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Cristián Marín (39) y María Jesús Achondo (32) es una pareja de chilenos recién casados, por así decirlo, que siguen disfrutando de una luna de miel a punto de cumplir veinte meses. Ella es orfebre y él es ingeniero comercial. El es de Santiago y ella de Buin, un pueblito a 50 km De Santiago, región agrícola de Maipo, donde se producen algunos de los famosos vinos chilenos. En el futuro piensan vivir allí. Cansados de una vida rutinaria decidieron cambiar su estilo de vida. ¡Y vaya cambio! Una verdadera revolución con un viaje vía terrestre que arrancó en julio de 2022 para recorrer Sudamérica en la Gordachov, una camper rusa equipada por ellos mismos. “En Chile éramos personas con una vida superrutinaria, con muchas obligaciones y responsabilidades, pero con muchos sueños también. Nos casamos en mayo del 2022 y quisimos comenzar nuestro matrimonio juntos con esta luna de miel XL, que nos va a dejar recuerdos para toda la vida”, empiezan en esta entrevista a su paso por Asunción.
–¿A quién se le ocurrió bautizar el viaje como una luna de miel XL?
–No es que lo hayamos bautizado así, pero es lo que es jajaja; le decimos así porque este viaje es justo después de nuestro matrimonio, por tanto, clasifica como luna de miel, ¡jajaja!
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–¿Y cómo y cuándo empieza esta aventura? ¿Alguien les dio la idea? ¿Algún antepasado quizás para ese espíritu aventurero?
–Aunque los dos somos de familias que les gusta la aventura, no hay una persona puntualmente que nos haya dado la idea. Eso sí, muchos factores se mezclaron. Primero, Cristián ya había hecho un viaje por el mundo hace algo más de 10 años y quería compartir esa experiencia conmigo. Además, su padre era piloto de carreras, por lo que la conducción es algo que lleva en su sangre. Empezamos a organizar este viaje hace muuuucho tiempo, por el 2014 por ahí, ahorrando mes a mes y planificando muy bien cómo hacerlo. Y finalmente, como motivo que nos terminó de convencer para hacerlo, fue que en la pandemia a mí me encontraron una enfermedad crónica y autoinmune (colitis ulcerosa). No se sabe exactamente de dónde proviene, pero sí se piensa que el factor emocional y tensional impacta muy fuertemente, por lo que un cambio en el estilo de vida era el mejor “experimento” que podíamos hacer. Así que nos decidimos a hacerlo y la decisión no pudo haber sido mejor.
–¿Cómo fue el día en que salieron de casa? ¿Y cuánto llevan recorrido hasta Paraguay? ¿Cuántos días se quedaron en nuestro país y qué les parece?
–Nos acordamos del día que salimos de casa como si fuera ayer, ha sido todo superrápido jaja… fue un 23 de julio del 2022, y fue nuestro tercer intento por salir. Las semanas previas había caído mucha nieve y los pasos fronterizos estaban colapsados, por lo que cerraron el tránsito y tuvimos que esperar. Aprovechamos de hacer unos últimos ajustes a la Gordachov y despedirnos de todos nuestros familiares y amigos. Tenemos incluso videos donde ellos nos despiden y entre risas nos desean suerte: “Ojalá que no se tengan que volver otra vez” jaja… y ya llevamos ¡19 meses!
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Llegamos a Paraguay a principios de enero y hemos recorrido una preciosa parte durante todo el mes. Quedamos boquiabiertos con las Misiones Jesuíticas, su belleza e historia, pero también conocimos la historia de Asunción, visitamos un castillo en Villarrica y, obviamente, Ciudad del Este. Nos ha encantado Paraguay, pero más aún su gente. Ustedes son personas muy amables, genuinas, alegres. Nos hemos llevado una muy linda sorpresa en todo el mes que hemos estado aquí.
–¿Cuántos países y kilómetros ya llevan recorridos? ¿Podrías resumir las peripecias o anécdotas, las cosas más insólitas que vivieron durante el viaje?
–Hasta el momento llevamos 45.000 kilómetros, y hemos recorrido gran parte del continente. Subimos por Argentina hasta Bolivia; pasamos desde el altiplano hasta las playas de Perú, donde cruzamos a Ecuador. Luego recorrimos Colombia por sus costas y montañas, entramos a Venezuela y la conocimos casi completa; después nos adentramos en las inexploradas Guyanas (Guyana, Surinam y Guayana Francesa), para salir por el Amazonas hacia Brasil y bajar por ese país durante 6 meses hasta aquí, conociendo antes la Provincia de Misiones, en Argentina. ¡Ha sido una ruta maravillosa con todo tipo de escenarios y llena de aventuras!
