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Indiscutiblemente Karai Octubre es hombre de campo, aunque ahora la tradición lo ha traído a la ciudad. Es un personaje de “figura robusta, de estatura más bien baja, glotón, nómade, sin ocupación determinada ni fijo destino a su peregrinaje”, describe Maurico Cardozo Ocampo en su obra Mundo Folclórico Paraguayo (Editorial Cuadernos Republicanos, 1989).
“No tiene nombre, ni apellido; es apenas un ente difuso conocido con el apelativo de Karai Octubre, cuyo rostro tampoco es visible, ya que entre sus particularidades está la de usar un sombrero de alas muy anchas que le cubre casi toda la cara”, sigue describiendo.
En la explicación del folclorista, nuestras abuelas, al irrumpir el décimo mes del año, solían preparar “una gran ollada de jopara (comida autóctona, mezcla de maíz y poroto) que toda la familia come hasta la saciedad a fin de matar el hambre durante todo el mes”.
Según la leyenda –rescatada por Cardozo Ocampo–, si Karai Octubre llegaba al rancho campesino y encontraba abundante comida en la olla “comprobará que ahí no tiene nada que hacer con su mensaje de indigencia”. La abundancia lo hacía huir por otros lares.
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Actualmente, comer jopara se ha vuelto una verdadera tradición en las casas paraguayas, no solo del campo, sino de la ciudad, lo mismo que el karu guasu como celebración para la abundancia cada 1 de octubre. Los comedores de los mercados, los restaurantes más renombrados y hasta cualquier copetín de barrio en la ciudad tienen el plato como menú obligado del día.
La consigna es comer hasta la saciedad y alimentar a los animales para espantar al personaje de marras. Un plato muchas veces no es suficiente, así que está permitido el viro y el reviro (repetir y repetir el plato). Ni pensar en dietas.
Celebrar y compartir
Margarita Miró Ibars le da tal importancia a esta folclórica tradición que la ubica entre las celebraciones religiosas en su libro Alimentación y Religiosidad Paraguaya (Servilibro, 2001). “Una de las versiones populares es que Karai Octubre anda por alguna esquina o tupa guýpe (debajo de la cama), vigilante, presto para el acecho”, detalla y explica que para contrarrestar el efecto negativo de su presencia hay que preparar un suculento poroto o jopara (poroto y locro) e invitar a los vecinos. Compartir es un condimento importante en esta tradición.
“Otra versión popular es que a Karai Octubre no le gusta el poroto, por esta razón donde se lo consume el no entra”, explica la investigadora.
Sobre el origen de la leyenda también alude a las provisiones guardadas de la cosecha anterior en que solo queda en abundancia el poroto, pues los demás bastimentos como el maní ya han terminado. Por eso los abuelos realizaban un encuentro comunitario para compartir y pedir la protección de lluvias benévolas para que la siembra sea fructífera. “Era predisponerse mentalmente para el tiempo de carestía y esperar con optimismo la cosecha”.
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Una variante del Pombéro
Para Dionisio González Torres (Folklore del Paraguay, Comuneros, 1980) Karai Octubre parece ser “una variante del mito del Pombéro, personaje parecido, o tal vez el mismo Pombéro, que aparece una sola vez al año, el primero de octubre”.
Es costumbre de nuestra gente –dice González Torres– para recibir bien a octubre, un mes con poca cosecha, comer opíparamente. Caso contrario, el personaje “aparece ese día con sombrero de paja y munido de un largo rebenque con el que azota a los que no se banquetean con un karu guasu (comilona) ese día”.
Acota que octubre era un mes temido por la gente, porque las cosechas terminaron y la siembra acaba de terminar o está en sus últimos días. Por tanto, la próxima cosecha está lejos y si no se toma la previsión de guardar los alimentos, la gente lo pasará mal. Por tanto, el karu guasu “es un modo de ganar la bienqueriencia de Karai Octubre para no pasar mal ese mes”.
Latigazos para espantar
Otra costumbre ancestral para espantar al temido personaje, y que aún sigue vigente en varios lugares, es ahuyentar a Karai Octubre a latigazos. Dice de esta práctica don Mauricio Cardozo Ocampo: “Las abuelas toman un arreador o rebenque y en las primeras horas del día dan vuelta alrededor de la casa, azotando al aire y el suelo con estrépito, en tanto repiten amenazadoramente, como una letanía en locución guaraní: Cháke Karai Octubre, cháke Karai Octubre (cuidado, señor Octubre), como queriendo indicar que la presencia de este personaje, romero del hambre, es indeseable y será muy mal vista”.
