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“Ruido muy fuerte que sigue al rayo durante una tempestad, producido por la expansión del aire al paso de la descarga eléctrica”. Una definición sobre este fenómeno climático estruendoso es, realmente, la descripción certera de la persona artística quien lleva el nombre Trueno.
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A hoy, Mateo Palacios Corazzina tiene tan solo 21 años y ya viene surfeando una ola cuya cresta no para de crecer. El chico, oriundo del popular barrio argentino La Boca, conoció las mieles de convertirse en figura pública en muy poco tiempo, pero así como es, sencillo y consciente de sus raíces, no dejará que lo que algunos llaman “éxito” nuble sus nobles ideales de hacer música en comunidad, cantar sobre la realidad latinoamericana y compartir con su familia y su público.
Pero esta seguridad la tiene, según él mismo afirma, gracias al apoyo total de su familia. Es que el pequeño Mateo creció rodeado de música y de la más diversa. Él es hijo de Juliana Corazzina, quien influyó mucho en él en su lado más rockero, y de Pedro Palacios, conocido como Pedro Peligro, uno de los referentes del hip hop en Argentina. También su abuelo paterno, Yamandú Palacios, fue músico y guitarrista de folclore.
Por más que el juego y el fútbol estaban también ahí presentes, Mateo se encontró de muy chico con las “batallas” de freestyle. Tenía solo 14 años cuando comenzó a incursionar en el mundo de las competencias, hasta que lanzó su sencillo debut “K.I.N.G.” en 2017. Numerosos singles se sucedieron hasta que en 2019 cobró mayor relevancia colaborando con Bizarrap para lo que sería su sexta sesión de freestyle y más tarde la sesión de música original número 16 con dicho productor.
“Atrevido”, su álbum debut, comenzó a marcar desde 2020 su camino hacia lo que sería su identidad musical, ya que el artista mostraba un interés genuino en unir mundos, como si de una mezcla de su herencia se tratara.
Mateo fue creciendo y su sonido evolucionando, para llegar a concebir un nuevo disco en 2022 llamado “Bien o mal”, un verdadero manifiesto de sus orígenes, de las causas que defiende y de los sueños por los que pelea. Con el hip hop como espina dorsal, Trueno puso en la licuadora el sonido de sus principales referentes: los miembros de su familia, generando así una asombrosa fusión con música popular argentina, rock y funk.
Ese disco lo catapultó a un nivel de reconocimiento mundial, ya que gracias a él pudo girar por varios países del mundo, siendo Paraguay un lugar que visitó varias veces, siendo la última febrero de este año para encabezar el festival Cosquín, donde se metió al público al bolsillo.
Tras esta etapa marcó un hito en su carrera al colaborar junto a los Cypress Hill en “Fuck el Police Remix”, con el que despidió su elogiado y premiado álbum “Bien o mal”, que fue Gardel de Oro 2023. Y aún disfrutando de otro nuevo sencillo llamado “Tranky Funky”, viene de lanzar lo último que es “Ohh Baby”, nuevo adelanto de su próximo álbum, donde celebrará al hip hop como cultura en su 50º aniversario.
–¿Cómo se vive el hecho de atravesar a diferentes generaciones?
–Increíble. Justamente, creo que el Cosquín es el evento que más permite enlazar generaciones reuniendo un poco a la vieja y a la nueva escuela, que al fin y al cabo abre las puertas para que pasen cosas como esta. Ayer, de la nada, Ciro me invitó a subir a hacer freestyle con ellos. Para mí es un honor y un orgullo poder combinar con ellos.
–Antes de que todo esto suceda, ¿cómo era ese Mateo niño que vivía en La Boca y que absorbía toda una cultura muy interesante propia del barrio?
–Muy feliz. Siempre tengo muy buenos recuerdos de mi barrio, por eso también las referencias y el agradecimiento en las canciones. Después me tocó también vivir lo que fue la banda Comuna 4 de mi viejo, que también de ahí aprendí lo que era representar el barrio, entender que es muy importante el sector donde vos nacés, que hay que ser agradecidos y apreciar. La Boca es un barrio muy lindo, pero la verdad que siempre que vuelvo y pienso en el barrio me llevo un buen recuerdo, que mi infancia fue muy linda ahí, mis amigos están ahí todavía y que eso va a ser parte de mí toda la vida.
–Mencionas a tu padre MC Peligro, fundamental para tu formación, ¿cómo te atravesó haberlo visto crecer también en su carrera?
