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La palabra tepotismo es un neologismo arcaico que utiliza la voz guaraní tepotí que significa mierda y el subfijo ismo que equivale a doctrina, tendencia, teoría, sistema, escuela, movimiento. Se traduce como el mierdismo.
Si el nepotismo es la selección de candidatos para cargos públicos haciendo primar las redes familiares, el amiguismo hace primar las redes de amistad por encima de los méritos y el interés general. En ambos casos se trata de seleccionar para un cargo a personas que no tienen mérito ni currículum para un puesto determinado, dejando de lado a personas que podrían ser idóneas para esa ocupación pública, pero que no cuentan con las redes de acceso o las recomendaciones de ciertas autoridades.
El nepotismo es también el acto de mostrar un trato preferencial a las personas por sus relaciones familiares o conexiones personales, en lugar de evaluarlas únicamente por sus calificaciones, capacidades o méritos. Se manifiesta contratando a familiares, concediéndoles ascensos o aumentos de sueldo injustificados, o concediéndoles privilegios que no están al alcance de los demás. El favoritismo es la constante: ofrecer un trato especial, ventajas u oportunidades a la persona amiga o a los miembros de la familia, como horarios de trabajo flexibles, asignaciones mayores o acceso a información confidencial.
Como dicen los expertos en ciencias políticas y democracia, Scott Mainwaring y Tomothy R. Scully, al facilitar el desarrollo de personalismos, se debilita la institucionalidad pública: No importa que el pariente o amigo esté bien preparado, lo incorrecto es que se facilita que los intereses particulares sustituyan al interés general. Además, en la mayoría de los casos, nepotismo y amiguismo tienen consecuencias perversas, porque generan relaciones laborales nada exigentes y menos productivas que las relaciones de trabajo no mediadas por la familia o la amistad. También crean una sensación de injusticia y desmotivación en el entorno laboral, que siente que su trabajo y sus calificaciones no se valoran en comparación con personas que ocupan espacios inmerecidos, porque se benefician de las conexiones familiares y de amistad.
En el caso del mierdismo paraguayo generado por senadores y diputados oficialistas, se refiere a la muy oportunista forma de encarar las reglas del parlamento cuando se trata de expulsar a una senadora opositora que molesta con sus denuncias; en cambio, cuando el caso busca defender a algunos de sus adeptos delincuentes parlamentarios, recurren a una solución diferente, a una regla elaborada ad hoc o a la que mejor le convenga al problema o fin preciso. Se acerca el marzo paraguayo. Las autoridades deben tomar en cuenta que irrita a la ciudadanía comprobar que todo se transa por cargos públicos con sueldos altísimos, sin considerar valores, principios, títulos reales y aceptando calificaciones de universidades fantasmas.