El Ateneo Paraguayo, cuna del humanismo cumple 141 años

La desolación en la que quedó sumida el Paraguay en la posguerra de la Triple Alianza también marcó los esfuerzos de un resurgimiento en todos los ámbitos. Gran protagonismo en la vida nacional tuvo entonces el Ateneo Paraguayo, que precisamente hoy cumple 141 años.

Una clase de piano en el Ateneo Paraguayo.
Una clase de piano en el Ateneo Paraguayo.

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Una de las obras de gobierno de Bernardino Caballero fue la fundación del Ateneo Paraguayo el 28 de julio de 1883, muy probablemente influenciado por los intelectuales, los hermanos José Segundo y Adolfo Decoud.

“La conexión entre Caballero, los Decoud y demás fundadores del Ateneo, en todo caso, debemos buscarla más bien en la logia masónica que los nucleaba, cuyos ideales (...) son los mismos de los de la augusta institución, que se verán plasmados en los diferentes estatutos que a lo largo de la historia rigieron la actividad ateneísta, especialmente la del Instituto Paraguayo y el Gimnasio Paraguayo”, expone Manuel Martínez Domínguez en su libro.

La biblioteca del Ateneo Paraguayo posee 10.000 volúmenes de libros de autores paraguayos. Foto de Maximiliano Martínez.
La biblioteca del Ateneo Paraguayo posee 10.000 volúmenes de libros de autores paraguayos. Foto de Maximiliano Martínez.

En sus comienzos, el Ateneo fue un centro “eminentemente literario” y los opúsculos de esos pasos iniciales se conservan en su rica biblioteca. Tras 5 años de pausa, luego de sus primeros seis años de vida, resurgió bajo el nombre de Instituto Paraguayo.

Citando a Raúl Amaral, Manuel Martínez rescata que el Ateneo es “la institución de cultura más antigua del Paraguay, iniciadora y continuadora de todas las que convergieron a su cauce definitivo”. Desde sus inicios congregó a toda una pléyade de intelectuales que tuvo nuestro país.

Uno de los hitos más trascendentales en la historia del Ateneo tal vez sea el surgimiento en su seno de la Universidad Nacional de Asunción en 1889.

Cuando al Ateneo lo sucedió el Instituto Paraguayo a partir de 1895 y hasta 1916, considerada la primera época de esta institución tuvo una fructífera labor gestionando becas, la fundación de la Academia de Bellas Artes, la fundación del Club de Gimnasia y Esgrima y la fundación del Gimnasio Paraguayo, en 1913. Contaba con secciones de música, dibujo y pintura, literatura y conferencias. También secciones de peritos mercantiles, conocimientos útiles, educación física e idiomas.

Fachada del Ateneo Paraguayo en su sede propia que ocupa desde la década del 60 en la calle Nuestra Señora de la Asunción 820.
Fachada del Ateneo Paraguayo en su sede propia que ocupa desde la década del 60 en la calle Nuestra Señora de la Asunción 820.

Además dio nacimiento a la revista del Instituto Paraguayo, “la mejor publicación paraguaya de su tiempo” y de la que aparecieron 64 números durante 13 años, bajo la dirección de los más destacados intelectuales como el italiano Guido Boggiani y los paraguayos Fulgencio R. Moreno, Manuel Domínguez y Belisario Rivarola y el español Viriato Díaz Pérez.

De esos primeros años del siglo XX data la biblioteca del Instituto Paraguayo, cuyo acervo hoy forma parte de la biblioteca del Ateneo Paraguayo con más de 10.000 volúmenes que incluyen libros paraguayos con la colección de partituras más grande del Paraguay.

En los primeros años, el Ateneo Paraguayo funcionó en la casa de su socio honorario Luiggi Patri, actual edificio del Correo Paraguayo, luego pasó a la Escuela Normal de Maestros (Independencia Nacional y Buenos Aires, hoy El Paraguayo Independiente), antigua residencia de Carlos Antonio López, el primer Mburuvicha Róga, donde se proyectaba una majestuosa sede que lastimosamente quedó en planos.

Una clase de música en el Ateneo Paraguayo.
Una clase de música en el Ateneo Paraguayo.

En la segunda época del Instituto Paraguayo (1917-1933), juntamente con el Gimnasio Paraguayo, inspirada en el gymnasion de la antigua Grecia, se convirtieron en las dos principales instituciones de la cultura en el Paraguay.

El Gimnasio permitió una activa participación de las mujeres y se organizó el primer Salón de Primavera, en 1933, con el fin de ser una exposición anual de las artes plásticas, inspirada en la Ilustración francesa.

Con la fusión, ese mismo año, del Instituto Paraguayo y el Gimnasio Paraguayo resurgió el nombre del Ateneo Paraguayo, en medio de una fragmentada sociedad paraguaya y en su sexta década.

De ese nuevo tiempo es la denominación del salón de actos como Salón Samudio (1937), a moción de Pablo Alborno, en el primer aniversario de la muerte del ilustre pintor. Actualmente el Salón Samudio está en la Casa Vierci Machaín, sede propia del Ateneo desde 1964, por lo que acaba de celebrarse el 60º aniversario.

Los niños también aprenden música en el Ateneo Paraguayo.
Los niños también aprenden música en el Ateneo Paraguayo.

Década por década Manuel Martínez Domínguez rescata la historia y el protagonismo de esta noble institución que hoy sigue brindando el mejor de los aportes a la cultura paraguaya.

Con su rico historial, el Ateneo Paraguayo es sinónimo de liberalismo, tradición prestigio, elitismo, vanguardia, conservadurismo, academicismo, decadencia, retroceso entre otras abstracciones, dice Manuel Martínez Domínguez. En el prólogo también nos recuerda que la palabra ateneo proviene de la forma latinizada del griego “athenaeum”, nombre que recibían los templos dedicados a la diosa griega Palas Atenea, deidad protectora de la razón, la inteligencia, las artes y los ejercicios físicos. Todo eso y mucho más se resumen en 141 años de historia.

Fuente: Hacia una historia del Ateneo Paraguayo, Manuel Martínez Domínguez, 3ª Edición, 2023.

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