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Nos ha pasado de todo, desde dormir a 4.500 metros de altura, acampando en un asentamiento inca en Perú; pasar una noche literalmente “en ninguna parte” después de salir de una frontera en Colombia y no tener autorización para entrar a Venezuela; o incluso se nos prendió fuego a nuestra camper en medio del Amazonas, al poco rato de habernos cruzado con un jaguar. ¡Realmente hemos tenido muchísimas aventuras! La mayoría las estamos escribiendo en un libro y también las publicamos en nuestro Instagram.
–¿Vieron algunas de esas serpientes enormes, tipo de películas en la Amazonia?
–¡Uff! En Surinam, yo conté en un solo día cuatro serpientes cruzándonos en el camino. No tengo fotos, porque iba manejando y la Jesu iba durmiendo. Pero eran cuatro enormes, amarillas, fosforescentes, por la mitad de la ruta.
–¿Han sentido miedo al pasar por esos sitios tan desolados?
–No, no hemos sentido miedo, y no lo decimos por una falsa valentía, sino hemos convivido bien con la naturaleza. El único lugar donde nos hemos sentido más o menos indefensos fue entrando a las Guyanas en el camino de Rupununi que comunica Boa Vista, Brasil, con la capital de Guyana, Georgetown, en medio del desierto. Estábamos completamente solos cuando un accesorio que llevábamos detrás en el asiento tocó el positivo y negativo de la batería y por tanto comenzó a genera calor y se empezó a incendiar el carro, adentro. Saltamos bajo el auto, salimos como pudimos y con nuestra ropa apagamos el fuego para quitarle el oxígeno. Se me derritió una chaqueta, pero logramos salvar. Fue superespecial, se nos cruzó un jaguar –como ya dijimos–, y en medio de la selva, probablemente no era un territorio muy adecuado para tener un problema. Pero gracias a Dios, a los diez minutos pasó un vehículo de militares y ellos pararon y nos ayudaron para seguir. Chequeamos la parte mecánica para descartar alguna falla. Fue como algo problemático, pero no alcanzamos a tener miedo. Uno en este tipo de viajes al final siempre encuentra a alguien dispuesto a ayudar. Es increíble, pareciera un milagro, pero es así.
–¿Cómo está equipado el vehículo para que aguante semejante tour?
–Viajamos en un vehículo poco común, pero completamente adecuado para este viaje. Es una UAZ Bukhanka, camper rusa 4x4 que se sigue haciendo desde 1958 a la fecha. Nosotros la bautizamos como la “Gordachov”.
Una muy linda primera etapa del viaje fue analizar qué debía tener y después camperizarla. Viajamos con los medicamentos de la Jesu, por lo que energía solar y una neverita eran indispensables, pero además le incluimos un buen closet para llevar ropa de todo tipo; una carpa al techo para dormir protegidos, cocina, lavaplatos, un estanque de agua y algunos accesorios adicionales para poder parar a dormir tranquilamente en cualquier lado. ¡Hasta un espacio para llevar vinos tiene, jaja!
Pero hay una curiosidad mejor. Y es que aquí en Paraguay también está esta marca. Aprovecho para agradecer especialmente a Katia y Horacio de UAZ Paraguay. Fue por ellos que nos decidimos a venir. Nuestra camper necesitaba ser revisada por gente que conociera la marca y ellos nos han ayudado muchísimo. Los invito a todos a conocer UAZ Paraguay, tienen diferentes tipos de carros, todos equipados y con un valor excelente. ¡Eso nos convenció a nosotros y la apuesta fue perfecta!
–La naturaleza por la que van atravesando ¿cómo se presenta y cómo pueden ir pintando los paisajes de los países?
–Como sudamericanos creemos que hay que estar muy orgullosos de la tierra donde vivimos, y tenemos como misión aprender a cuidarla mejor. Nuestro continente es un escenario repleto de belleza natural, cordilleras nevadas, playas paradisíacas, selva indomable, desierto, etc… Realmente es sorprendente, y una suerte para nosotros poder atravesarla y contemplarla como se merece.
Cada dibujo tiene una historia, igual que los stickers. Salimos de Chile con una línea que tiene los principales íconos de cada país, pero en el camino hemos conocido amigos que han querido dejarnos su recuerdo para siempre en la Gorda, y eso nos ha emocionado mucho. ¡Está llena de tatuajes ya, jaja!
–¿Es cansador viajar continuamente? ¿Cómo hacen para reponer energías, descansar y proteger la salud?
–Viajar es cansador, eso es muy cierto. Pero nosotros nos propusimos ir a la velocidad de nuestras posibilidades. Dependiendo de las energías, de cómo se siente la Jesu con su condición, de las rutas que se nos vienen y del clima; vamos decidiendo continuamente cuándo movernos. Intentamos mezclar los días de harto viaje, con otros más instalados en algún lugar, para así no hacer nada apurados, ni tan exigente.