–Yo siempre lo vi ahí como con todo el sacrificio y el progreso de hacerlo por vos mismo, yo lo vi escribiendo los temas en mi casa, después grabando en mi casa, ensayando para ir a tocar en vivo, armando su banda, todo hecho por él, a pulmón. Eso me cautivó, aparte que escuchaba mucha música con él, compartía la composición, los ensayos, entonces como que me contagió directa o indirectamente. Después creo que en la vida de un niño uno puede hacer mil cosas, yo quise ser jugador de fútbol, esto, lo otro, pero siempre el rap estuvo ahí como una diversión muy presente que nunca se fue. La vida también fue haciéndome encontrar con ese camino que me terminó llevando a lo que es hoy mi vida, que es la música. Máxima parte de la culpa la tiene el peligro por vivirlo conmigo y yo aprender de que se puede.
–Tu abuelo Yamandú Palacios también que fue un folclorista, o sea que hay mucho de música popular, latinoamericana en tu bagaje, que es algo que se siente y oye mucho en tu último álbum.
–Tal cual. Muy importante. Cualquier factor de mi familia fue importante porque realmente tengo una familia de artistas, lo cual agradezco. Hoy en día yo también estoy enamorado del arte gracias a ellos, mi abuelo, mi mamá también es música, entonces siempre donde yo veía en mi familia o con quien me sentara a hablar o comer terminábamos hablando de música. Creo que, bien o mal, busque llevar al rap un poco un mensaje consciente y social latinoamericano porque tenemos un continente hermoso, la música es muy linda acá también y porque estoy orgulloso así como estoy orgulloso de mi barrio, mi cuadra, también estoy orgulloso de mi continente y mi país.
–Eras muy niño cuando empezaste en las batallas que son un poco crueles ¿cómo atravesaste eso?
–Creo que las críticas y bajones son muy necesarios. Yo fui muy criticado, era muy chiquito, tenía 14 años, quizás esperaba otra cosa, pero eso me sirvió para saber afrontarlo porque hoy en día quizás las críticas ya no me afectan ni me fijo en eso; pero bueno, eso es también parte de la entrega al público, de hacer algo públicamente, entregarse a la devolución y al veredicto de la gente que te va a ver. Después entender que hay gente que simplemente critica, que puede no gustarle lo que vos hacés, también hay gente que quizás de mala o buena manera te puede estar diciendo algo que te puede servir, quizás es una crítica, pero la podés tomar y construir en algo bueno y positivo.
–A partir de eso, ¿cómo decidir el mensaje del tercer álbum, que habla de la riqueza de Latinoamérica, pero también las crisis, y construir la narrativa con fundamento?
–Yo creo que es un poco como replicar lo que todos como latinoamericanos vivimos, cada país tiene su cultura y su historia, pero no creo que haya muchas diferencias entre las injusticias de Argentina, Paraguay, México o Latinoamérica en sí. Es un continente conectado de por sí, tenemos una realidad bastante parecida, somos familia, hay un montón de cosas que vivimos que son hermosas, otro montón que no son tan lindas y hay cosas que ni la tele ni nadie comunica, entonces ahí es cuando a uno le da las ganas de agarrar las riendas y hacer las cosas por sí mismo, de levantar la mano. Yo lo hice sin saber cómo la gente lo iba a recibir. También es eso, arriesgarse a ser libre y decir lo que uno piensa, por suerte de otro lado hubo gente que me siguió con el mensaje y eso es todo mérito del público. Ahí te puedo decir que simplemente dije lo que necesitaba decir.
–Sos una persona que se destaca por su banda, ¿eso surgió de manera espontánea o hay algo que se buscó desde influencias?
–Nosotros lo buscamos mucho. Yo soy muy fan de las combinaciones que se hicieron de rock con hip hop, como las canciones de Aerosmith con Randy MC, Limp Bizkit, Linkin Park, y yo me tripeaba con eso, me volvía loco. Atrevido (2020) lo hice un poco así, pensando en cómo quería que sea mi show en vivo, también las canciones de este último las hicimos pensando en el descontrol que se puede llegar a dar arriba porque nos encanta, por eso siempre que venimos a un evento como el Cosquín o donde sabemos que va a ser quilombero como nosotros, lo disfrutamos al 100%.
–Leí que te marcó la película “8 Mile”
–Creo que a todos los raperos nos marcó esa película, quien te diga que no, te está mintiendo. Fue muy importante para la cultura, más para los chicos que batallamos. Creo que la primera batalla fue la de la película, no lo podía creer.
–Pensando en las letras, porque Eminem es un tipo muy frontal, ¿cómo medís las cosas que decís?
–Es que es muy difícil pensar en cómo el público lo va a recibir, uno nunca termina de tener el control sobre si a la gente le gusta o no le gusta. Entonces ahí creo que estoy más en el método de tratar de ser 100% transparente con lo que voy a decir y con lo que me nace sacar y que pase lo que tenga que pasar.
–El hecho de cruzar fronteras, ¿cómo esto contribuye a tu música?
–A mí me encanta conocer los países, la música de los países, siempre que vengo a un país trato de meterme a los barrios no tan populares, así conozco la verdadera realidad, porque uno no conoce la realidad estando en el centro. Lo que decís, “Bien o mal” nace de cómo yo veo mi continente y mi país desde afuera, pudiendo viajar. A veces uno necesita salir y verse y cómo uno pertenece a una sola familia. Eso influyó mucho en mi último disco.
