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Desde 1971 los videojuegos son parte del mundo y lo que antes solo era un pasatiempo y producto de diversión, con el tiempo fue creciendo en grandes proporciones hasta llegar a ser parte de la vida profesional.
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Iván Argüello ahora se encuentra en Berlín, Alemania, donde participa de la Liga VTC EMEA 2023. El joven de 22 años está como entrenador asistente del FUT Esports, equipo turco del cual forma parte desde mediados del año pasado.
Es el primer paraguayo que figura en las plantillas de un equipo internacional en participar por segunda ocasión en el certamen de la disciplina, la primera fue en San Pablo, Brasil, con el mismo equipo, en febrero pasado.
El juego Esport Valorant, uno de los juegos shooters (conforman un género que engloba un amplio número de subgéneros que tienen la característica común de permitir controlar un personaje que, por norma general, dispone de un arma, mayoritariamente de fuego, que puede ser disparada a voluntad) más conocidos mundialmente y donde los equipos de ligas internacionales tienen auspiciantes, sponsors y toda una hinchada, es el rostro de otro deporte donde Paraguay no está muy al tanto.
Los inicios y proyectos
Iván nos comenta cómo fueron sus inicios en el rubro: “Siempre fui muy fanático de los videojuegos y poco a poco me fui interesando en la parte competitiva, los aSports. Me gustaba mirar, aprender, y me ilusionaba poder ser parte de eso. Intenté formarme en lo que se me daba bien y con ello obtuve esta oportunidad.
Cualquiera con ambición y esfuerzo puede dedicarse a esto, para mi forma de ver las cosas, solo depende de cuán decidido estés y cuánto estés dispuesto a sacrificar”, afirma.
El joven talentoso se define como una persona muy competitiva: “Me encanta aprender, intentar hasta mejorar lo suficiente como para no cometer los mismos errores. Terminé primer año de Ingeniería en Informática, pero dejé porque me di cuenta de que no era lo mío. Me encanta ver películas, series, animé y muchas veces mato el tiempo con videos de historia o demás, porque es mi segunda pasión”.
Al margen de su vida como deportista, Iván tiene como proyecto algunos emprendimientos en familia: “Mi primo y yo, con unos colegas, estamos comenzando a armar un emprendimiento basado en la Blockchain para normalizar y ayudar a que la gente en nuestro país conozca más al respecto”.
Camino a Alemania
¿Cómo fue que Iván llegó a ese nivel y lo que es competir en Alemania? “Probé en muchos equipos antes, ganando experiencia y conocimiento. Cuando se me dio la oportunidad de probarme en FUT no lo pensé demasiado y di todo lo que tenía, y decidieron trabajar conmigo desde entonces. La idea de estar aquí, en Alemania, siendo parte de las 300 o 400 únicas personas en el mundo que forman parte de esto es demasiado surrealista; un sueño hecho realidad. Con mucho trabajo, pero sueño al fin y al cabo”.
Para quien quiera adentrarse en este mundo no existen recetas mágicas, dice Iván. Cualquiera que sienta esa pasión y tenga la actitud puede hacerlo. “No crean que será fácil. Yo mismo estuve a punto de dejarlo en varias ocasiones. Pero lo importante es seguir con esa pasión y una motivación para vivir con la mirada puesta en la meta”.
En Valorant no hay ningún paraguayo compitiendo a nivel profesional. La única persona que compitió en Paraguay a nivel serio y profesional se llama Ana, con el mote de Anqh, que estuvo compitiendo en el circuito femenino.
“Aparte de ella y yo, no hay personalidades de carácter nacional en Valorant”, asegura confiado en que vayan surgiendo más figuras.
La pionera en los juegos
Ana Burguez es una de las pioneras de Paraguay en viajar para competir con videojuegos y hacer bootcamp digital (campo de entrenamiento). Al igual que Iván, comenta cómo fueron esos primeros pasos dentro del mundo de los juegos electrónicos.
Para Ana no hubo un evento en particular que la haya hecho incursionar en esta disciplina. “Lo que recuerdo es que en algún cumpleaños, uno de mis primos estaba jugando Minecraft y después me acuerdo que ya me vi jugando en una computadora que ni siquiera tenía 512 Mb de RAM, luchando con los zombies a aproximadamente 5 fps.
Jugué por muchos años en esa PC. Mientras, iba ahorrando hasta comprarme la que tengo hoy. Una vez que tenés una computadora mejor, vas explorando otros juegos que necesitan de una mejor PC y así fue como del Minecraft me pasé al Valorant. Minecraft es el juego por el cuál casi todos pasamos, la base del gaming para mi generación”.
Para esta compatriota, competir es una de las cosas más lindas que existen. “El demostrar tu potencial en torneos es totalmente diferente a jugar por jugar partidas casuales o de posicionamiento (rankeds)”.
“En mi caso era casi que se activaba otro yo, era la mejor versión que podía ser. No solo individualmente, también en grupo, ya que en estos juegos lo más importante es la buena sinergia, la confianza y, por sobre todas las cosas, el disfrutar el juego”, se explaya.
Agrega que la experiencia de viajar a otro país desconocido para jugar con tu equipo al lado (bootcamp) es una experiencia totalmente diferente. “Yo creo que si ya en torneo no activabas tu 100%, estar ahí con tus compañeras IRL (en la vida real) celebrando las jugadas, viendo la emoción en sus caras, hace que rindas un 200%. Es una sensación casi inexplicable. Me hacía muy feliz, extraño esos momentos”.
Actualmente Ana está inactiva, pero no cierra la puerta de volver a las competencias que considera su sueño: “Es algo difícil para mí. Es un área del mundo que todavía no es tan bien aceptada y apoyada. Si bien tuve todas las oportunidades, aún así había algún tipo de prejuicio o el famoso ‘no le convence’ a la gente como para que pueda tener futuro estable. Pero realmente sí podes llegar a tener todo”.
Explica que las buenas organizaciones te dan la posibilidad de no perderte ninguna oportunidad para el desarrollo de tu vida. “Mi sueño es que algún día pueda volver a las ‘canchas’, pero por ahora veo que es una lucha para la que no tengo fuerzas para combatir”.
Ana Burguez dice a las mujeres: “¡Anímense! Especialmente en estos tiempos de inclusión e igualdad en el mundo, hay demasiadas oportunidades para las chicas. Creo que en casi todos los juegos están empezando a apoyar más el escenario femenino haciendo torneos, ligas, showmatchs.
Practiquen, demuestren y diviértanse. No tengan miedo de fallar y luchar por lo que les gusta y pronto van a estar viajando para jugar en los torneos más grandes. Estoy segura de que podemos mostrar al mundo lo buenas que podemos llegar a ser, que en los E-SPORTS no hay diferencias, como podría ser en los juegos que necesitan fuerza física (que ahí sí capaz hay una desventaja). Peleen por romper ese esquema, les quiero ver pronto jugando al lado de varones demostrando que somos iguales o mejores”.
De momento, Ana dio un paso al costado en el juego porque, al ser muy competitiva, cuando empieza no para, pero siempre abriga la esperanza de volver a jugar como un pasatiempo, como lo hacía en sus inicios.
“Entonces, en mi tiempo libre, veo series y películas, porque me gustan mucho los idiomas, así que intento aprender o familiarizarme con ellos de esa forma. Por otro lado, quisiera volver a competir en el SpeedCubing (Torneos de resolver el Cubo de Rubik lo más rápido que se pueda), pero veremos más adelante...”.