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En nuestro país la celebración del Año Nuevo siempre busca atraer la prosperidad. En tiempos en que los calendarios se regalaban en cada esquina y en todos los comercios que ya no quedaba lugar en las paredes para colocarlos todos decían siempre lo mismo “Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo”.
Era el único regalo con motivos de paisajes, pinturas, mujeres hermosas entre otros diseños, hasta que desaparecieron casi por completo, pues ya los tenemos incorporado en los celulares, en la computadora y en los relojes.
Mucha gente tiene sus propias cábalas, individuales o de familia, para estas fechas.
La ministra de Turismo, Angie Duarte de Melillo tiene una sola cábala que la adaptará a sus anhelos para el 2024: “cruzar la calle con mi maleta a la Medianoche para poder viajar mucho el próximo año”, asegura. Pero agrega un detalle: “Como mi principal deseo en esta época del año es planificar mi año nuevo, voy a pedir que el Paraguay reciba muchos visitantes nacionales y extranjeros! Que los paraguayos hagamos turismo interno y conozcamos todos los rincones de nuestro hermoso país! Para eso voy a incorporar a mi cábala estar vestida con un sombrero pirí y un chal con la tela del poncho parai de 60 listas para que Dios entienda que lo que quiero tiene que ver con viajes al Paraguay”.
La actriz Clotilde Cabral también pone en práctica la cábala de sacar las maletas en los primeros minutos del año nuevo. “Voy a salir con la maleta a cruzar la calle. (Esta vez voy a salir con dos, a ver si voy más lejos)”, comenta y también recuerda que de niña rezaban con su mamá, su papá y los ocho hermanos delante del pesebre. “La oración siempre era por la familia y la paz del mundo”, menciona.
Las uvas y la lenteja
El mecenas Nicolás Latourrette Bo, director propietario del Museo de Arte Sacro de Asunción, también tiene unas pocas cábalas muy concretas que se practican desde antaño en su familia y él lo sigue hoy. “Solo las 12 uvas, una moneda de oro en la copa de champán al brindar y dinero en la billetera”, afirma.
Atraer la fortuna es práctica tradicional en varios otros hogares paraguayos. El Arq. Ramón González Coronel cuenta que todas las cábalas en su familia tenían que ver con la fortuna e incluyen: comer cerdo en Año Nuevo para atraer el dinero, contar los billetes que uno tiene consigo para tener suerte en las finanzas y ensalada de poroto para atraer la abundancia.
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La arquitecta Mabel Causarano, cuyos abuelos y tíos tanto paternos como maternos eran italianos, recuerda que en la familia mantuvieron la tradición de servir en la cena del 31 de diciembre un plato de lentejas para cada comensal y un racimo de uvas. “Las lentejas simbolizaban la abundancia (eran las monedas de oro). Del racimo, se comían 12 uvas, una por cada mes, con un deseo que permanecería secreto (salud, familia, trabajo, estudio, amistades, afectos, viajes, encuentros, regalos, etc.)”.
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Además recuerda que cuando niños, “distribuíamos nuestros deseos en los juguetes y equipos de entretenimiento y deportes (patines, bicicleta, raquetas)” para que puedan cumplirse en el nuevo año.
El doctor Carlos Pintos nos cuenta que en los deseos de Navidad y Año Nuevo en su casa mencionan siempre a los seres queridos y amigos más allegados a la familia para que les puedan llegar las bendiciones.
Carlo Magno Pintos, estudiante paraguayo en Taiwán, detalla que los estudiantes de distintos países aprovechan la oportunidad de lucir sus mejores prendas, van a cenar juntos todos los becarios y amigos de las universidades. Luego de la cena llevan mantitas para extender en el suelo y buscar el mejor lugar desde donde observar la cuenta regresiva de la hora 00:00. “Vemos los fuegos artificiales en el Taipei 101 y coincidimos siempre con mucha gente, amigos, familiares. Termina eso y se organizan encuentros y eventos de la comunidad latina. Concluye con una gran fiesta, sin distinción de países, ni estudiantes de las colectividades”.
