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Wolfgang Krauch toma al dibujo como herramienta de trabajo. Expuso en Fábrica Galería/Club de Arte sus obras recientes, dibujos a lápiz, carboncillo y otros a tinta. Lo caracteriza una paciencia envidiable para configurar esos espacios aregüeños que plasma en estas obras.
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El artista lleva unos años fuera de Asunción y, lejos del ruido, se propone la inmersión en su nuevo entorno como fuente de inspiración. En aquellas obras se puede sentir la brisa que acaricia al follaje que crece libre, se puede apreciar el sol que acompaña al día del artista. “La verdadera carga poética radica posiblemente en las escogencias de vida de Wolfgang Krauch que se reflejan en sus dibujos”, comentan desde la galería.
Estas imágenes son “autorreferenciales del autor en diferentes técnicas monocromáticas, además de piezas en mayor formato donde el cuerpo participa como herramienta y medio para materializar el gesto ante la interpretación subjetiva del entorno donde el monte vuelve a ser el protagonista”, en palabras del propio Krauch, quien agrega que “Psoas propone evidenciar la importancia de aquello a lo que sometemos al cuerpo, y sus reacciones ante el paisaje que lo contiene”.
Comenta que hace un tiempo explora las posibilidades de la técnica del dibujo, sobre medios sencillos, como el papel. También incluyó algunas obras más experimentales y gestuales en carboncillo, y hasta impresión de plantas con tinta. El acercamiento desde lo artesanal es algo que considera muy refrescante.
La convivencia con lo ecológico, lo verde, siempre le llamó la atención, y esta exposición es el resultado de una vuelta al estudio profundo de la historia del arte y la utilización de elementos como la cámara obscura, la cámara lúcida y lo utiliza como herramienta para lograr el realismo que se aprecia en su obra. “A nivel gráfico me interesaba incluir el cuerpo humano como punto de referencia para ver el paisaje”, agrega. La disciplina y compromiso que requieren ciertas técnicas se pone en evidencia en su trabajo. Es importante la dedicación al oficio”, concluye.
La muestra contó con expografía de Osvaldo Salerno, quien se encuentra actualmente exponiendo Cédula en blanco en el mismo recinto.
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Instagram: @fabricagaleria @wolfgang_krauch
Poema maraña de Paola Parcerisa
La artista visual y orfebre Paola Parcerisa expuso su nueva colección de joyería de autor en plata de 950 k, y pinturas en técnica mixta, “una muestra que fusiona objetos únicos como un paisaje personal e íntimo que se materializa en metal y lienzo”, comentan desde la Galería Casa Mayor, espacio en el que tuvo lugar la muestra.
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La curadora Silvana Domínguez expresa que “Paola Parcerisa, artista de gran riqueza conceptual, viene explorando hace algunos años la técnica de la cera perdida en la joyería de autor; trabajo antropométrico y de diseño ergonómico minucioso, obsesivo, que se enmaraña con la subjetividad de su libertad creativa, lúdica y del harto disfrute que caracteriza su creación”. Agrega que la artista “desarrolla una caligrafía de maraña –embrollo, javorái, contrariedad– que lo vuelve poema –automático, concreto, orgánico– una voz artística que migra a un territorio estético y poético donde se alivia la carga de toda esa maraña”.
Para Parcerisa, la maraña es un “crecimiento orgánico, desbordado que no tiene control, en el que todos estamos metidos, es un sentir que no intenta aclarar nada ni ordenarlo, que tal vez sea de difícil solución y que conlleva un proceso confuso, enredado y de gran espesura como la vida misma”.
Cuenta que la experimentación para lograr lo que quería en esta nueva técnica en joyería que estaba explorando le llevó aproximadamente un año; lograr que el metal pudiera expresar el entrelazado que ella quería. En la muestra hay aros, anillos, collares, prendedores y más.
Maraña no es algo negativo, se refiere al bosque que crece sin control, a eso que está fuera de nosotros y no podemos controlar, nos rodea y está ahí, dice. Con una experimentación en metal en torno a eso orgánico que describe fue que llegó a configurar las más de cien piezas de joyería que exhibió. Jugó con diferentes estadios de las joyas; así es que hay joyería envejecida u oxidada, algunas están blancas recién salidas del ácido, mostró también joyería opaca, piezas negras, etcétera.
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Las pinturas de la exposición nacieron a raíz de las joyas. Fueron hechas para la muestra y dialogan con la propuesta en metal mediante una línea “descontrolada”.
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Instagram: @paope_orfebre @casa.mayor
El deleite de la imagen por la imagen
Luego de varios años, vuelve a exponer sus fotografías en una muestra individual Pedro Caballero Galoppo. Se trata de una propuesta con un “mensaje ecologista y de contemplación hacia la naturaleza”.
Dice Jesús Ruiz Nestosa: “Cuando el cineasta alemán Werner Herzog se fue al Amazonas para filmar su famosa película Fitzcarraldo (1982) al ver la selva dijo: ‘El día en que Dios la creó, debió haber sido un día en que estaba enojado’. El paisaje de Pedro Caballero es todo lo contrario, es plácido, sereno, sosegado, y es al mismo tiempo fecundo, ubérrimo. La vegetación crece con fuerza desmedida, de manera vigorosa, se entrega a la vista sin retaceos, derrochando su sorprendente opulencia. No es posible permanecer imperturbable ante estas imágenes, sino simplemente abandonarnos a nuestras propias fuerzas y disfrutar íntimamente de ella”.
Constantes viajes al interior del país fueron capturando la mirada del fotógrafo, y fue así que recopiló estos paisajes con total ausencia de figura humana, en los que el campo ejerce la fuerza de un imán para la contemplación quieta del mismo. “Sentía que el paisaje me hablaba; paraba, me bajaba del vehículo para observar y luego de un tiempo volvía con la cámara para tomar la fotografía de ese lugar”, comenta. Agrega que, para él, tienen una fuerza muy intensa, especial, aquellos lugares en los que hay indicio de vida humana, pero que ha sido como “comida” por la naturaleza, como portones por los que trepa la vegetación. “Lastimosamente estos espacios van desapareciendo”, sostiene.
A lo largo de cinco años recorrió estos espacios y logró enlazar un gran volumen de fotografías. La muestra incluye solo 20 de estas obras a color, y están impresas en gran formato. Se puede visitar en la Galería Verónica Torres Colección de Arte del Shopping Mariscal.
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Instagram: @veronicatorresarte