Cargando...
La que sigue siendo mayoría es la gente que no cuenta con dinero. Si antes existía la preocupación por las fechas de vencimiento para pagar cuentas, ahora se le suma a eso la obligación de aprender a administrar el uso del dinero móvil. O sea que seguís siendo pobre, pero ahora tu pobreza es 2.0, estás en la interoperabilidad y en la World Wide Web. Es cierto que son más cómodos los pagos digitales, la tarjeta de débito o crédito, el pago de una cuenta a través del teléfono celular. El uso de internet para pagar facturas o hacer compras en línea es más práctico, pero intensifica la desigualdad. ¿No existe cierto apresuramiento en eso de dejar de lado el uso del dinero en efectivo? Contar con algún dinero honesto siempre fue y sigue siendo cada vez más difícil, solo que aparte de seguir teniendo poca plata, resulta ser que ahora tenés que aprender a manejar tu escaso dinero virtual. Una amiga que viajó al extranjero me contó que ingresó a una cafetería donde había un letrero que decía: No recibimos pagos en efectivo.
Será cierto que llegará el momento en el cual el uso del efectivo será de mal gusto. En tiempos pasados los ricos se manejaban con billetes y los pobres con monedas. La desventaja del dinero en efectivo es que se puede perder, destruir o robar. También se sabe que uno de los riesgos más importantes en las transacciones online es el robo de datos personales y financieros. Para su propio beneficio los ciberdelincuentes buscan, constantemente, las formas de obtener acceso no autorizado a esta valiosa información. Para evitar esto se sugiere el uso de sitios web seguros.
Expertos dicen que las nuevas dinámicas de consumo exigen cada vez más practicidad y velocidad, y a eso responden los pagos digitales que, impulsados en gran medida por la pandemia de 2020, conquistaron la forma en la que las empresas cobran y en la que la gente compra. Así fue como el pos se volvió parte de la rutina de nuestras vidas.
Pedile a tu abuelito o a tu tía adulta mayor que se acostumbre a realizar pagos electrónicos, que use tarjetas inteligentes, que se agencie una billetera digital y explicale lo que es el código QR. La vejez sigue siendo vulnerable y está fuera del sistema contactless.
Las tecnologías tienen la capacidad de construir y planificar a largo plazo. También determinan los cimientos de la prosperidad para las generaciones futuras. Pero una versión perversa de estas herramientas puede privar de su capacidad para intervenir en el mundo a ciertas comunidades y personas. Papel moneda o dinero electrónico, ¿es esa la cuestión?