Una clavecinista por la salvaguarda musical

Clavecinista y creadora de un importante portal de partituras, la brasileña Rosana Lanzelotte estuvo por Paraguay y no perdió la oportunidad de transmitir sus conocimientos a los músicos locales.

Rosana Lanzelotte.
Rosana Lanzelotte.SILVIO ROJAS

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Emocionó con un concierto con el Bach Collegium de Asunción en el Teatro Tom Jobim del IGR (Instituto Guimarães Rosa) de la Embajada del Brasil. Ella es Rosana Lanzelotte, excelsa clavecinista brasileña quien, además, es la ideóloga de una interesante plataforma que busca la difusión de la música de su país.

Muy contenta de haber estado en suelo paraguayo, Lanzelotte también dio charlas y una clase magistral sobre el instrumento que ejecuta. Comenta que en el concierto que dio con músicos paraguayos incluyeron un variado repertorio, encabezado por obras de Johann Sebastian Bach, que es el principal compositor barroco, y que ha escrito tantos conciertos para clave.

Rosana Lanzelotte.
Rosana Lanzelotte.

A Rosana no solo le gusta ejecutar música que fue escrita específicamente para el clavecín, sino que disfruta mucho de hacer adaptaciones para el instrumento. Así es que a lo largo de una vasta trayectoria fue estudiando obras de compositores brasileños que, en sus palabras, funcionan muy bien para el clave. En el mismo concierto en suelo paraguayo también incluyó obras de Ernesto Nazareth, compositor y pianista brasileño, considerado uno de los grandes del choro, género musical del vecino país.

Lanzelotte explica que hay un álbum enteramente dedicado a Ernesto Nazareth en el clave. Añade que si bien él escribió para piano, en varias de sus piezas dice que “acá el piano suena como un cavaquinho, acá el piano debe sonar como una guitarra”. Y el clave es nada más que una guitarra con un teclado, porque cada cuerda es accionada por una pequeña paleta, como una guitarra. El cavaquinho es como una guitarra muy chica, de cuatro cuerdas; se utiliza mucho en samba, por ejemplo, y en choro.

¿Y qué características debe tener una música para que se pueda transportar al clavecín? “El clave no tiene pedal de sustentación, por tanto, no se puede hacer, por ejemplo, Debussy en clave, porque necesita esta mezcla de sonidos que el pedal de sustentación produce”. Pero una música muy ritmada, como esta de Ernesto Nazareth, que puede tocarse en la guitarra o cavaquinho, que suena muy rítmica, y cuya armonía también es muy arpegiada, se puede traer al clave.

Rosana Lanzelotte.
Rosana Lanzelotte.

En la época barroca, los clavecinistas tocaban también las piezas de laúd, que es un instrumento de cuerdas también pulsadas, dice. “Entonces es una transposición parecida; algo que fue escrito para la guitarra en Brasil, se puede tocar en la clave. Otro ejemplo es el Choro número uno de Villa-Lobos. Se puede tocar, suena buenísimo en clave, porque es algo para guitarra, que es un poco arpegiado; así, tiene un lenguaje que se transporta bien para el clave”.

Si no se toca, se pierde

Rosana Lanzelotte.
Rosana Lanzelotte.

Hay mucha importancia en seguir ejecutando un instrumento antiguo hoy en día. La clavecinista explica que hay repertorios que fueron escritos para este instrumento, y si no se tocan en el mismo no se puede apreciar la verdadera idea. Pero agrega que le parece muy bien también hacer piezas nuevas, contemporáneas para el clave. Cuenta que ha grabado otro álbum con piezas contemporáneas de compositores brasileños, que dedicaron a este álbum piezas nuevas para el clave, explorando el lenguaje del instrumento tal como es, y trayendo nuevas ideas, contemporáneas. “Así se hace vivir un instrumento, ¿verdad?”.

Recuerda que su encuentro con el clavecín fue por suerte, ya que ella tocaba el piano y fue a hacer un curso de música en Ouro Preto, y allí había un clave. Fue a través de una excelente maestra de clave que se enamoró del instrumento. “Me gustaba mucho el repertorio barroco de Bach, Scarlatti y todo eso, entonces después de mi diploma de piano me dediqué al clave como instrumento principal”.

Es siempre una gran alegría reencontrar a Bach, pero hoy, a causa de su proyecto Música Brasilis, en el que tienen partituras de compositores brasileños de todas las épocas, después del siglo XVI hasta el siglo XXI, es importante que su carrera de músico también tenga un contacto con esta idea de divulgar compositores brasileños, sostiene. Es por ello que hace encomiendas a compositores actuales, de nuevas obras para clave, y sigue tocando aquellas que son para otros instrumentos y se pueden adaptar al clave, siempre de compositores brasileños.

