99 años de amor en forma de servicio

La Cruz Roja lleva 99 años en el Paraguay enseñando el significado de la palabra servicio. Con asistencia en diversas áreas, sus más de 1100 voluntarios en todo el país hacen que el espíritu altruista prime ante todas las adversidades.

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En el Paraguay, gran parte de la población relaciona a la Cruz Roja únicamente con el hospital Reina Sofía, ubicado en el centro de Asunción y, por ende, con el servicio de salud materno-infantil que provee desde hace varias décadas. Sin embargo, esta organización internacional nació en Suiza, hace 154 años, con el objetivo claro de salvar vidas sin importar ni el color de piel ni las creencias.

El modelo se fue ajustando con el paso del tiempo y, actualmente, está presente en 190 países del mundo, en zonas de guerra, catástrofes naturales y poblaciones vulnerables. La única condición es que el servicio sea neutro; es decir, que la organización no puede tomar posicionamiento político y debe asistir a todas las personas que requieran atención.

En nuestro país, el fundador fue el doctor Andrés Barbero. Su idea inicial era formar una Liga de la Lucha Antituberculosa, que más tarde y con las adecuaciones correspondientes pasó a ser la Cruz Roja Paraguaya, reconocida por ley n.º 5656 en 1922. La normativa la establecía como “Auxiliar de los Poderes Públicos en el ámbito humanitario” y, 10 años después de su fundación, tuvo la difícil misión de cooperar con el Ejército paraguayo para asistir a los heridos durante la Guerra del Chaco.

Varias de las principales fotografías de la organización son de esa época y se puede ver a las mujeres, en su mayoría, realizando esta ardua tarea.

“La organización se caracteriza por marcar precedentes”, cuenta el actual presidente Carlos Escobar, quien recuerda que fue la Cruz Roja la primera en contar con una incubadora. “Era un artefacto casero; en esa época no disponíamos de recursos y todo era más difícil de conseguir. Sin embargo, unos médicos de la época se informaron de las opciones que tenían y se arriesgaron a intentar, con tanto éxito, que el bebé se desarrolló en óptimas condiciones y el modelo se replicó hasta que se pudieron traer máquinas de verdad”, dice.

“Desde hace varias décadas se cuenta también con el hogar para madres adolescentes y el centro asistencial Reina Sofía, cuya construcción la financió el Gobierno de España, que en el 2017 registró un total de 3400 partos y 56.000 consultas externas”, según el doctor Aníbal Espínola, director del hospital.

El principal objetivo de la Cruz Roja Paraguaya es el desarrollo de capacidades centradas en las personas. A través de distintos métodos y campañas promueve la gestión de riesgos y respuesta en situaciones de emergencia y desastres, la prevención de la violencia, así como la generación de alternativas para las comunidades más vulnerables.

“En el Paraguay tenemos distintas áreas de acción porque las necesidades son siempre diferentes de acuerdo a la época del año y ubicación geográfica”, explica Arturo Ojeda, director ejecutivo de la organización. Actualmente, se tienen 13 filiales distribuidas en la mayoría de los departamentos del país. Además, se cuenta, con otras 12 subfiliales en diversos distritos. La educación es uno de los pilares que en el Paraguay no se puede ignorar, así que cuenta con cuatro centros educativos, ubicados en Asunción, Cordillera, San Pedro y Concepción.

El trabajo que se hace en el interior del país es extenso. Se desarrollan planes para capacitar a los promotores de salud en áreas alejadas e inaccesibles, permitiendo que los pobladores reciban al menos los primeros auxilios. Así también, buscan crear planes de acción en caso de fenómenos naturales, para que la gente sepa cómo organizarse en estos casos. “Es una tarea ardua, pero que con la ayuda de los voluntarios realizamos con mucha solidez”, explica Ojeda.

“En sus inicios, la Cruz Roja solo ayudaba en casos de conflictos bélicos, luchas armadas, pero el mundo está cambiando y las necesidades son otras. Anteriormente, nadie quería reconocer puntos claros y claves como el cambio climático. Se pudo hacer mucho para, al menos, mitigar el impacto, pero lastimosamente no se hizo y hoy estamos pagando las consecuencias. En este caso, son los propios voluntarios nuevamente quienes brindan asistencia en casos de desastres naturales, derivados de los cambios de la tierra por el calentamiento global”, sentenció Escobar.

Para finalizar, Escobar recordó los siete principios de la Cruz Roja, que todo voluntario debe honrar: humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad.

mbareiro@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Claudio Ocampos/Gentileza.

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