Matthias Haag, un francés conociendo Sudamérica: “Hay mil maneras de viajar y sobrevivir”

Matthias Félix Haag (23) es un joven mochilero que, como tantos otros europeos, quiso conocer Sudamérica. Recientemente estuvo pasando unos días en nuestro país. En esta nota, nos comenta sus impresiones viajeras y también cómo decidió en vez de solo postear en redes, crear un libro fotográfico de su recorrido.

El mochilero Matthias Haag, ciudadano francés y del mundo en su segunda visita a Paraguay, cumpliendo su sueño de conocer Sudamérica. 

Fernando Romero 10-05-24 Revista
El mochilero Matthias Haag, ciudadano francés y del mundo en su segunda visita a Paraguay, cumpliendo su sueño de conocer Sudamérica. Fernando Romero 10-05-24 Revista Fernando Romero 10-05-24 Revist

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En contraposición a la vida que va a toda prisa, hay cada vez más personas que quieren ir con calma y conocer la esencia de cada región, país por país. Tal fue el caso del joven Matthias Haag, oriundo de Montpellier, Francia. “Soy de la tierra de los vinos increíbles del Mediterráneo”, dice con orgullo. Lleva dos años y medio viajando como mochilero por América del Sur. “Mi padre es alemán y mi madre francesa; tengo una hermana pequeña, Ania, con quien hemos crecido oyendo ambos idiomas, y también inglés, porque visitamos muchas veces a una tía que vive en Londres

-En Europa la mayoría de los jóvenes maneja varios idiomas, muy útil a la hora de viajar.

Nacer en la Unión Europea, en el sur de Francia, me dio la oportunidad de aprender muchas lenguas, dialectos regionales, de viajar por intercambios culturales con países vecinos o incluso caminando por la ciudad se escucha hablar todos los idiomas del mundo. También cursé la secundaria en un liceo franco-alemán. Todo eso me ayudó a desarrollar el oído para aprender nuevas lenguas.

-¿Cómo aprendiste español?

Después de llegar a Sudamérica, enseguida empecé a hablar español con sus variantes territoriales: chileno, argentino, paraguayo, uruguayo y, en Brasil, aprendí portugués. Aprendí por la calle, en casas, viajando, charlando, tomando mate, vino o cerveza y compartiendo con los lugareños.

Mochileros
Muchos jóvenes optan por viajar como mochileros, pues es una forma relajada, placentera y económica de conocer personas, países y culturas.

-¿Cómo ha sido tu periplo en Sudamérica?

Salí en diciembre de 2021 de Europa y llegué en avión a Chile, ahí me moví haciendo dedo, en bus, a pie, a caballo, en lanchita, en camión, en moto o en cualquier móvil que me ayude a seguir recorriendo. Del sur de Chile pasé a al sur de Argentina y seguí para el norte, así llegué también a Paraguay, Uruguay y Brasil.

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-¿Siempre con buena estadía?

Sí, en cada uno de estos países me quedé a vivir un tiempo. Para mí quedarme es la mejor manera de conocer y aprender. No tengo esquema, la ruta propone el camino.

-¿Buscás algo especial con este viaje, alguna respuesta, superar alguna etapa complicada o simplemente recorrer?

Viajo desde chico, somos una familia mochilera, toda nuestra economía se inyectó en viajes y aprendizajes. Mis padres no compraron casas lujosas, vivimos de manera sencilla. Viajaba con ellos y también solo, ya sea para visitar familiares o amigos, por proyectos artísticos, sociales, de urbanismo, o por trabajo.

Un libro que recopila imágenes y relatos de viaje

“Este viaje tenía también un proyecto personal relacionado a mis estudios; primero quise armar una exposición fotográfica basándome en los aspectos culturales, sociales, históricos, sociopolíticos, geográficos, etc., pero a lo largo del viaje nació la idea de hacer un libro fotográfico. Este libro está disponible online y cuenta mi primer año de viaje a través de 472 páginas conteniendo ilustraciones, fotos, relatos y anécdotas personales. Ahora estoy preparando el segundo libro”, explica Matthias, autor de: Papa, Maman, ¡me fui a la vida!

-¿Lo vendés, te reditúa?

Va muy bien. Estoy feliz con mi proyecto porque el objetivo no es lucrativo ni numeroso. No quiero vender tantas copias, hago ediciones sobre pedido. Quiero que llegue al que realmente está interesado en tenerlo; ya ha llegado a Canadá, Australia, Chile y diversos países de la UE. (https://matthiashaag00.wixsite.com/pmmfalvlelivre)

Libro fotográfico de M.Haag, con paisajes y anécdotas sobre su aventura sudamericana.
Libro fotográfico de M.Haag, con paisajes y anécdotas sobre su aventura sudamericana.

Paraguay, un lugar para volver

“Llegué a Paraguay porque tengo amigos aquí que me invitaron a visitarles y porque me quedaba de paso. Esta es mi segunda visita a Paraguay, regresé porque vengo desde Río de Janeiro, voy hacia Bolivia y quise pasar a visitar a mi familia adoptiva, de corazón, antes de seguir por el Chaco”, señala el viajero.

-Buena razón para regresar, la contención familiar

Aquí la mayor parte del tiempo me quedé en casa de amigos o de paraguayos que conocí viajando. Igualmente estuve acampando en Parques Nacionales y también a través de aplicaciones sé dónde puedo armar carpa de manera segura, sea al borde de un río, por la playa, en plazas o estaciones de servicios.

