La canasta mecánica

EL MÁXIMO BIEN.- Epicuro promulgaba una búsqueda constante del placer por sobre todas las cosas. Según él, solo a través del placer se puede alcanzar la curación del alma humana. Esto supone que una vida feliz y placentera puede superar las barreras del dolor físico o el malestar espiritual.

La canasta mecánica
La canasta mecánicaArchivo, ABC Color

Cargando...

Por algo Epicuro enseñaba en un jardín. Y era para evitar los mercados y tribunales, donde el comercio y la política conducían a la ambición y el poder. A la entrada de su vergel podía leerse: Extranjero, aquí harás bien en demorarte; aquí el máximo bien es el placer.

La búsqueda del placer no significa abandonar la razón por una vida dedicada al ocio. Se trata de dirigir la actividad intelectual a la obtención de placer y tranquilidad.

Quienes practican el epicureísmo no caen en el hedonismo más superficial, sino que saben minimizar el dolor para abrazar los placeres de la vida.

La sociedad moderna apuesta a la desmesura, a la opulencia y cuando aparece la crisis el pesimismo impera. Ante esto, la posibilidad de ser epicúreos es una buena alternativa. El pesimismo conlleva dolor, por qué no escoger la vía del optimismo. El placer no siempre cuesta dinero ni es exclusivo de las élites.

No son lo mismo el placer fisiológico, el gusto estético o el gozo intelectual relacionado con la inteligencia, con el arte, con la vida social, el amor compartido, el afecto de la amistad.

Difícil describir el placer de zambullirse en el mar, sentirse en plenitud en un día de sol, el estado de lucidez después de haber dormido bien o tumbarse en una hamaca a disfrutar de una siesta.

Claro que lo agradable, con toda su variedad, mejora la vida humana. Si el elemento estético se persigue en su pura formalidad, al margen de su función natural según los casos, puede llevar a la hipocresía y al vaciamiento, así como unas palabras agradables pierden valor si no son sinceras o contienen un mensaje pobre.

En la vida actual, con tantos miedos e incertidumbre, la senda de Epicuro se presenta como camino a la felicidad desde el optimismo y la senda del placer. Nada que ver con la austeridad del estoicismo, su escuela filosófica opuesta, también procedente del clasicismo.

Cuando experimentamos deleite, nos llenamos de energía positiva y entusiasmo, lo que puede motivarnos a perseguir nuestras metas y sueños. Es un recordatorio de que la vida está llena de oportunidades y que nunca debemos renunciar a nuestros sueños.

El deleite, máximo estado de placer, es una disposición mental que se logra cuando estamos plenamente presentes en el momento. Es un sentimiento que muchas veces se experimenta cuando hacemos algo que disfrutamos, o cuando nos rodean personas que nos hacen felices. El deleite es un estado mental que se puede cultivar con la práctica y es un sentimiento que se puede experimentar incluso en las circunstancias más difíciles. Es un recordatorio de que siempre hay algo que agradecer y que la vida está llena de posibilidades.

carlafabri@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...