Cargando...
Durante su estancia, los libros de Enrique Rojas se vendieron como pan caliente. El reconocido psiquiatra, padre de la también reconocida psiquiatra y escritora Marian Rojas Estapé, muy seguida en redes sociales, firmó los ejemplares con gran amabilidad, intercambió palabras con sus seguidores y posó para las fotos.
De manera amena y locuaz, este profesional cautiva a la audiencia, cada vez más interesada en la salud mental. Precisamente, la investigación de Rojas se centra en dos cuestiones cruciales: la depresión y la ansiedad. Escribió numerosos libros de autoayuda, ensayos y artículos periodísticos en los que aborda los trastornos depresivos tan comunes en nuestro tiempo.
Tanto en sus conferencias como en sus redes sociales, Rojas desarrolla estos temas fundamentales. Para evitar conflictos que lleven a drásticas determinaciones, sobre todo jóvenes, el profesional subraya la necesidad de que las personas cultiven tres dimensiones fundamentales: el cuerpo, el alma y la psicología. “En un mundo que se ha secularizado demasiado, desaparece la dimensión espiritual y eso es grave”, reflexiona.
Advierte sobre la creciente adicción a las pantallas: “Existe en la gente joven y en la menos joven mucha adicción a las pantallas y eso es muy grave, ¿no?, entonces hay que saber utilizar de forma inteligente la tecnología. Eso significa madurez”, aconseja.
El psiquiatra también destaca como factor importante la educación en la familia, señalando la importancia de tener en cuenta tanto el componente emocional como el intelectual. “La educación en la familia debe tener a los dos componentes a la vez. Hoy se ven con bastante frecuencia padres ausentes y esto es grave y hay que corregirlo”, opina.
En busca de la felicidad
Vivir feliz es la meta de muchas personas, lograr ese estado de ánimo, de bienestar y plenitud. Para Rojas, la felicidad se basa en dos pilares fundamentales: tener una personalidad equilibrada y un proyecto de vida que abarque el amor, el trabajo, la cultura y la amistad.
“¿Cuántos tipos de felicidad existen? Existen muchos, pero hay dos especialmente importantes que son la felicidad puntual y la felicidad estructural”, detalla.
La felicidad puntual –señala– son los momentos felices que son importantes, pero fugaces, como felices navidades, feliz fin de semana, felices sueños, feliz día de boda con los amigos: “Y luego está la felicidad estructural. Es cuando uno hace balance de su vida y explora el amor, el trabajo, la cultura y las amistades y hace un resumen, lo que se llama en Castilla, un arqueo de caja”.
Tanto el psiquiatra como el psicólogo son complementarios y desempeñan un papel fundamental en la atención de la salud mental: “El psiquiatra y el psicólogo se han convertido hoy en los médicos de familia. Son muy cercanos”.
¿Cuál es la diferencia entre el psicólogo y el psiquiatra? A lo que Rojas responde: “El psiquiatra es médico y, en consecuencia, receta fármacos y el psicólogo es un especialista en la conducta. Los dos son complementarios y se ayudan recíprocamente”, destaca.
Finalmente, Rojas aboga por campañas de prevención de enfermedades psicológicas a nivel público y la promoción de cursos que enseñen cómo mantener una salud mental sólida.
“Que también existan cursos que se expliquen en qué consiste tener salud de cabeza, es decir, no tener depresiones, ansiedad, estrés, tener una personalidad bien constituida. Entonces es una parte pública que es muy importante que depende del Ministerio de Salud y luego una parte privada que somos nosotros”, declara.
En Madrid, dirige el Instituto Rojas Estapé, con el que organiza muchos cursos de este tipo. “Acabo de hacer en Madrid un curso de cinco horas sobre inteligencia emocional. ¿Qué es la inteligencia emocional? Es aquella modalidad de la inteligencia que mezcla a la vez corazón, cabeza y cultura y hoy es muy importante”, manifiesta.
Considera que la inteligencia emocional es esencial en la sociedad actual y debe ser promovida activamente, recordándonos que en todo momento es importante cuidar de nuestra salud mental y emocional en un mundo cada vez más desafiante y acelerado.