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El proceso de diseño y logística comienza meses antes, cuando se decide la temática de la alfombra de sal y arpillera para la Virgen del Perpetuo Socorro y termina con una gran fiesta mariana que involucra a toda la comunidad de Pedro Juan Caballero, incluyendo a artistas, voluntarios y mecenas católicos y no católicos que se unen para mostrar el rostro más amable de la capital del departamento de Amambay.
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José Quevedo, artista visual y gestor cultural, es un pedrojuanino enamorado de esta tradición y lleva una década trabajando de manera incansable en este gran emprendimiento artístico, religioso y cultural que une a toda la comunidad pedrojuanina sin distinción de credos, partidos políticos o condición económica.
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“La tradición fue iniciada hace como tres décadas por estudiantes del Colegio Parroquial Rosenstiel de Pedro Juan Caballero. Ellos habían visitado una ciudad de Brasil en la festividad de Corpus Christi y vieron cómo la gente hacía alfombras de sal y aserrín teñidos. Fue ahí que encontraron la inspiración y replicaron la idea en nuestra ciudad”, reseña José Quevedo.
La primera alfombra de los años 90 midió 300 metros de largo por un metro de ancho, al año siguiente creció en longitud hasta llegar a lo que es hoy, una colorida alegoría para la Virgen del Perpetuo Socorro de unos 1.300 metros de largo.
Sal y arpillera
Los primeros metros iniciales parten con la alfombra de sal y colores, luego se extiende con una base de arpillera en la que se realizan los apliques con elementos reciclados. “Tratamos de que cueste lo menos posible, reutilizando materiales y que también sea amigable con la naturaleza”, puntualiza Quevedo. Este año, en el proceso artístico también estuvo presente la artista Lucy Yegros y otros entendidos del arte.
“En la actualidad hay una unión entre los alumnos que hacen (la alfombra) con sal y los voluntarios que hacen con elementos reciclados y se preparan como cuatro meses antes cuando se elige una temática, que cambia año a año. Este año fue el tema ecológico”.
Como todo se realiza con base en el voluntariado, se dificulta cuantificar el costo de esta iniciativa.
“Se trata de un llamado artístico cultural y religioso y es abierto a gente de otras religiones. Este año apuntamos a lo ecológico por lo cual el 80% de la alfombra fue realizada con hojas naturales y hojas secas. Para ello, mucha gente disecó las hojas y las flores”, detalla Quevedo.
El objetivo: ser santuario
En cuanto a la participación, Quevedo dice que la masiva concurrencia genera mucha emoción inclusive a las personas no creyentes. Y es también una forma de mostrar que Pedro Juan Caballero tiene sus encantos y cosas buenas; que su gente es unida y que se pueden generar cosas hermosas inspiradas en el arte.
“Hay más de 2.000 personas involucradas en la organización que trabajan desde las seis de la mañana… tenemos muchos alfombristas voluntarios y la participación en la procesión llega a las 15.000 personas”, recalca Quevedo.
Este artista visual revela además que la actividad cobra especial significación este año porque la parroquia de la Virgen del Perpetuo Socorro se encuentra pugnando por llegar a la categoría de santuario. “Ahora mismo dependemos de Concepción y queremos lograr la categoría de santuario para darle más relevancia y protagonismo a nuestra zona”, finaliza Quevedo.
FOTOS: ABC Color/Gilberto Ruiz Díaz/ Gentileza: José Luis De Tone/José Quevedo