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Con el adiós al fútbol se va la fama, se van los supuestos amigos, se va el reconocimiento, pero –sobre todo– se va el ingreso y, a veces, hasta el sustento familiar. Muchos siguen ligados al deporte, ya sea como entrenadores o gerentes deportivos. Pero, ¿qué hay con quienes no se instruyeron, no se prepararon o, capaz, no sientan la misma pasión por el fútbol fuera de las canchas como sí lo experimentaban estando adentro?
He ahí donde se plantea la importancia de invertir, de ir forjando un camino, construyendo un cimiento que sirva como soporte, no solo económico sino de vida, cuando llegue el fin de la carrera.
Hernesto Caballero, actual futbolista de Libertad, quien también supo jugar en Olimpia, es uno de los ejemplos a tener en cuenta.
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Corría el año 2020, en plena crudeza de la pandemia del covid-19, cuando Hernesto decide fundar la Inmobiliaria Caballero. Tenía encima las preocupaciones propias y entendibles de una inversión muy fuerte con desenlace desconocido cuando es incipiente.
Animarse a dar el paso
“No fue una decisión fácil porque siempre hay un temor propio y del entorno de que no salgan bien las cosas y quedarse sin nada, más todavía por ser un negocio que requiere de mucha inversión y en el fútbol uno no siempre tiene mucha estabilidad. Necesitaba algo rentable y sólido. Leí mucho sobre el tema, me asesoré y entendí que en bienes raíces tenía una linda oportunidad”, relata.
Desde muy joven siempre realizó negocios. “Tal vez inconscientemente siempre fui empresario. Siempre busqué negocios que me puedan generar ingresos. La falta de resto económico, la búsqueda del bienestar y la independencia me hicieron buscar alternativas”.
Gracias a la ayuda de su familia y otra gente de confianza puede conllevar y hacer convivir ambas actividades, pero dándole mayor prioridad al fútbol que, como él mismo afirma, es su principal actividad actualmente. “La inmobiliaria no me demanda tanto tiempo, ya que recibo informes semanales o mensuales de mi gente de confianza, que es la que se encarga de las cosas que yo no puedo por falta de tiempo”, explica.
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Una recomendación suya es no dejarse arrastrar por el consumismo: “El principal consejo que le daría a mis colegas futbolistas sería evitar el consumismo, el gasto innecesario en cosas materiales. Esta carrera es muy corta, el que más tiempo juega tal vez lo haga por 20 años y hay que aprovecharlos al máximo. En una fracción de segundos, en una jugada puede cambiar toda la vida con una lesión. Es importante estar preparados por si momentos difíciles llegan”.
Si bien la Inmobiliaria Caballero ya es una empresa familiar, donde están inmiscuidos tanto los padres como hermanos de Hernesto, su sueño es dejar como un legado a sus hijos, que esta sea una inversión que prevalezca por muchos años y que pueda servir de sustento para sus futuras generaciones.
Otros exitosos fuera de la cancha
Podemos citar otros ejemplos de futbolistas que decidieron invertir en empresas, pensando en la vida después del fútbol, como Santiago Salcedo, quien a temprana edad decidió incursionar en el rubro del combustibles, con la adquisición de estaciones de servicio. Según se sabe, ayudó mucho el buen relacionamiento que tenía con Juan José Zapag, presidente de Cerro Porteño, quien es uno de los empresarios más exitosos del país en ese campo. Posteriormente también abrió un complejo deportivo y una cafetería.
El siempre carismático Nelson “Pipino” Cuevas, máximo goleador de la Albirroja en mundiales, con 3 goles, empezó a trabajar de manera muy activa en la empresa familiar de perforaciones de pozos artesianos.
Néstor Camacho, junto con sus hermanos, llevan adelante una constructora llamada CH Construcciones SRL y, por lo que se ve, les va bastante bien.
En estos tiempos en los que extrañamos ver a Paraguay en los Mundiales, siempre es lindo recordar a Roque Santa Cruz, Nelson Haedo Valdez y Óscar “Tacuara” Cardozo, exseleccionados nacionales y con dilatada carrera en Europa, quienes han invertido en varias empresas, incluso en el viejo continente. Aunque en estos casos, es preciso decir que, salvo un estrepitoso derroche, muy probablemente el dinero que ganaron en el fútbol les alcanzaría para vivir sin apremios económicos el resto de sus vidas, sin la necesidad de invertir siquiera.