Cargando...
El uso del oro se extiende también en el ámbito de la tecnología, la medicina y el arte, añadiendo un toque de exclusividad. Esta versatilidad refuerza su estatus como símbolo de lujo. Pero también, según los historiadores es el metal que mayor huella ha dejado en nuestra civilización.
Mercados como los de Dubái, Londres y Nueva York lideran la industria del oro de lujo donde este metal precioso continúa fascinando a un público ávido de distinción. Con su hermosa tonalidad dorada cautiva en todo uso.
Además, el codiciado mineral dorado está cobrando un brillo renovado como producto de inversión y un activo seguro para mantenerse a salvo de la volatilidad de los mercados. Además de su valor económico intrínseco, este elemento posee cualidades fisico-químicas fabulosas que lo convierten en un material natural valioso y único, refiere un artículo de la agencia EFE.
Imparable
El precio del oro, calculado en onzas o gramos, muestra una tendencia ascendiente en los últimos tiempos, de forma imparable e impulsado por la incertidumbre económica y la inestabilidad geopolítica, que estimulan la demanda del este metal por parte de bancos centrales, firmas inversionistas y usuarios particulares.
Además de su demanda al alza en momentos de turbulencias financieras o perspectivas de cambios a nivel global, invertir en oro es tradicional debido a que mantiene un valor físico real en todo el mundo, puede venderse y convertirse en dinero en efectivo con facilidad y es considerado un ‘activo refugio’ que sirve de protección contra la inflación sin desvalorizarse.
“Aunque alrededor de la mitad del oro que se extrae cada año en nuestro planeta se destina a la joyería, con casi la otra mitad convertida en instrumento de inversión, hay alrededor de un 10 % que se desvía a la industria”, señala Alejandro Navarro, bioquímico, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, e investigador y divulgador de la ciencia y la tecnología.
Lea más: El banco central chino reanuda las compras de oro tras medio año pese a precios récord
“Precisamente, gran parte del inmenso atractivo del oro procede de esta tendencia a no juntarse con nadie (en otras palabras, a no estropearse)”, destaca Navarro, que además detalla otras de las características peculiares y bastante impresionantes del oro son sus extremas ductilidad y maleabilidad.
Explica que una pieza de unos treinta gramos de oro (una onza troy) puede convertirse en “un hilo extremadamente fino, del precioso material ¡de hasta 80 kilómetros de longitud! Y la misma cantidad de metal, maltratado a martillazos, nos permite obtener una lámina de 25 metros cuadrados”, apunta.
El oro electrónico
El oro para fines industriales, continúa EFE en un artículo de Ricardo Segura, se utiliza en gran medida en las conexiones internas de casi todos los instrumentos electrónicos que utilizamos, con el fin de protegerlos de las interrupciones que las pequeñas corrientes de bajo voltaje sufrirían de otro modo en los dispositivos de estado sólido, según este investigador.
Un teléfono inteligente iPhone, por ejemplo, contiene unos 34 miligramos de oro distribuidos entre todas sus conexiones, y en el año 2015, la marca Apple recuperó una tonelada de oro solo de los iPhone reciclados, destaca.
Un menú extravagante
La tendencia del uso del oro en la elaboración de postres y champán crece en la alta gastronomía. Se convirtió en el ingrediente más extravagante de los chefs que buscan impresionar a sus comensales.
¿Te imaginás una pizza cubierta de oro? el restó baye Ray’s & Stark Bar de los Los Ángeles (Estados Unidos) lo ofrece. También, un helado sundae bañado con oro en Serendipity 3 de Nueva York o el Leckerbaer, Dinamarca con sus chocolates exclusivos. Así , el oro no solo embellece, sino que añade un estatus único a la experiencia culinaria.
¿Es inocuo? Eel oro que se ingiere se debe a su afinidad casi nula por reaccionar con otras sustancias, y a la inexistencia de procesos bioquímicos conocidos en el tracto digestivo que permitan convertirlo en un compuesto absorbible, según el escritor e investigador Navarro.
Explica que la falta de toxicidad del oro ingerido es la razón de que, a veces, sea espolvoreado sobre determinadas preparaciones de alta cocina, o incluido como ingrediente de algunas bebidas alcohólicas, como el Goldwasser, un aguardiente de hierbas con pequeñas escamas de oro.
También resulta sorprendente saber “que el oro metálico está autorizado como aditivo alimentario por la Unión Europea, con el código E175″.
Reacio
El bioquímico y economista Alejandro Navarro devela la historia del que describe como “el más célebre, fascinante y codiciado de todos los materiales: el hermoso y brillante oro”.
El oro es ‘reacio’ a combinarse con otros metales; no se oxida; puede estirarse formando láminas o hilos de milésimas de milímetro y es usado como ingrediente culinario.
Fuente y fotos: Agencia EFE.