intercultural, para crear un mundo más justo y pacífico; ser inspirados y motivados por la herencia de los conductores de ambulancias voluntarios que fundaron la American Field Service y proyectarnos a construir un futuro que encare desafíos presentes y futuros; compartir perspectivas globales sobre el estado de la Red Internacional de AFS y lo que la sociedad actual necesita de esta organización; abrazar las nuevas metas estratégicas de la Visión 2020 de AFS y comprometerse a acciones positivas y prácticas para alcanzarlas, mantener discusiones entre los países miembros, aprendiendo de la propia diversidad cultural, alentando responsabilidad mutua y colaboración.
Otros eventos del centenario
Los delegados participaron, además, de un simposio AFS sobre “Educación Global Intercultural”, el Día del Exparticipante de AFS, de una cena de gala y varios tours a importantes sitios relacionados a la Primera Guerra Mundial en Francia y Bélgica.
Coraje, voluntarismo y aprendizaje fueron siempre las constantes a través de la historia de AFS, aun cuando sus manifestaciones cambien para adaptarse y satisfacer las necesidades de los tiempos.
Hoy, AFS está presente en 80 países y cuenta anualmente con la participación de 13.000 estudiantes a escala mundial, tiene posición consultiva en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y en la Unesco.
Tanto los que vienen a vivir la experiencia a Paraguay como los que van a otros países, resaltan lo positivo de la experiencia. Selina Baertschi, de Suiza, quedó encantada con la experiencia vivida en nuestro país. “La gente es muy amable y aunque no tienen mucho, siempre comparten y están felices”.
Lidewij Vandekerkhove es otra estudiante que vino a Paraguay desde Bélgica. “Quiero quedar en Paraguay, porque me enamoré de Paraguay”.
Actualmente, AFS Paraguay envía anualmente alrededor de 150 jóvenes paraguayos a más de 25 países de todos los continentes, y hospeda alrededor de 150 participantes extranjeros. Los jóvenes estudiantes rescatan la incorporación de nuevos conocimientos, tradiciones y lenguas. Esta diversidad les ofrece una variedad de enfoques y perspectivas. “Aprendí a tener paciencia, a saber controlar muchos impulsos de la vida, que todo tiene su tiempo, pero lo que realmente aprendí es a tener ‘cero expectativas acerca de un mundo nuevo’, ya que fui vacío y vine lleno, como una hoja de papel en la que vas escribiendo día a día, con conocimientos y experiencias”, expresa Juan José Silvero, quien viajó a Serbia.
En resumen, les abre la mente, les ayuda a ser receptivos a nuevas ideas y diferentes opiniones o puntos de vista. Recordemos que la mayoría de los avances y logros alcanzados por la humanidad fueron concretados por personas que tenían la fortaleza de una mente abierta, cuestionadora y sin límites.
Es que el foco central de AFS fue el aprendizaje intercultural a través del intercambio, un proceso que significa una inmersión bien planificada en otra cultura; una forma de mover a una persona física, mental y emocionalmente hacia una concientización más profunda de la visión, relaciones, comportamientos y normas de su propia cultura. Es decir, trasladar temporalmente a una persona desde su medioambiente habitual a otro completamente nuevo, donde se enfrenta a diferentes valores, formas de vida y costumbres. En esta situación, el participante adquiere habilidades, destrezas, aptitudes y conocimientos que le serán útiles para toda la vida. Se espera que los participantes puedan luego enfrentarse, inteligente y sensitivamente, a los urgentes desafíos del mundo del mañana.
El aprendizaje que trae consigo la experiencia intercultural implica crecimiento y cambios en distintos planos: en lo personal, en términos de valores y habilidades; en las relaciones interpersonales, en el conocimiento intercultural y, finalmente, en el plano global o de conciencia frente a asuntos mundiales.
No en balde la organización recibió una mención especial de la ONU por la labor desarrollada a favor de la educación de los jóvenes del mundo. En el 2006, fue declarada de interés cultural y educativo por el Senado de la nación. AFS-USA trabaja con más de 1500 estudiantes en más de 40 países cada año.
AFS nace en 1914, de mano de Piatt Andrew y Stephen Galatti, como American Field Service, cuerpo de conductores de ambulancias creado y mantenido por voluntarios estadounidenses que actuó en Europa, África y Asia durante las dos guerras mundiales de una manera pacífica, transportando heridos desde el campo de batalla hasta los hospitales.
En 1947, gracias a la visión de Stephen Galatti, AFS pasa a ser una organización de programas de intercambio estudiantil entre distintos países. Su objetivo era que el reconocimiento de las diferencias culturales, que proporciona la inmersión en una sociedad distinta a la propia, fuera la garantía de que no se produjesen más guerras.
AFS evolucionó desde sus orígenes, como grupo voluntario de conductores de ambulancias, en 1914, hasta lo que es hoy, la organización internacional de intercambios de estudiantes más experimentada del mundo. Los 100 años están marcados por un trabajo con los jóvenes hacia un mundo mejor. Al fin y al cabo, la juventud es sinónimo de potencial para el cambio.
ndure@abc.com.py