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Paraguayos en otras latitudes
En otras culturas la tradición de las Fiestas de Fin de Año incluyen siempre, primero, despedir el año que se va con la Noche Vieja y, luego, recibir el flamante Año Nuevo.
Los paraguayos que viven en otras latitudes lo saben muy bien y muchos comparten con ABC Revista sus experiencias.
Roberto Gubo reside desde hace años con toda su familia en Viena. “En Austria, el vals se baila tradicionalmente en Nochevieja. Al filo de la medianoche, cuando los cohetes se elevan en el aire y todos desean Feliz Año Nuevo, se toca el Vals del Danubio Azul. La creencia es que se baila hacia el Año Nuevo con pasos alegres como un augurio de felicidad y bienestar”, detalla.
En la mesa preparada para el Año Nuevo la cena suele ser a base de cerdo porque indica abundancia. “Se decoran los lugares para cada persona con unos chanchitos rosaditos para atraer la abundancia y el trébol de cuatro hojas en señal de buena suerte y buena fortuna para el año que comienza”. Roberto Gubo también explica que a todo esto se añaden monedas doradas con chocolate para la abundancia.
Todas son cábalas de los austriacos que los paraguayos residentes en ese país también lo adoptan en sus costumbres. “En la decoración también se incluye la imagen del deshollinador que es un personaje que augura la limpieza de todas las cosas malas que la gente quiere desechar del año que termina para empezar un año nuevo limpio. Se usa muchísimo porque es una figura simbólica que es el que limpia las chimeneas para evitar que la suciedad acumulada afecte la armonía en la calefacción de la casa. Si el hollín satura tapa la chimenea y no funciona”.
Otra cábala para la buena suerte son las herraduras de caballos hechas de chocolates o mazapán que también se usan para decoración de la mesa. El colorido insecto de la mariquita también trae buena suerte.
Entre otros detalles muy popular del festejo se compran figuras de estaño que se colocan en una cuchara especial y se derrite con una vela encendida. Ese líquido se vierte en agua fría para que aparezcan figuras que la gente interpreta como augurios para el año que empieza.
Mucha gente acostumbra en Viena llegar antes de la medianoche hasta la Catedral de San Esteban para esperar allí el Año Nuevo y ver los fuegos artificiales que solo se utiliza para la fiesta de Año Nuevo en un espacio muy conocido que se llama el Sendero de San Silvestre.
Renovar el pesebre
El padre Hugo Fernández, del Museo Monseñor Sinforiano Bogarín, también menciona que lo más característico del Año Nuevo en su familia, además de la cena familiar era la de Renovar el Pesebre. “Se ponían hojas verdes nuevas y se daban la vuelta a los animalitos y demás figuras del Pesebre! Esta vez ya no hacia el Niño sino que hacia el Mundo! Nos enseñaban que después de la Navidad todos los que conocieron al niño Jesús salían al mundo a contar a todos lo que habían visto en el pesebre, por eso se daban vuelta las figuras del pesebre!”, explica.
Esta costumbre se mantiene en varios pesebres paraguayos.
En las Antípodas
María Salomé González es una paraguaya que vivió durante décadas en Japón donde formó familia. Cuenta que una de las tradiciones más extendidas en toda Japón es que en los primeros minutos del año nuevo, luego de los saludos familiares, los japoneses corren hacia las iglesias para pedir sus mejores deseos.
El festejo tiene dos partes, despedir el año que se va y recibir al que llega. En Noche Vieja se consume el Nihon soba, un fideo que se corta, y que representa todo lo malo del año anterior. Sin embargo, en la comida del Año Nuevo los platos son muy elaborados y decorados, abundantes frutos de mar y otras delicias de gran colorido que significan la abundancia y la fortuna. Se come al mediodía o a la mañana incluso ni bien llegan los invitados a la casa.
