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Parece que el término fue usado por primera vez en 2009, en Blogspot, para luego ser adoptado por activistas del movimiento de los derechos de los hombres. La misma voz es también usada por periodistas para describir una reprobable red de blogs, foros y sitios web, caracterizadas, en su gran mayoría, por la misoginia, el odio a la mujer.
No es de extrañar la aversión a las mujeres por parte del machismo histórico que, de diversas formas, a veces violenta, a veces romántica, a veces burlona y casi siempre cruel, impuso su dominación a las féminas y se opuso y sigue oponiendo a perder esa mano dura, inflexible como poderosa del patriarcado machista.
Aspiro que en este siglo XXI estemos ante los últimos estertores del machismo misógino, porque una buena cantidad de hombres inteligentes y sensibles, se dio cuenta del maltrato masculino que oprimió a la mujer por siglos y milenios. Por eso es comprensible que, en esta etapa final de la misoginia organizada, las reacciones de algunos machistas empedernidos sean cada vez más groseras, agraviantes y violentas. Pero el machismo patriarcal tiene sus días contados, porque una gran mayoría de personas, hombres, mujeres, LGTBIQ+ comprendió que si queremos vivir en armonía y paz planetaria, lo vamos a lograr únicamente a través del respeto, la solidaridad y el amor incondicional a nuestros semejantes, a la naturaleza y a toda la galaxia.
Por supuesto que este final de la misoginia del patriarcado no será nada fácil y mucho menos simple.
La perversa idea de la supuesta inferioridad moral, intelectual y biológica, de la mitad de la humanidad, las mujeres, representa el fundamento del sistema patriarcal. Hay hombres, también muchas mujeres y personas de diferente orientación sexual que sostienen que se trata de una lucha contra los hombres y para obtener el poder. No es así. Es una justa en favor de los derechos de la mujer, que se viene desarrollando desde hace milenios, poco a poco, paso a paso, con sangre, sudor y lágrimas de mujeres, también de hombres y toda clase de personas que supieron acompañar esta épica, que obtuvo cambios importantes y que mejoraron toda la vida humana.
De todas maneras y aunque ya es imposible detener la caída del patriarcado, surge en Internet la manosfera, asociada con el acoso en línea, con los tiroteos masivos y atentados terroristas.
Machismo ni misoginia son innatos a los seres humanos. Más bien son comportamientos aprendidos, reproducidos y naturalizados. Por ello urge introducir nuevas masculinidades como parte de la política de los Estados. Nuevas masculinidades que promuevan el respeto a los derechos humanos, que valoren la democracia, la paz, la honestidad, que respeten las diferencias y que renuncien al ejercicio de la violencia y el odio social como patrón de comportamiento.