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Bajo el título “Robert Capa, íconos”, la muestra en la localidad normanda de Deauville presenta una colección de 150 objetos, entre los que se incluyen revelados originales, publicaciones de época, su inseparable cámara Leica y su máquina de escribir.
Michel Lefebvre, comisario de la exposición, describe este conjunto como “una joya”, especialmente debido a la pérdida de gran parte del material de Capa tras la guerra. La exposición estará abierta al público en el centro cultural Los Franciscanos desde el 25 de mayo hasta el 13 de octubre.
“La vida de Robert Capa es una novela”, comentó Lefebvre en una presentación a la prensa, aludiendo no solo a la propia narrativa de su intensa vida, sino también a sus memorias tituladas “Slightly out of focus” (“Ligeramente desenfocado”).
Capa, nacido como Endre Erno Friedmann en Budapest en 1913, tuvo que huir a Francia debido al fascismo en su país. Allí conoció a Gerda Taro, su compañera de profesión y vida, con quien adoptó el icónico nombre de “Robert Capa”, evocando la idea de un talentoso fotógrafo estadounidense.
Su estrellato comenzó en 1938, cuando el periódico británico Picture Post lo nombró “el mejor fotógrafo de guerra del mundo” gracias a sus impactantes imágenes de la Guerra Civil española (1936-39), especialmente la famosa foto “Muerte de un miliciano”.
Sin embargo, fue su trabajo durante el desembarco de Normandía lo que consolidó su leyenda. En junio de 1944, durante el Día D, Capa capturó algunas de las imágenes más emblemáticas de la batalla desde las playas de Omaha. Aunque la mayoría de sus fotos se perdieron debido a un accidente en el proceso de revelado, las pocas que sobrevivieron se convirtieron en símbolos perdurables del valor y el sacrificio de los soldados aliados.
La exposición también destaca trabajos posteriores, como sus fotografías de la Ciudad Universitaria de Madrid y el bombardeo de Vallecas, reflejando la “empatía” con la que Capa enfocaba su lente, centrándose más en las personas afectadas por los conflictos que en los conflictos mismos.
Capa, célebre por su lema “Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es que no te has acercado lo suficiente”, no solo fue testigo de la Segunda Guerra Mundial en varios frentes sino también de otros grandes eventos bélicos del siglo XX, incluyendo la resistencia china ante Japón, la primera guerra árabe-israelí, y el conflicto en Indochina.
Su empeño en la defensa del trabajo de los fotoperiodistas lo llevó a fundar en 1947 Magnum, la primera agencia de fotógrafos independientes, junto a David Seymour, Henri Cartier-Bresson, George Rodger y William Vandivert. A través de esta plataforma, Capa diversificó sus temas y realizó reportajes en color sobre moda, viajes e incluso retratos de personalidades como Ernest Hemingway, Pablo Picasso e Ingrid Bergman.
Philippe Augier, alcalde de Deauville, recordó una de las visitas de Capa a la ciudad en 1951, donde inmortalizó al periodista Joseph Kessel en una noche memorable.
No sé si es el mejor fotógrafo, pero sé que ha hecho las mejores fotografías de guerra”, concluyó Lefebvre, subrayando la importancia de Capa en la historia del fotoperiodismo.
La exposición, resultado de donaciones de la Agencia Magnum de París y coleccionistas como Steven Darty y Jean Sarkozy (hijo del expresidente francés Nicolás Sarkozy), es un tributo a la vida y obra de un hombre cuya visión y valentía siguen inspirando generaciones.