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Según un estudio realizado por la Universidad de Brock, Ontario, Canadá, entre 18 mil personas, este es un grupo que representa a casi el 1% de la población mundial: son personas que no experimentan atracción ni excitación sexual por otro, por lo tanto no tienen necesidad de mantener relaciones sexuales.
Existen en forma individual desde hace muchos años, pero como grupo organizado se hicieron visibles hace poco tiempo, cuando empezaron a dar a conocer su postura, sus sentimientos y a reclamar por sus derechos. ¿Qué derechos? Los de sentir como sienten y a no ser juzgados por ser así
Los llamados asexuales no sienten la necesidad de contacto genital: no desean tener relaciones ni se excitan con otro y no buscan la descarga sexual como la mayoría.
Sin embargo, esta orientación sexual no les impide sentir atracción de otro tipo y formar vínculos de otra clase. Necesitan de afecto, intimidad y contacto físico no sexual. Tienen amigos, pueden sentirse atraídos intelectual o románticamente por alguien o hasta tener una relación afectiva sin contacto genital. También algunos se masturban, en ocasiones, por descarga de ansiedad o simplemente por gusto. Pero pueden vivir tranquilamente sin relaciones sexuales.
Quienes mantienen relaciones sexuales, no conciben la vida sin sexo, por eso califican como enfermos o reprimidos a la gente de este grupo. Incluso, muchos profesionales afirman que sufren una disfunción a la que llaman deseo sexual hipoactivo, y los catalogan como algo diferente a lo que son.
En una sociedad hipersexualizada, en la que chicos y chicas vieron porno antes de tener su primer encuentro sexual, es comprensible que exista un desencanto, una frustración por la forma actual de las relaciones sexuales.
Los motivos que llevan a alguien a dejar de tener sexo son personales y difieren de persona a persona. Ahora mismo, fuera de los vínculos de pareja, el sexo es ocasional, es rápido, sin vínculo, poco afectivo. Lo que la gente echa en falta es la complicidad, que no es lo mismo que amor ni enamoramiento.
Por otra parte el celibato voluntario, tomarse una pausa de las relaciones sexuales o citas, se está convirtiendo en una nueva tendencia entre adultos jóvenes, siendo esta una práctica muy común entre las mujeres, quienes se describen así mismas como solteras por elección.
Con una muestra de 1,500 adultos el Instituto Kinsey realizó una encuesta sobre sexo en Estados Unidos a inicios de este año, en la que el 16,5% de las mujeres dijo que son solteras por elección y que no son activas sexualmente, mientras que entre los hombres la cifra es del 9%.
Aunque las mujeres tienen más probabilidades de encontrar gratificante el celibato, los hombres más jóvenes están más satisfechos con esta práctica que los hombres mayores y las mujeres mayores la encuentran más gratificante que las mujeres más jóvenes.