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Y con sus cuadros de desnudos y paisajes que combinan hiperrealismo y surrealismo sale en busca de un estilo propio. Resalta a simple vista que su accionar se enmarca en una de las condiciones esenciales del artista: talento.
Las travesuras de aquel niño de la década de los 80 que dibujaba para adornar sus cuadernos escolares quedan en su corta memoria personal como anécdotas de infancia. Y esos recuerdos datados en su Coronel Oviedo natal cimientan la carrera que hoy está dispuesto a tomar como herramienta de vida. A sus 28 años, Fernando Ferreira considera estar listo para avanzar con los colores y ganarse un lugar entre los consagrados.
"Más o menos desde el primer grado comencé a dibujar. Pero nunca pensé en que me dedicaría a la pintura, más bien creí que iría por el lado del diseño y la arquitectura", se sincera.
A la edad de 15, tuvo su primer contacto con el óleo y los pinceles. Y, entonces, se le ocurrió pintar un tigre en gran formato. De entrada, sorprendió a los ojos que vieron el cuadro. No fueron pocos los que inmediatamente se percataron de su talento innato. Y han sido muchas las voces que lo alentaron a seguir el camino del arte.
"Aquel primer óleo me pareció la cosa más linda que había hecho, sin embargo hoy me doy cuenta de muchos defectos", reconoce con la espontaneidad de quien está abierto al crecimiento constante. "Para mí la vida es un camino de aprendizaje. Y todos los días uno se va dando cuenta, es como que va abriendo los ojos para ver los errores que cometió en cada uno de sus trabajos y de eso uno va aprendiendo. A veces me fijo en las proporciones, color de piel, detalles de manos, brillo del pelo, con la idea de ir mejorando, de ir creciendo todo el tiempo".
Fernando Ferreira remarca que fueron varias las personas que le ayudaron a orientar su vocación. Y agradece a quienes lo motivaron para optar decididamente por la pintura. Recuerda que en el 2002, siendo funcionario de la Municipalidad de Asunción, recibió de una compañera de trabajo la invitación para participar de una pequeña exposición plástica. "Yo preparé una obra y para sorpresa mía se vendió en el mismo día", comenta feliz, como insinuando que el hecho fue determinante para retirarse de la función pública y meterse de lleno en la pintura.
Confiesa que nunca realizó estudios ni tuvo maestros que le guiaran, excepto alguna que otra participación en talleres breves para el manejo de texturas y colores. "Soy netamente autodidacta, pero fui a cursos cortos de uno o dos meses donde me enseñaron a mezclar los colores, a conocer la textura del óleo y ese tipo de cosas. Por mi cuenta me abrí espacio. Y yo mismo suelo experimentar la técnica, el manejo de la perspectiva y los colores. Es algo innato que llevo adentro", dice sin poses. Y detrás suyo, la figura en tamaño real de un desnudo que sublima la belleza del cuerpo humano certifica su habilidad artística.
Son los desnudos femeninos y los paisajes chaqueños, en colores cálidos y vitales, los temas que Nando Ferreira así firma sus obras plasma en lienzos de gran formato. Terminar una tela de dos metros de altura le lleva entre 15 días y un mes. "Todo depende del tiempo y de mi estado de ánimo. A veces estoy muy motivado y pinto de corrido. Los cuadros chicos, por ejemplo, termino en una semana, porque cuido mucho los detalles".
El porqué de su preferencia por las telas de gran tamaño, él mismo explica: "Simplemente debe ser porque me siento más cómodo para ver y trabajar mejor los detalles".
Fueron Marcos Caballero y su esposa Rossana Cáceres, dueños de la galería de arte Del Rey, los descubridores de Fernando Ferreira, hace alrededor de una década. Y son los que ahora organizan la primera exposición individual que, entre los meses de setiembre u octubre, marcará el lanzamiento oficial del novel pintor.
"Ahora me siento más capaz de afrontar el desafío de lanzarme en el mercado con todo el profesionalismo que considero estoy alcanzando. Me siento más confiado hoy para mostrar mi arte. No pretendo llegar a todo el público porque es difícil, pero sí tratar de hacer lo mejor que puedo y dedicarle mucho tiempo a esto que espero le guste a la gente. Considero que Dios les da talento a todos sus hijos y como forma de agradecimiento hay que tratar de aprovechar lo que nos da a cada persona y tomarlo como un don divino".
Lista de espera
Derlis Fernando Ferreira Irala nació el 14 de mayo de 1982 en Coronel Oviedo. En el 2002 se anotó en la carrera de Arquitectura, pero no completó el año. Dejó su trabajo en la Municipalidad de Asunción y optó por dedicarse de lleno a la pintura. Y, por lo que revelan los galeristas Marcos Caballero y Rossana Cáceres, el público empieza a interesarse por su obra. "Y en el tema de los desnudos, donde (Fernando Ferreira) incursiona con mucha proyección tenemos pedidos que están en lista de espera. Porque como él tarda hasta meses en entregar una obra hace que varias personas aguarden para tenerlas en sus colecciones de arte", detalla sonriente el marchand.
