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“El Hotel del Lago, un lugar único que sigue irradiando elegancia desde 1888, en el corazón de Paraguay”, escribió el diario ABC de España en 2014. “Hotel del Lago, un viaggio nel tempo”, publicó el Corriere della Sera en Italia en 2015. “El antiguo hotel del lago, amor, locura y muerte” tituló Página 12 de Argentina otro reportaje de 2015, destacando sus aires de castillo feudal y rescatando la historia de Elizabeth Nietzsche y Bernhard Forster, hermana y cuñado del filósofo alemán, fundadores de una colonia de “pura raza aria” en el Paraguay.
Osvaldo Codas, quien hará de nuevo la entrega del hotel a la familia Weiler, detalla la importancia de este sitio desde el punto de vista natural, histórico y cultural, no solo para la ciudad de San Bernardino, sino para el Paraguay.
–¿Qué representa el Hotel del Lago en la vida de San Bernardino?
–El Hotel del Lago representa el mismo origen de la ciudad, ya que fue inaugurado en 1888. Existe gracias a la visión de un gran hombre, quien fue Guillermo Weiler, inmigrante alemán de la guerra grande. Él supo ver que este lugar a orillas del lago Ypacaraí tenía potencial para atraer a las personas. Estamos hablando de un tiempo en que no existía lo que hoy llamamos turismo. Un tiempo donde la gente se trasladaba en carros tirados a caballo, donde venir a San Bernardino implicaba viajar en tren desde Asunción hasta la estación Kendall (antes de Ypacaraí), luego subir a un tranvía tirado por burritos hasta en lago y posteriormente subir a una lancha a vapor para cruzar el lago, hasta el puerto de San Bernardino. Toda una travesía que llevaba 10 horas aproximadamente. Toda esa historia está plasmada en distintos rincones de este patrimonio.
–¿Qué personajes históricos o destacados pasaron por este sitio?
–Podemos citar al escritor y poeta Rafael Barrett, al músico Demetrio Ortiz, a la primera abogada del Paraguay Serafina Dávalos, al músico Agustín Barrios, el Mariscal José Félix Estigarribia, al célebre escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, a la escritora sueca Ida Backman, al celebre Augusto Roa Bastos, al padre Sinforiano Bogarín y al presidente Eligio Ayala entre muchos otros. Muchas de las habitaciones fueron ambientadas con sus recuerdos y a tono con la época.
–¿Cuánto tiempo lleva funcionando desde la última restauración?
–Yo comencé a desarrollar un proyecto de restauración y puesta en valor en el año 2006. Tuvo sus etapas, ya que investigar la historia del lugar y poder darle contenido histórico fue una tarea ardua y muy difícil por la poca información existente. Tuvimos la suerte de contar con la orientación y el trabajo de la museóloga Alejandra Peña, quien desarrolló el contenido histórico. Yo, por mi lado, con mi equipo, trabajamos en la restauración del edificio, sus áreas comunes y habitaciones. Trabajamos en darle una nueva funcionalidad sin alterar la esencia del hotel.
–¿Qué incluyó esa recuperación y puesta en valor?
–Restaurar el edificio fue un gran desafío, ya que no había planos y tuvimos que ir descubriendo las intervenciones constructivas a lo largo de 130 años. Se recuperaron las guardas originales que tuvieron las paredes, se incorporaron elementos necesarios sin afectar la estructura ni el estilo, se restauraron todos los muebles existentes. Ambientamos las habitaciones con diversos objetos de época y cada habitación recibió el nombre de alguna personalidad que aquí se había hospedado. Por ello, dentro de cada cuarto se puede encontrar información sobre los mismos. Esto le dio contenido al hotel y reivindicó la importancia de estas personas en la historia del Paraguay.
–¿Se lo puede considerar un hotel museo de la ciudad?
–El Hotel del Lago puede ser considerado un Hotel Museo debido al trabajo que fue realizado. Hay hoteles en el mundo que son considerados hoteles-boutiques, en este caso al Hotel del Lago lo convertimos en un hotel boutique con énfasis en la historia.
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–Este hotel supo sobrevivir al tiempo. Suponemos que se habrá cerrado y abierto varias veces...
–No contamos con ese dato, pero tuvo etapas buenas y algunas muy malas. Desde que iniciamos este proceso de puesta en valor, a pesar de luchar contra el lago verde e invasión de insectos y la pandemia, nos hemos mantenido con el estándar de calidad que creemos dignifica a un lugar como este.
–¿Cuáles son los rincones más representativos que tiene?
–Tenemos espacios dedicados a Mangoré y otros con 2 vitrinas dedicadas a mostrar objetos que la modernidad los ha ido eliminando, pero que hablan de cómo era la vida en el momento fundacional del hotel. Creo que es destacable el trabajo que se hizo para restituir el parque de casi 6000 m². Hoy lo llamamos Emille Hassler, en homenaje al gran botánico suizo que vivió y frecuentó el hotel. Allí hemos plantado más de 250 especies nativas y muchas de uso medicinal en la cultura guaraní.
–¿Cuáles serían algunos objetos destacados o antigüedades de la colección?
–Podemos destacar el hermoso piano alemán tipo art-case de aproximadamente 1935, de la marca Zeiter & Winkelmann, cuadros cuzqueños, un valioso espejo en madera tallada de Cajamarca de finales del siglo XIX, una bella araña en bronce art deco de origen alemán, un reloj antiguo de origen suizo, platería, porcelana antigua y muchos objetos más.
–¿Los jardines y el entorno también tienen que ver con la historia del hotel?
–Un trabajo muy ponderado fue el haber desarrollado un parque etnobotánico en el hotel. El paisajismo está diseñado con la incorporación de especies nativas y muchas plantas hospederas de mariposas. Sigue el estilo de los jardines ingleses, un poco salvajes y naturales, y en este caso reforzando la idea de nuestros bosques nativos del Paraguay. Aquí debemos destacar la Aristoloquia gigantea, que es una enredadera que trajimos del norte del Paraguay y tiene una flor increíble. Han regresado a vivir en ellos más de 40 especies de aves, una gran variedad de mariposas que incluyen a nuestro Panambi Hovy (del género Morpho), cuya planta hospedera es el banano. Es un parque que tiene música propia…, cigarras a la tarde, ranas y sapos que conforman una orquesta a la noche y las aves que inician con su canto cada día desde las 4 de la mañana. Una naturaleza exuberante y única.