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Aunque solemos asociar la luna de miel con algún significado romántico referente a las nupcias, no debemos olvidar que, originalmente, el principal objetivo del matrimonio era la procreación. La expresión deriva de las costumbres nórdicas y de los teutones del siglo XVI que se fue expandiendo. Además, la miel es un alimento que desde siempre se creía que tenía propiedades vigorizantes y afrodisíacas. Incluso, hasta hoy. Asimismo, en casi todas las culturas las bodas se celebraban durante la luna llena para fomentar la fertilidad. Desde inicio de la ceremonia, era costumbre que los novios tomaran una bebida con miel como ingrediente principal, ya fuese mezclada con vino (vino de miel) o fermentada (hidromiel, mezcla de miel y agua fermentada). Según la tradición, la pareja debía beber hidromiel todas las noches, antes de tener relaciones sexuales, hasta la llegada de la nueva luna llena para así aumentar las posibilidades de concebir y que fuera un varón. A partir de esta costumbre comenzó a utilizarse la expresión ‘luna de miel’ para hacer referencia a esta dulce tradición nupcial.
Fuentes: dle.rae.es/ / www.muyinteresante.es/ / ecocolmena.org/