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En Yataity (Guairá) se realiza la actividad que llaman “Karai Octubre Ñemondýi”, que coincide con una feria de muestras de ao po’i, lo que ayuda a los artesanos a ofrecer sus productos y obtener ingresos en una etapa difícil del año. Obviamente, va acompañado de la gran comilona de jopara.
En la compañía Monte Alto, de Atyrá, para ahuyentar al andrajoso personaje los pobladores siempre echan mano al ingenio para sobresalir con la celebración. Por ejemplo, además del jopara, llegaron a preparar, en 2002, el chicharõ trensado más largo del mundo intentando ingresar al Guinnes. Al año siguiente, idearon un mbeju de 1,20 metros de diámetro como parte del karu guasu.
En 2012, el mismo entonces presidente Federico Franco participó del ritual del 1º en San Lorenzo, donde “cintareó” para expulsar a Karai Octubre con el grito de ¡Sígapy!, ¡fuera!.
Actividades agrícolas
Al buscar una explicación al origen de la tradición, Mauricio Cardozo Ocampo detalla que esta práctica en nuestro folclore no fue producto de algún capricho o del azar. En la campaña el mes de octubre se relaciona con mucha quietud en cuanto a actividades agrícolas. “Terminadas las cosechas de la temporada, agotados los productos de la tierra, este mes de octubre era de necesidad, escasez y frugalidad”.
De ahí la carencia hizo que el campesino imaginara al legendario arribeño que surgía de la “mudez de los campos” y que recorría las casas para anunciar una época de penurias. Esto se transmitió de generación a generación. De ahí saltó al folclore donde se ha arraigado y se ha extendido en todo el país.
Los apelativos citados por el folclorista hacia el personaje son de lo más deleznable: “Vacuo, malquerido, sin residencia fija ni ocupación honesta, corpulento, amenazante y silencioso, hosco, truhán, agorero y glotón”.
Añade Cardozo Ocampo que “a su paso o al escuchar su nombre la gente se persigna, los perros ladran y en el ámbito campesino parece diluirse un gris sopor que calcina la tierra dormida de los campos”.
Ya no es época de temor
Pero lo que antiguamente era de temer ahora se ha convertido en un folclórico personaje inocuo y en una celebración de la abundancia con tanto banquete que se multiplica por doquier.
Muchas familias comparten una mesa con olladas de jopara como lo harán hoy en el Mercado 4.
En los años 80 del siglo pasado ya se decía que Karai Octubre andaba “desaparecido”, pues la producción se ha extendido y la cosecha de varios renglones agropecuarios también.
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“Ya no estamos en aquellos lejanos tiempos en que setiembre y octubre eran considerados como meses desagradables para el agricultor. Hasta la década del cincuenta todavía teníamos una agricultura incipiente. La llegada de Karai Octubre hacía brotar un temor profundo en los campesinos porque él sintetizaba la sequía, las plantaciones dañadas, las langostas y el hambre. Esta leyenda ha desaparecido de nuestras campiñas”, decía en 1980 el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Graciano Antúnez Vergara (ABC, 20 de septiembre de 1980).
Y bueno Karai Octubre ha quedado para el folclore con aquel ñe’ênga “Karai Octubre mboriahu ruvicha” y su presencia hoy día ya no es una amenaza, sino motivo para celebrar la abundancia con un karu guasu.
El mismo Cardozo Ocampo vaticinaba que la frase Cháke Karai Octubre iba camino a ser suplantada en el futuro por Eju, eguãhê Karai Octubre.
Día Nacional del Jopara en Mercado 4
Es una tradición familiar para nosotros la del Día Nacional del Jopara, dice Javier Torres, propietario del conocido Tereré Literario del Mercado 4. El promotor cultural explica que esto empezó en el Paseo de los Yuyos hace años y este ya es el quinto año que lo celebran en el lugar.
Cuenta que gracias a varias donaciones de insumos, el 1 de octubre preparan con mucho cariño el famoso jopara y lo reparten gratuitamente a todos los compañeros del mercado que se acerquen a compartir.