Pero también tomamos algunas decisiones antes de partir, para combatir ese posible desgaste de viajar. Lo primero fue cambiar los asientos delanteros por unos más cómodos ¡jaja! Fuimos a una desarmaduría de carros y la Jesu los eligió. Además, cerramos la conexión entre la parte de adelante y de atrás, así que si alguien está cansado o se siente mal, se puede ir durmiendo atrás sin problemas durante el viaje. Y finalmente, la clave ha sido mezclar el lugar donde dormir. Nos quedamos en una mezcla de todo: campings, posadas, casas de personas, estaciones de servicio, departamentos, etcétera... Damos gracias a Dios que en términos de salud, esta decisión nos ha ayudado mucho, porque los exámenes de la Jesu han mejorado mucho desde que salimos. Y si seguimos así, podríamos incluso pensar en ser padres.
–¿Pasaron por algún temporal? ¿Cómo les fue andando bajo lluvia o entre raudales?
–¡Sí! ¡Nuestro continente tiene su personalidad, jaja!… y nos ha tocado vivirlo directamente. En Venezuela, por ejemplo, atravesamos la Gran Sabana en medio de la temporada de lluvias, que se llevaba casinos y puentes. Gracias a Dios la Gorda es 4x4. Luego en Surinam, tuvimos que manejar horas a 40km/h por la poca visibilidad que teníamos con tanta lluvia. En Colombia, incluso, atravesamos un trayecto en medio de una tormenta eléctrica y los rayos pegaban ¡muuuy cerca! Obviamente uno se preocupa, pero la clave está en no arriesgar más de la cuenta. Avanzar solo si es posible y con mucha precaución en caminos más difíciles.
–¿Cómo hacen para solventar el viaje? ¿Qué les parecen los precios del combustible en cada país?
–Como les contamos, nos organizamos por más de 8 años para ahorrar y poder financiar el viaje. Cristián además tiene un trabajo online que algo nos ayuda también, pero es casi completamente con ahorros. El combustible tiene fuertes variaciones entre países. El más barato, hasta ahora, es Venezuela, donde venden el litro de nafta a 0,5 dólares “precio internacional”. Nosotros como chilenos estamos acostumbrados a un precio alto, por lo que llenar el tanque a un precio más bajo que en nuestro país “aun nos alegra”.
–¿Cómo los trata la gente en cada país? ¿Dónde encontraron la gente más canchera?
–Gracias a Dios el viajero de carretera es transversalmente visto como alguien “buena onda”. El latinoamericano es muy de piel, conversador, amable… en todos lados nos han tratado increíble. Hay pequeños rasgos de diferencia entre algunos países: el brasileño es muy alegre, el argentino tiene mucha personalidad y se acerca fácilmente a saludar, el boliviano es un poco más tímido, el venezolano más “farandulero”, etcétera… pero todas las personas con las que hemos compartido han sido muy buena gente con nosotros, incluso los policías o controles en la ruta.
Como comentábamos anteriormente, nos sorprendió muy gratamente el pueblo paraguayo. No habíamos tenido la suerte de conocer gente de aquí, pero han sido muy amables y colaboradores con nosotros. Nos encantó compartir con ustedes. ¡Nos llevamos recuerdos y amigos que mantendremos seguro!
Anfitriones en Paraguay
Horacio León y su esposa Katia Meyer recibieron a Cristián y Jesu en Asunción. Los llevaron a conocer lugares, probar las comidas más tradicionales y se hicieron muy amigos.
–¿Cómo se dio este encuentro?
–Sabíamos que andaban de viaje por Sudamérica, escribieron a UAZ Paraguay y comenzamos a organizar su estadía y agendar el service de la UAZ Bukhanka en el taller posventa, comenta Horacio.
De ese modo, llegaron el 14 de enero, en principio se quedaban una semana, pero les gustó tanto Paraguay que extendieron la estadía a dos semanas. “Nosotros les llevamos a conocer lo que pudimos: San Ber, Areguá y distintos lugares de Asunción y alrededores. La verdad que Cristián y Jesu son personas muy buenas, lo que hizo que la relación con ellos fuera muy amena; llegaron como viajeros y se van como buenos amigos”, resalta.
Horacio considera que “es impresionante lo que están logrando, emprender un viaje de esta magnitud con las dificultades que trae es realmente fabuloso. El viaje, que partió como algo que soñaron, les está dando muchas alegrías y llamando la atención de miles de personas que les siguen el rastro en esta aventura. Después de compartir con ellos estos días cuesta dimensionar lo que están haciendo y sin duda alguna lograrán su objetivo final, arrancarse un rato como dicen ellos”.
–¿Ustedes se animarían a hacer algo así?
–Nos encantaría poder hacer algo parecido algún día en familia, establecer rutas y conocer todos juntos las maravillas de nuestro continente.
Más info: Instagram
@nosarrancamosunrato