–Hablas de luchar mucho al comienzo, ¿cómo seguir teniendo los pies sobre la tierra?
–Yo creo que lo que a mí me mantiene tranquilo y disfrutando es que todo lo que logro no lo logro yo solo, sino que lo hago con un equipo que es una familia, con mi padre, mis amigos. Todos nos impulsamos a todos, nadie está de más. Para mí, lo más importante es mantenerse con las mismas personas que estuvieron ahí luchando con vos cuando nada pasaba todavía o todo parecía mucho más lejano. Es el único consejo que puedo dar, que se mantengan con su gente y traten de disfrutarlo todo, porque cuando uno llega es merecido el trabajo de todos.
–¿Recordás cómo fue cuando ibas a dar tu primer show grande?
–La verdad que fue como progresivo, porque yo estoy en el escenario desde que tengo memoria, entonces siempre mi sensación antes de subirme a un escenario fue disfrute, ganas de que pase ya, aunque falte una hora, quería subir ya, porque siento que los nervios vienen de algo negativo. No es miedo, sino ansiedad, quiero tocar ahora y eso me pasó siempre, porque mi relación con el escenario estuvo desde que yo nací.
–¿Qué artistas te emocionan hoy?
–Muchos, soy fan de muchos, desde géneros que nada que ver, los raperos de Estados Unidos, si veo a 50 Cent me muero, soy superfán de Randy, de Puerto Rico, y así con miles. Me llevan a lugares diferentes. Te transportan a diferentes momentos.
–Como hablábamos hace rato de folclore y música popular.
–Yo todo lo que escuché más de la vieja escuela se lo tengo que agradecer a mi familia, obviamente escuché mucho a mi abuelo Yamandú, a Zitarrosa, gracias a mi madre escuché rock argentino; Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Charly García, Spinetta. Ellos supieron transmitir o si no, siento que me hubiera quedado solo en el hip hop y esa rama tiene una riqueza musical enorme que tiene nuestro continente, que sumó un montón al concepto. Estoy agradecido porque tenemos leyendas en el continente.
–Vos y colegas están marcando un nuevo momento.
–Para mí sinceramente todo lo que está pasando en superpositivo, me pone contento porque todos lo que hoy están representando al país y el continente es gente que peleó, se armó su camino, se ganó su lugar. Eso, al fin y al cabo, abarca un país, una escena, un movimiento, también siento que todos le tienen respeto a la vieja escuela. La idea es que el continente y el país se muestren fuertes donde sea, de acá para adelante, así que agradecimiento a la vieja escuela y bienvenida a la nueva que va a representar lo que somos.
–¿Crees que tienen un mensaje en común? ¿Propias inquietudes?
–Yo creo que sí, también las generaciones nuevas vienen con un chip más establecido en cuanto a la moral, la inteligencia, la igualdad, yo tengo un hermanito menor que es más pillo que yo, tiene 13. Veo a los nuevos chicos y la tiene clara de cómo tiene que ser, cómo tiene que tratar el ser humano a la sociedad, no tengo duda de que la música también venga más avanzada y con un mensaje superpiola.
–¿De qué sentís que estamos escapando? Que las generaciones anteriores la tuvieron difícil y nosotros podemos romper.
–Creo que la ideología natural del ser humano, el respeto entre todos, la igualdad entre todos que quizás antes no estaba tan establecida por una forma de vivir y de que te digan que tenés que vivir diferente, siento que estamos en un momento positivo donde cada vez se vea más a las personas por igual sin importar el género, color de piel, país, al fin y al cabo es lo que siempre tendría que haber pasado, pero bueno, mérito nuestro de poder hacer ese cambio y generarlo en toda la gente. Así creo que van a seguir pasando muchas cosas porque por suerte en ese sentido creo que cada vez la cabeza de los seres humanos se va abriendo más y va siendo más transparente, que es lo más sano, pero ahí estamos, en proceso.
–Pensando en tus letras ¿cómo sentís que vas creciendo?
–Poco me doy cuenta cuando creo. Sí las hago conscientemente, pero es algo que va sucediendo, supongo que viene de una maduración personal que uno la va transitando de a poco. Yo ahora escucho “Bien o mal” y recién ahora me doy cuenta de todo lo que pasé y aprendí. Ahí estamos de a poco, madurando, llegando a nuevos horizontes y descubriendo nuevas cosas. Ahí vamos a estar creando, a dónde va esa música, qué implica y qué representa.
–A hoy ¿qué sigue representando la música?
–En general en mi vida la música es superimportante, son los colores de mi vida, sin música mi mundo y el mundo de todos creo que sería gris y estaría bastante triste. Soy un adicto a la música.