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El sombrero de Melania Trump, la nueva FLOTUS (First Lady of the United States) fue el accesorio perfecto y la excusa ídem para ser el centro de atención, pero al mismo tiempo para marcar distancia, inclusive de su marido, el presidente Donald Trump, durante los actos. Realizado por el diseñador Eric Javits, la primera dama lució el comentado accesorio que le dejaba los ojos casi totalmente ocultos por el ala dura y plana, lo que le impidió hasta recibir el beso de su esposo a su llegada al Capitolio.
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De acuerdo a la tradición, los presidentes norteamericanos suelen jurar el cargo en la escalinata del Capitolio frente a miles de personas en la Explanada Nacional, pero Trump canceló el evento por la ola de frío polar que azotó Washington, referían los cables internacionales. La jura del cargo se llevó a cabo en la Rotonda del Capitolio, ante algunas autoridades e invitados especiales, mientras la ceremonia se emitió en un estadio cercano lleno de simpatizantes del nuevo mandatario.
Beso en el aire
Uno de los detalles más comentados fue el estilismo y la elegancia de la nueva primera dama, Melania Trump, incluido un sombrero que le cubría los ojos y casi la mitad del rostro. Trump se acercó a su esposa para besarla en la mejilla, pero se topó con el ala dura del sombrero. Melania, impertérrita, no se inmutó y el beso del líder republicano se quedó en el aire.
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Este accesorio de estilo canotier (boat o gondolero) en azul marino destacó la copa recta con la parte superior plana, ala corta, plana y rígida, y estuvo adornado, como manda el modelo, con una cinta de color distinto, en este caso, blanco.
Con los ojos casi totalmente ocultos por el borde de su sombrero de lana, Melania Trump estuvo detrás del presidente electo Donald Trump en el escenario de la Rotonda del Capitolio de Estados Unidos mientras él prestaba juramento al cargo.
El sombrero de Melania Trump, hecho por el diseñador de sombreros Eric Javits, quien vive en Nueva York, era un detalle austero para un conjunto elegante de estilo militar. Su abrigo cruzado de lana y seda azul marino estaba ajustado a la cintura y se usaba con las piernas al descubierto y tacones de aguja de 10 centímetros.
Revistas especializadas como Bazaar cuentan que lo curioso del sombrero es que “Melania Trump y Eric Javits nunca establecieron comunicación para lograr este look; fue el estilista de Donald Trump, Herve Pierre, quien se encargó de llevar a cabo el acuerdo entre la primera dama y el sombrerero, que además, no suele aceptar pedidos personalizados, pero en esta ocasión no pudo negarse al privilegio de ver su obra en cadena internacional”.
La “desgracia” detrás del sombrero
Asimismo agrega que “aunque el acuerdo se llevó con meses de anticipación a petición de Melania, una tormenta de nieve afectó severamente un primer diseño enviado desde Miami a Nueva York, por lo que Eric Javits se vio en la urgencia de rehacer un segundo sombrero y enviarlo en tiempo récord a la primera dama: lo hizo en solo cuatro días”, refiere la publicación.
“La caja de cartón llegó mojada y el sombrero aplastado. Parecía como si hubiera estado enterrado en la nieve durante una semana. Obviamente estaba inservible y tuve que apresurarme para rehacerlo”, había revelado Javits a los medios.
Además de este episodio, el canotier seguía sumando anécdotas, inclusive el propio Donald Trump hizo referencia al accesorio diciendo que casi salieron volando el sombrero y su esposa en la despedida oficial a los Biden de la Casa Blanca. “Nos despedimos como se acostumbra y el viento soplaba como loco, con el sombrero que llevaba casi sale volando, casi la perdimos, se estaba elevando del piso…” dijo, generando la risa de los presentes.
El stiletto de 832 dólares
Trump también alabó a su esposa por hacer el esfuerzo de calzarse estos stilettos (taco 10 de 832 dólares) y caminar a su lado antes, durante y después de la ceremonia de asunción al mando y eventos posteriores a la jura, diciendo que la admiraba por soportar todo ese dolor. “No debería decir esto. Voy a pagar caro por decir esto, pero sus pies le duelen muchísimo, ya saben, esos tacones…”, dijo el republicano.
Respecto al outfit en sí, el abrigo y la falda de la primera dama fueron de lana de seda de Adam Lippes, un diseñador independiente estadounidense afincado en Nueva York. La exmodelo de origen esloveno lo combinó con una blusa marfil ceñida al cuello. “La tradición de la investidura presidencial encarna la belleza de la democracia estadounidense y hoy hemos tenido el honor de vestir a nuestra primera dama, la señora Melania Trump”, dijo Lippes en un comunicado en el que destacó la fabricación estadounidense por encima de la ideología política. “El atuendo de la señora Trump ha sido creado por algunos de los mejores artesanos de Estados Unidos y me enorgullece mostrar ese trabajo al mundo”, agregó.
Tradiciones
Las primeras damas estadounidenses no tienen mucha voz, pero se analiza el tipo de ropa que visten en busca de algún eventual mensaje. La difunta Rosalynn Carter, por ejemplo, suscitó fuertes reacciones por no ir de estreno a la investidura de su marido Jimmy en 1977. La intención era mostrar empatía por las dificultades económicas de los estadounidenses, pero a veces lo que la gente realmente quiere es glamur.
En los últimos años, las primeras damas han recurrido a diseñadores independientes para los actos de toma de posesión. En 2021, Jill Biden lució un conjunto de abrigo y vestido azul de Markarian, una pequeña marca de Nueva York. Michelle Obama causó sensación en 2009 con un traje color limón de Isabel Toledo y optó por Thom Browne para la segunda toma de posesión de su marido. Llevó vestidos de Jason Wu en los dos bailes de investidura.
Melania Trump, por su parte, se estrenó como primera dama vistiendo de Ralph Lauren en 2017. Ese año, cambió su vestido de cachemira azul celeste y su chaqueta bolero asimétrica a juego con guantes de ópera, por un vestido de crepé de seda de Herve Pierre, dos looks que denotaban una sensación de optimismo.
Su <i>look chic</i> de 2025 supone un cambio radical en su segunda etapa como primera dama.
Con el regreso de Melania Trump como primera dama, sostienen los expertos, también regresa el estilo, la sofisticación y la elegancia a la Casa Blanca. Casada por dos décadas con el presidente número 47 de los Estados Unidos, la exmodelo de origen esloveno es, fue y será un tema aparte en estos cuatro años de mandato del empresario republicano que ha comenzado su gobierno con una batería de 200 polémicos decretos.
Con información de las agencias EFE/AFP/Bazaar