Una costumbre muy extendida también es preparar la casa para que esté impecable. Se tira todo lo viejo y roto para que el Año Nuevo entre a una casa bien bonita, limpia y arreglada.
Juana Del Puerto de Narazaki es otra paraguaya residente en Japón cuenta que la mayoría en ese país son budistas y la tradición de ir al templo se llama Omisoka. La gente acude para escuchar las campanas de noche vieja y se quedan hasta el amanecer para las campanadas del Año Nuevo. Es una práctica que realizan todas las religiones en Japón y muchas actividades se centran en sus templos. Por ejemplo, los atletas hacen maratón en el templo donde se hacen merecedores de los premios.
Como en esta época hace mucho frío en el país en el templo se toman bebidas calientes para el cuerpo. Se consume el sake y también té de jengibre con miel.
Los jóvenes se visten con primorosos kimonos para entrar a las casas a saludarle a sus padres en Año Nuevo. Se sientan en almohadones reverencialmente agachando la cabeza hasta la cintura en señal de respeto. Los abuelos o los tíos tienen la costumbre de regalar dinero en sobres, lo que se llama otoshidama. Son sobres especiales para tal fin y es muy tradicional, incluso para los adultos.
Los niños utilizan una especie de pandorgas que hacen volar y que tienen forma de aviones u otros elementos el día 1. Están hechos de papeles o telas bien resistentes.
El menú se prepara en ollas de barro por tratarse de comidas caseras con verduras saludables para el cuerpo y para la salud. Se acompaña con arroz blanco y también se utilizan utensilios de barro.
El transporte público funciona 24 horas ese día por la afluencia masiva de gente. Como son etapas de exámenes finales el 2 de enero se retoman las clases.
Mezcla de yuyos
El Paseo de los Yuyos del Mercado 4 y el Tereré Literario también se preparan para la celebración del Año Nuevo con una mezcla de las tradicionales hierbas para espantar la mala onda y atraer la buena suerte.
Las hierbas elegidas son siete: ruda, romero, menta, taropé, lavanda, hierbabuena y hojas de canela.
Javier Torres, creador del Tereré Literario explica que la mezcla de hierbas se debe hervir y utilizar para enjuagarse antes de la medianoche. Se le puede agregar un poco de miel para endulzar. El objetivo es atraer el amor y el dinero.
Otra práctica de Año Nuevo que tiene que ver con la herboristería es plantar en torno a la casas plantines de hierbas aromáticas y energéticas. Estas sirven para la protección y atraer buenas vibras.
El verso metafísico
Alfredo Moraes es un artista muy espiritual. Nos da una oración para estas fiestas. “Es algo cortito pero muy poderoso” menciona.
El verso metafísico
De acuerdo con la voluntad de Dios,
En nombre de Jesucristo,
En armonía para todo el mundo,
Bajo la Gracia y de manera perfecta
Deseo...
Gracias Padre que ya me has oido
El artista explica que siempre se pide primero paz, salud, voluntad, armonía y mucho amor por la humanidad y por el Paraguay. También debemos pedir por nuestros próximos- prójimos. Por nuestra familia y luego por nuestros pedidos propios. Y agradecer... total de alguna manera se realiza por ese poder psicotrónico fuerte de deseo.
Esta es una oración de los metafísicos, los teósofos y siempre usamos, explica. “Siempre uno hace el pedido a Dios, en el maestro en quien crees, en armonía con el mundo en el sentido en que lo que vos pedís no le perjudica a nadie porque todo lo que pedís debe ser algo noble, primero para mundo hasta llegar a la familia y para ti mismo”.
Moraes rescata que esta oración es algo que utilizan para sus deseos la maestra Alice Bailey y ha sido empleada por teósofos y gnósticos. También la gente iluminada como don Rene Pérez, venerable maestro de los rosacruces, han difundido esta poderosa oración para atraer la paz y bendiciones para el hogar.