Al rescate de las partituras

En 2005 estaba trabajando con el gobierno francés para el Año de Brasil en Francia, cuenta. “A las orquestas francesas les gustaba la idea de tocar a compositores románticos y nacionalistas brasileños; conocían muy bien Villa-Lobos porque había sido editado por una editora francesa. Les parecía que un país que había producido Villa-Lobos debería haber producido otros compositores, y de hecho tenemos grandes compositores que no tuvieron la misma suerte de ser publicados por editoras europeas”.

Pero no lograron obtener las partituras y nadie las tocó, relata. “Parece que hay un vacío de música en Brasil, lo que sabemos que no es verdad”. Lanzelotte, además de clavecinista es doctora en informática, y comprendió que había necesidad de juntar sus dos habilidades para construir un portal que hace de puente entre el músico y la biblioteca; porque los músicos cuando van a tocar un recital no van a hacer investigaciones en bibliotecas, tocan lo que tienen facilidad de tocar, dice.

El portal es dedicado a estas ediciones que llaman “de prácticas dirigidas a la ejecución”, para que los músicos puedan fácilmente, la mayor parte de las veces gratuitamente, bajar las partituras y tocar.

Explica que en la plataforma Música Brasilis tienen todas las canciones de Carlos Gomes, por ejemplo, para canto y piano. “Estamos trabajando en las canciones de Alberto Nepomuceno, otro gran compositor del final del siglo XIX, inicio del XX. Tenemos muchas del siglo XIX”, agrega.

Comenta que, en el siglo XIX, después de que la Corte portuguesa vino al Brasil empezó una actividad de impresión de música muy activa. A principios del siglo XX se publicaban 2.000 títulos diferentes cada año en ese país. Cuenta que todo lo que es de dominio público lo disponibilizan gratuitamente, y lo que no, como Ary Barroso, etc., envían a un sitio americano que las vende. Así el repertorio puede continuar circulando; incluso cuando no es posible de forma gratuita, lo que se paga es poco porque la versión digital es muy barata, explica. “Entonces, lo que es importante, y estas editoras comprenden esto, es que los músicos puedan tocar esta música, si no, la música muere”.

Es una página que sigue creciendo cada día porque se van agregando archivos. “Estamos muy contentos en este momento porque el año pasado conseguimos un gran patrocinio, Instituto Cultural Vale y BNDES, el Banco de Desenvolvimiento de Brasil, para hacer 5.000 partituras en dominio público. Ya hicimos 3.000 y quedan 2.000 más hasta agosto de 2025. Pero lo que es muy gratificante es que podemos tener núcleos de investigación en varios puntos de Brasil. Por ejemplo, Belén, capital de Pará. (…) Hay repertorios muy ricos que nunca salieron de allí. Lo mismo sucede en varios otros puntos del país”, dice.

“Siempre estamos buscando musicólogos e investigadores locales que nos puedan ayudar con esta investigación de repertorios nacionales que puedan integrar esta colección. Porque para nosotros es importante que sea representativa de la extensión y la diversidad de géneros que tenemos en Brasil”, sostiene.

Hablando de diversidad, cuenta que le están dando mucha importancia a las compositoras mujeres; muchas están siendo descubiertas, porque las mujeres no tenían acceso a las editoras. “Conocemos muy bien a Chiquinha Gonzaga, que esta sí es una muy conocida, porque tuvo una serie en TV Globo y todo eso. Entonces, todos saben quién es, y es una gran compositora. Pero como Chiquinha hay muchas otras”.

El acervo de partituras incluye también trabajos anónimos, como varios cancioneros que se coleccionaron en el siglo XIX.

Por su parte, Ney Canani, agregado cultural de la Embajada del Brasil comenta que la idea de traer a Rosana fue un poco por demanda de músicos paraguayos. “Los músicos paraguayos siempre me decían, mirá qué fantástica esta plataforma Música Brasilis, qué pena que no tenemos nada así en Paraguay”. Fue así que nació la idea de traer a la creadora de la plataforma, quien compartió sus conocimientos con el público interesado. Un gran proyecto para tener en cuenta en el camino a la salvaguarda de la musical local.

Más info

https://lanzelotte.com

https://musicabrasilis.org.br

Instagram: @rosanalanzelotte @igrasuncion @ musicabrasilis

Facebook: Musica Brasilis

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