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Periodista, guionista, director y actor español, Cotelo nos habla en esta entrevista sobre la investigación que realizó en varios países para hacer este largometraje que trata sobre la fe mariana. En noviembre de 2013, Juan Manuel Cotelo y su equipo anunciaban el estreno de Tierra de María. Sin embargo, no tenían ni sala ni distribuidores. Solo la fecha de estreno: 5 de diciembre. “La gente preguntaba dónde y respondíamos: ‘Donde quieras tú’”, nos relata desde España el director y actor de esta película, incursionando así en una nueva manera de distribución cinematográfica.
Las solicitudes fueron llegando de distintos puntos del planeta. “Veíamos de dónde eran las solicitudes y buscábamos una sala de cine en esa ciudad”, relata. En España estrenaron en 11 salas de cine, pero fue tanta la respuesta positiva del público que se aumentó a 135. “Las salas se llenaban y eso contagiaba”, señala.
Después de estrenarse en España, aumentaron las solicitudes y llegó a exhibirse en 23 países al cabo de un año. “No hemos buscado ningún distribuidor. Todo el movimiento que se dio fue gracias a las personas que piden la película por internet. Es un sistema de distribución que no busca distribuidores ni salas, sino espectadores directamente por internet”, explica el realizador.
Cuando logran una cantidad de espectadores en la ciudad, buscan la sala de cine. “Y la experiencia en 23 países es que todos dicen sí. Llamamos y decimos ‘tengo tantos cientos o miles de espectadores. Les abres la puerta ¿sí o no?”’, comenta. En nuestro país también la respuesta fue positiva y el estreno se dio el viernes último en el Villamorra Cine Center, Shopping Pinedo, Cines del Sol, Hiperseis, Multiplaza y Encarnación exactamente un año después al de España. “Cualquier película se anuncia con un tráiler e información. De ese modo, se consigue a los primeros espectadores. Si los primeros espectadores salen defraudados, no hay campaña mediática que levante el fracaso. Si salen contentos, la película se expande sola”, indica sobre la repercusión de un filme.
Cuestión de fe
Una inquietud personal motivó a Cotelo comenzar Tierra de María. “Se juntan dos cuestiones. La primera, ver que hay mucha gente en el mundo muy triste y conocer a personas que son muy felices. Descubrir algo válido para cualquier persona, pero que la gente no lo conoce. Hoy, el medicamento más recetado, según la Organización Mundial de la Salud, son los antidepresivos. Si tú conoces a personas desesperanzadas, tristes y que hoy son felices, te preguntas qué ha pasado y te dicen: ‘La receta es gratuita y universal para todas las personas’. Está demostrada en la práctica, entonces quiero contarlo. Conocer una receta que funciona para todo el mundo”, señala respecto a la historia que narra en Tierra de María.
Cotelo lleva 25 años de trayectoria haciendo cine y televisión. “Jamás pensé que iba a ser una película de contenido religioso”, confiesa. Pero al hablar de Dios lo hace con el mismo lenguaje que con programas de televisión y películas. “Es el mismo lenguaje que hablar de fútbol”, refiere. Pero a Cotelo no le interesa hablar de un Dios lejano al mundo, en plano conceptual. “Cuando hablo de Dios, hablo de los hombres, de la vida diaria, de lo que sucede en las casas, en la sociedad, en la calle. Los personajes son una top model, un empresario, un travesti, una traductora, un náufrago. No necesité irme lejos para hablar de Dios”, declara.
Tierra de María llevó tres años de producción. “Me gusta contar historias que conmuevan, que diviertan. En este momento no encuentro algo más divertido, más emocionante y más conmovedor que contar la acción de Dios en el mundo de hoy”, expresa acerca de sus motivaciones personales.
El título del largometraje surge a raíz de que muchas personas del siglo XXI pueden acreditar su trato personal con la Virgen María. “Descubrir que usted misma y yo podemos hablar con la Virgen María, en un taxi, antes de acostarme, haciendo la compra; en toda la Tierra uno puede hablar con la Virgen. Toda la Tierra es un lugar donde uno puede encontrarse con la Virgen María”, relata.
La película incluye escenas reales de multitudinarias procesiones y fiestas marianas. “El 13 de mayo, en Fátima, Portugal, todos los sábados, hay una procesión de las velas. Se juntan unas 300.000 personas. Lo mismo sucede en Lourdes, el 12 de diciembre, con unas dos millones de personas; un millón en el Rocío de España. Son devociones de fe populares tan grandes que es raro que no se hable”, opina.
Cuando hicieron la película, no pensaron llegar a varios países de mayoría musulmana, como Ruanda, Egipto, Siria, India y Qatar. “Es imposible encerrarla en una palabra, porque tiene humor, drama, misterios, música. Es como la vida misma, que mezcla todo eso”, dice acerca de su película, invitando a todos a verla.
Érase una vez, Dios
Adiós, Padre Nuestro. Hasta nunca, seres celestiales. Si no os vemos, no os creemos. Hemos decidido vivir como si no existierais. Sin embargo, millones de personas siguen hablando con Jesucristo, a quien llaman “hermano”, y con la Virgen María, a quien llaman “Madre”. Creen que todos somos hijos de Dios y por eso le llaman “Padre.”
El Abogado del Diablo recibe una nueva misión: investigar, sin miedo, a quienes aún confían en las recetas del cielo. ¿Son unos estafadores? ¿Unos estafados? Si descubre que sus creencias son falsas, seguiremos como hasta ahora. Pero… ¿y si no fuera un cuento de hadas?
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