A Paraguay llegué dos veces por invitación de amistades que hice en ruta. Ambas veces me he quedado más tiempo de lo previsto. Es un país donde me siento fácilmente acogido y donde creo he descubierto todas las versiones de la mandioca ja,ja,ja, lo que más me gusta es mandió chyryry. También aquí descubrí un país muy humilde, con carencias tremendas, pero con un corazón muy grande y solidario, creo que eso está impregnado en la cultura.

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-Hablando de la mandioca, ¿cómo es tu alimentación?

No tengo una rutina, como lo que tengo, cuanto puedo y cuando tengo. Cocino la mayor parte del tiempo, tengo mi cocinita de camping. Si paro en un hostel, cocino en las cocinas disponibles. Generalmente cocinamos en comunidad, nunca estoy solo, siempre comparto con lugareños u otros viajeros.

La vida es...

“La vida es un viaje y depende de cada uno como verlo. Un viaje puede ser largo, lejos de tu casa descubriendo el mundo, interesándote por otras culturas o personas, o simplemente saliendo a dar una vuelta por el barrio y observar lo que pasa fuera de tu zona de confort”

-¿Qué situaciones difíciles tuviste que atravesar?

Por suerte, no viví nada que me haya traumatizado. En El Salvador fui asaltado con cuchillo, pero logré salir ileso, también sentí que gente con malas intenciones se me acercaba, creyéndome “un banco caminando” por ser “gringo”. Algunas veces sentí que no estaba en el lugar ni el momento adecuado.

Otra vez estuve en el medio de un desierto, en La Pampa, haciendo dedo sin saber cómo llegar a destino. Se me estaba acabando el agua, la comida, no tenía señal y poquísima batería en el celular. En momentos así lo mejor es tranquilizarse. Aprovecho para sentir el lugar, lo vivo a pleno e intento aprender, apreciar. Fue mi decisión viajar, mi estilo de vida, nadie me obligó.

Si uno se concientiza así, con paciencia llega la ayuda, la gente adecuada. Lo que puede parecer una pesadilla se convierte en un momento de meditación, una anécdota para contar y algo para enseñar. Lo bueno lo disfruto, lo malo es una lección.”, filosofa nuestro entevistado.

Matthias Haag
Trabajando de guía a caballo en valle de Elqui, Chile, "iba hacia la laguna El Cepo", relata el viajero.

-El buen viajante intuye y mide los riesgos y el peligro.

Exacto, hay que tener conciencia de ambos. El mundo entero es peligroso, principalmente en las ciudades. Yo tengo cuidado con mis acciones y decisiones. Decidí que el miedo no tiene que interferir en mi vida. De lo contrario me hubiera quedado en casa haciendo nada y perdiendo mi juventud y libertad. En el camino se aprende y desaprende un montón, se crece, se abre los ojos, se observa. Somos tan pequeños al lado de “todo”. Estar vivo es vivir hoy porque mañana no sabemos.

-A veces sucede lo inesperado o lo peor. Hace un tiempo murió un francés en Paraguay, en un confuso caso.

Sí, supe. Trabajé en periodismo en Francia, conozco el destaque de las noticias trágicas. Opto por no dejarlas entrar en mi cabeza, prefiero enfocarme en causas positivas.

-Para viajar se precisa tener ganas y dinero, ¿cómo cubrís tus gastos?-

Mi proyecto incluía trabajar donde esté, sea en bares, hostales, cafés, restaurantes, etc. Trabajé en el campo, de guía de turismo, de traductor, hice animaciones de cumpleaños infantiles, trabajé en colonias de vacaciones, soy fotógrafo. Tengo la suerte de tener distintas herramientas para defenderme fácilmente donde sea. Y también hago voluntariado y otras actividades que me dan para bajar los costos del viaje.

-Te ha tocado vivir la juventud en un tiempo en que se viaja mucho.

Está más fácil encontrar opciones por internet, redes sociales, por la televisión o por la calle. Está más fácil tener curiosidad hacia lo desconocido. El planeta está súper mundializado, ya no es un lujo viajar fuera de tu país, hay miles de opciones para hacerlo a bajo costo. Solo hay que entender muy bien la diferencia entre ser turista y ser viajero.

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-¿Para qué sirve, al fin y al cabo, esta facilidad?

Internet y las redes sociales son un medio para tejer más conexiones entre culturas. El arte, la música y la cultura se pueden expandir muchísimo más fácilmente de lo que antiguamente podían.

Las Yungas, Bolivia
Un punto obligado para el mochilero que atraviesa Sudamérica, la región de Los Yungas o El camino de la muerte, en Bolivia (llamado así por las altas cifras de accidentes fatales, su carretera estrecha y con pendientes pronunciadas, sin guardarraíles la convierte en la más peligrosa del mundo). Esta región es una zona generalmente húmeda, nublada, con precipitaciones abundantes, propicia para el cultivo de café, cítricos, caña de azúcar y coca. (Foto Matthias Haag)

-A 2 años de viajar, ¿sos más francés que nunca o algún otro país te ha influenciado?

Más que de un país me siento de un lugar, eso es lo que me hace quedar cuando viajo, tiene que haber una conexión con las personas que conozco, con las que estoy, la presencia de elementos naturales cerca, la actividad que voy haciendo. Resumirlo a un país es difícil. Me siento ciudadano del mundo, aunque sé que mis raíces son del sur de Francia y del Mediterráneo, también influenciadas por otras nacionalidades y culturas.

-¿Cómo continúa tu aventura?

Ahora cruzar el Chaco yendo hacia Bolivia y luego ir subiendo hacia Perú, Cuzco. Allá me encontraré con una amiga francesa que se unirá al viaje y la aventura de mochileros. Vamos a estar juntos un mes y luego nos separamos hasta ver dónde las rutas nos unen nuevamente.

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