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Si bien empezó a bailar de muy pequeña (a los dos años, porque su madre dirigía su propia academia), no fue hasta los 14 años cuando notó que sería bailarina por elección, relata Maia Ayala Dijkhuis.
Comenta que a esa edad su mamá la llevó a un curso a Buenos Aires, Argentina, y fue en ese curso cuando la danza tocó su alma. “Subir al escenario siempre me ha dado una gran satisfacción. El artista escénico se desvive para dar todo de sí en ese momento. Sin duda, los aplausos al terminar una obra me generan una satisfacción enorme y una gran alegría”, cuenta.
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Otros países en los que tomó clases y subió escenarios fueron Suiza, Estados Unidos, Chile y Cuba. Afirma que ha sido para ella un honor trabajar con grandes maestros, tanto paraguayos como del extranjero, y viajar a representar a su país le ha llenado de felicidad.
Su camino dentro de la danza fue de mucho sacrificio y compromiso, lleno de desafíos pero también lleno de encanto, sugiere. Además, agrega que le gustaría seguir en el mundo de la danza, pero desde otro lugar y, quién sabe, quizás bailando de vez en cuando también, pero ya sin tanta exigencia. Igualmente le gustaría incursionar en la fotografía, otra de sus pasiones desde hace unos años.
La despedida de Maia Ayala
Sin dudar contesta que Salomé es su rol favorito por siempre, porque el personaje tiene mucha fuerza, es supersensual, y a ella le encanta interpretar ese tipo de personajes dominantes y de carácter fuerte. Pero para su despedida encarnará a Madame Butterfly, un personaje que “es todo lo contrario, porque la protagonista es un ejemplo de sumisión; me genera un gran desafío profesional y por eso mismo lo tomo con mucho compromiso, porque siempre busqué ser una bailarina dúctil a la hora de interpretar los diferentes papeles que me tocaron”, recalca.
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Conoce a la perfección el papel de Madame Butterfly, de la famosa ópera de Giacomo Puccini en dos actos, pues ya tuvo la oportunidad de presentarlo en otras oportunidades.
La cita será el viernes 26 de mayo, a las 20:00, en el Teatro Municipal de Asunción Ignacio A. Pane. La coreografía es del chileno Jaime Pinto Riveros del Ballet Clásico y Moderno Municipal de Asunción, con dirección de Miguel Bonnin; la producción general está a cargo de la Asociación Amigos del Ballet; el diseño de vestuario, luces y escenografía corresponden a German Droghetti, y la escenografía fue realizada por Tessy Vasconsellos. Esta será su última presentación como bailarina profesional del Ballet Clásico y Moderno Municipal, luego de 29 años desde su primera presentación con dicha compañía.
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Instagram: @maiaay
Facebook: Maia Ayala Dijkhuis