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Se torna peor si quien gana y levanta la copa de la gloria del programa español Factor X es una bella joven, de hermosa voz, como es el caso de Ayelén, nombre de origen hebreo cuyo significado es roble y para los griegos y simboliza la fuerza y la justicia. Pero, aquí, entre nosotros, en vez de festejar el triunfo de Aye Alonso, y en vez de sentir alegría colectiva, aparece la envidiosa argelería de un sector pichado del alma guerrera guaraní, que la condena porque es soberbia ndayé, porque se equivoca al dar alguna respuesta. Porque usa lentes de contacto verde, porque su caché es de 25 mil dólares, por tomarse fotos con cartistas, porque su cabello es corto... ¡cómo se le hubiera criticado a Messi si era guaireño! Sobre el punto, un periodista amigo me comenta: “Los argentinos son tan orgullosos de los triunfos de sus compatriotas. Creo que nos falta un poco de eso”. Pido su opinión a una bailarina extranjera, también concertista de guitarra que me responde: “Quienes atacan en vez de aplaudir el triunfo de una artista como Ayé, ven su éxito como una amenaza importante para su integridad, su mérito y su autoestima”.
Ayelén cometió el error de convertirse en ganadora del certamen español Factor X. Y a una parte de nuestro público le atacó el “Síndrome de Procusto”, originado en el personaje mitológico que refleja la tendencia de algunas personas que sienten rechazo hacia quienes sobresalen por sus características positivas. Las personas que padecen el síndrome de Procusto intentan eclipsar a quien sobresale, llegando en algunos casos al abierto menosprecio, incluso mostrando actitudes de discriminación o acoso. Recordemos el caso de Nadia Ferreira. La bronca que les atacó a algunos personajes conocidos y no tanto cuando anunció su casamiento con Marc Anthony.
Un competidor de robótica sostuvo: “El miedo a que otro colega pueda sobresalir, lleva a los criticones envidiosos a acumular actividades, a crear falsedades, a distorsionar la realidad, y a hacerse cargo de cualquier cosa que sea necesaria para evitar que el otro pueda hacer algo más brillante”.
En cuanto al caché que dicen que Ayelén cotiza. Es la remuneración que refleja el valor de un artista y existe una negociación que incluye los costes asociados a su actuación en un recital, en un teatro, en un concierto al aire libre. Depende de la duración del espectáculo, y de la demanda del mercado. Se informó que en su visita al congreso le otorgaron el Premio Emilianio R. Fernandez, propuso realizar, en agosto, un festival gratuito en la costanera, para festejar el día del Folklore y Bachi Nuñez demasiado quiso tomarse una foto con ella que, muy educada, pensó que una selfie no se le niega a nadie.