Y cada año va aumentando la gente que participa en el almuerzo, dice, y explica que especialmente acuden compañeros que trabajan dentro del mercado, otros clientes y amigos que comparten con ellos ese día. Para este año esperan servir 500 platos.
“Esta tradición nosotros traemos de la campaña. Somos del Chaco y en octubre es un poco más difícil todo y siempre juntamos el poroto, el maíz, en botellas y esto se guarda justamente para que no falte en todo el mes de octubre”, comenta.
Javier manifiesta que en su familia continúan con la tradición del jopara para no perder la esencia.
Poroto, locro, verduras y carne están listos desde las 10 de la mañana para ser convidados con quienes se acerquen. Afirma que con el tiempo también se fue innovando el plato y algunos le ponen verdeo, limón. “Y mucha gente pasa por nuestro local. Y, además, por nuestra iniciativa también se logró que se declare patrimonio inmaterial”, dice.
Entre los tips para que salga sabroso recomienda dejar las legumbres en remojo desde un día antes y tapar con una tela. Esta es una preparación culinaria muy económica, y el puchero es opcional, comenta. Cocinan por aproximadamente tres horas y luego de eso ya está listo para ser degustado, acompañado de un rico jugo natural, agrega.
Con este plato se ahuyentan todas las miserias, enfatiza, y añade que también se trata de una buena excusa para juntar a toda la familia. No importa si hace frío o calor, el jopara se disfruta igual, ya que no lleva mucho caldo, sugiere.
También comenta que en la celebración no falta una divertida performance de un Karai Octubre que está presente para agregar aun más folclore a la jornada.
Ancestral receta
Raquel Livieres de Artecona, en La Cocinera Paraguaya (La Colmena S.A., 1931) rescata ancestrales recetas, entre ellas el Yopará, y explica la preparación: “Se echa en agua fría medio kilo de poroto seco y medio kilo de locro con carne picada. Se fríen cebollas en grasa de vaca y se le echa todo al locro que se revolverá a menudo. Sasónelo con sal, cuando esté todo cocido y espeso el caldo lo retirará del fuego”.
Manos a la obra con los mejores chefs
La prestigiosa chef paraguaya Sarita Garofalo comparte su receta de jopara. “Saborear el jopara cada primero de octubre es una costumbre muy arraigada en nuestro país, especialmente en el interior y se remonta a las misiones. En ese tiempo los sacerdotes españoles en su misión educativa y evangelizadora utilizaban ciertos métodos de enseñanzas para que nuestros ancestros adquieran el difícil y muy contrario a su cultura método de almacenar y ahorrar los alimentos perecederos”, explica.
Agrega que, en la actualidad, el jopara representa una hermosa oportunidad de compartir este plato que nos recuerda al Karai Octubre, a quien le pedimos que rompa el conjuro de ese mal y nos dé muy buena cosecha y abundancia. En la casa de la famosa cocinera no falta este plato cada 1 de octubre y lleva algunos pasos esenciales que explica a continuación. Aclara que los ingredientes básicos son el poroto y maíz en dos partes iguales, y según se vayan agregando ingredientes van recibiendo también nombres diferentes: con picante, jopara so’o, jopara kesu, jopara cecina, etc. Tome nota de esta receta y disfrute de un potente plato tradicional y disfrútelo en familia o con los vecinos.
Jopara
Ingredientes:
50 g de grasa de cerdo Fondo o agua c/ n
200 g de poroto 200 g de locro
400 g de carne vieja 100 g de alubias
Sal, ají y pimienta 500 g de zapallo
1 zanahoria 1 cebolla
2 dientes de ajo 1 locote
2 hojas de laurel Orégano
250 g de tomates 250 g de queso Paraguay
300 c.c. de leche Fideos cortos
Cilantro c/ n
Preparación
1. Poner en remojo el locro y los porotos, luego hervirlos hasta que estén bien tiernos. Aparte preparar un sofrito con las verduras, condimentos citados y la carne vieja (cecina) hervida y cortada en pequeños trozos, igual que el zapallo y las zanahorias.
2. Condimentar muy bien esta preparación, agregar el caldo del locro y los porotos.
3. Hervir un tiempo más agregando la leche, luego el fideo, rectificar la sazón. Apagar el fuego y agregar el queso Paraguay desmenuzado y kuratû a gusto.