"Más o menos desde el primer grado comencé a dibujar. Pero nunca pensé en que me dedicaría a la pintura, más bien creí que iría por el lado del diseño y la arquitectura", se sincera.
A la edad de 15, tuvo su primer contacto con el óleo y los pinceles. Y, entonces, se le ocurrió pintar un tigre en gran formato. De entrada, sorprendió a los ojos que vieron el cuadro. No fueron pocos los que inmediatamente se percataron de su talento innato. Y han sido muchas las voces que lo alentaron a seguir el camino del arte.
"Aquel primer óleo me pareció la cosa más linda que había hecho, sin embargo hoy me doy cuenta de muchos defectos", reconoce con la espontaneidad de quien está abierto al crecimiento constante. "Para mí la vida es un camino de aprendizaje. Y todos los días uno se va dando cuenta, es como que va abriendo los ojos para ver los errores que cometió en cada uno de sus trabajos y de eso uno va aprendiendo. A veces me fijo en las proporciones, color de piel, detalles de manos, brillo del pelo, con la idea de ir mejorando, de ir creciendo todo el tiempo".
Fernando Ferreira remarca que fueron varias las personas que le ayudaron a orientar su vocación. Y agradece a quienes lo motivaron para optar decididamente por la pintura. Recuerda que en el 2002, siendo funcionario de la Municipalidad de Asunción, recibió de una compañera de trabajo la invitación para participar de una pequeña exposición plástica. "Yo preparé una obra y para sorpresa mía se vendió en el mismo día", comenta feliz, como insinuando que el hecho fue determinante para retirarse de la función pública y meterse de lleno en la pintura.
Confiesa que nunca realizó estudios ni tuvo maestros que le guiaran, excepto alguna que otra participación en talleres breves para el manejo de texturas y colores. "Soy netamente autodidacta, pero fui a cursos cortos de uno o dos meses donde me enseñaron a mezclar los colores, a conocer la textura del óleo y ese tipo de cosas. Por mi cuenta me abrí espacio. Y yo mismo suelo experimentar la técnica, el manejo de la perspectiva y los colores. Es algo innato que llevo adentro", dice sin poses. Y detrás suyo, la figura en tamaño real de un desnudo que sublima la belleza del cuerpo humano certifica su habilidad artística.
Son los desnudos femeninos y los paisajes chaqueños, en colores cálidos y vitales, los temas que Nando Ferreira así firma sus obras plasma en lienzos de gran formato. Terminar una tela de dos metros de altura le lleva entre 15 días y un mes. "Todo depende del tiempo y de mi estado de ánimo. A veces estoy muy motivado y pinto de corrido. Los cuadros chicos, por ejemplo, termino en una semana, porque cuido mucho los detalles".
El porqué de su preferencia por las telas de gran tamaño, él mismo explica: "Simplemente debe ser porque me siento más cómodo para ver y trabajar mejor los detalles".
Fueron Marcos Caballero y su esposa Rossana Cáceres, dueños de la galería de arte Del Rey, los descubridores de Fernando Ferreira, hace alrededor de una década. Y son los que ahora organizan la primera exposición individual que, entre los meses de setiembre u octubre, marcará el lanzamiento oficial del novel pintor.
"Ahora me siento más capaz de afrontar el desafío de lanzarme en el mercado con todo el profesionalismo que considero estoy alcanzando. Me siento más confiado hoy para mostrar mi arte. No pretendo llegar a todo el público porque es difícil, pero sí tratar de hacer lo mejor que puedo y dedicarle mucho tiempo a esto que espero le guste a la gente. Considero que Dios les da talento a todos sus hijos y como forma de agradecimiento hay que tratar de aprovechar lo que nos da a cada persona y tomarlo como un don divino".
Lista de espera
Derlis Fernando Ferreira Irala nació el 14 de mayo de 1982 en Coronel Oviedo. En el 2002 se anotó en la carrera de Arquitectura, pero no completó el año. Dejó su trabajo en la Municipalidad de Asunción y optó por dedicarse de lleno a la pintura. Y, por lo que revelan los galeristas Marcos Caballero y Rossana Cáceres, el público empieza a interesarse por su obra. "Y en el tema de los desnudos, donde (Fernando Ferreira) incursiona con mucha proyección tenemos pedidos que están en lista de espera. Porque como él tarda hasta meses en entregar una obra hace que varias personas aguarden para tenerlas en sus colecciones de arte", detalla sonriente el marchand.