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La creatividad puesta en la confección y presentación de las prendas distingue a la marca penitenciaria Muã. Son diseños vanguardistas con mucha estética. Recurren a las texturas rústicas, como lienzo; inclusive, dan vida a los trapos de piso y crean sacos con mucho estilo. Las bijouterie también se fabrican en la cárcel. Se ven botones, collares, cintos, hebillas para cintos hechos con las astas de ganado vacuno y apuntan a otros accesorios, como anillos y pulseras.
En el Buen Pastor, 215 internas trabajan en la elaboración de las prendas y son asistidas en los diseños por Marcela Abriola. Se espera que la totalidad de las internas –unas 500– se sumen al proyecto y vuelvan rentables sus horas de inactividad. Para ello, se prevé un plan de trabajo con la Corporación Andina de Fomento (CAF), a fin de concretar un modelo de empresa social. La CAF tiene la misión de promover el desarrollo sostenible y la integración regional, mediante una eficiente movilización de recursos para la prestación oportuna de servicios financieros múltiples. “De concretarse el modelo de empresa social, esto se replicaría en diferentes partes del mundo, como Plan Buen Pastor”, anuncia Abriola.
Delia Gavilán es la coordinadora de reciclados, ingresó al penal en el 2003 y ahora goza de su libertad. “Somos una mano de obra potencial, pero todavía hay mucho por hacer”, dice. Trabajar les ayuda a reivindicarse, aportar dinero a sus familias y sentirse útiles.
Las prendas están a la venta en la fundación Princesa Diana (Mariscal López 832). También están en exhibición en el Hotel Sheraton, Hotel La Misión, Turista Róga y, muy pronto, tendrán un punto de venta en el Pinedo Shopping.
Modelo: Astrid Maidana Maquilló y peinó: Nadia López Producción: Carlos Cañete Locación: Terraza del Hotel Guaraní
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