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Kilómetros y kilómetros de filas de autos y personas rodeaban el paisaje de la usualmente despoblada autopista Silvio Pettirossi a la altura de Ramos Alfaro, zona Confederación. Todos querían tomarse una selfie con y dentro del avionazo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos que formó parte del salón aeronáutico por los 100 años de la Aviación Militar Paraguaya.
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El carguero C-17 Globemaster de US$ 218 millones recibió a cientos de personas que coparon las instalaciones de la I Brigada Aérea en la Base de la FAP en Luque. La exhibición fue una muestra de la cooperación constante entre las Fuerzas Aéreas de Paraguay y EE.UU. dirían a su tiempo tanto el embajador de los Estados Unidos, Marc Ostfield, y el agregado de Defensa de la Embajada, Lance Awbrey, en la calurosa mañana del pasado domingo 5 de marzo.
El enorme carguero pintado de color gris con detalles de la bandera de Norteamérica posa sus grandes ruedas en suelo guaraní al menos ocho veces al año en misión oficial para la Embajada. Sin embargo, esta fue la primera vez que abrió su enorme panza para que los amantes de los aviones y curiosos puedan conocer de primera mano a esta mole de acero que mide un poco más de media cuadra, 53 metros.
La historia de esta máquina en la aviación internacional comenzó el 15 de septiembre del año 1991 en la planta McDonnell Douglas en Long Beach, California; su operatividad como escuadrón fue declarada cuatro años más tarde. Una de las características del C-17 Globemaster III es que se trata del avión de carga más flexible de la fuerza de transporte aéreo.
“Es capaz de realizar una entrega estratégica rápida de tropas y todo tipo de carga a las principales bases de operaciones o directamente a las bases de avanzada en el área de despliegue. Puede realizar misiones tácticas de transporte aéreo y lanzamiento desde el aire y puede transportar camillas y pacientes ambulatorios durante las evacuaciones aeromédicas”, según el boletín informativo oficial.
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En el año 2013 la planta anunciaba que dejaría de fabricar estas aeronaves; pero no fue hasta dos años más tarde que se terminó de ensamblar el último C-17. A febrero del año 2014 la fabricante había entregado un total de 260 C-17 que han sido utilizados por la Fuerza Aérea de EE.UU., además de otros países como India, Emiratos Árabes, Reino Unido, Australia, Kuwait, Canadá, Qatar. Así como a 12 miembros de la OTAN.
Emoción en la ruta de los aviones
En la I Brigada Aérea de Luque todo era una fiesta, el calor que rondaba los 40 grados no importó a la gente que esperó horas para subir a través de la enorme rampa o las escalerillas laterales para conocer al avionazo de cerca y tomarse cientos de fotos que inundarían las redes sociales. Algunos llegaron muy emocionados al lugar, como el señor Roberto Mora, quien cargaba al hombro a su hijo Federico Mora, de cuatro años.
“A él (por el pequeño) siempre le gustaron los aviones. Vivimos en Villa Elisa justo en la ruta de los aviones para el aterrizaje. Siempre los ve volar y corre al patio cuando escucha el estruendo de alguno que va pasando. Él tiene tíos pilotos también”, cuenta emocionado el papá del niño que en sus manos sostiene un avión de juguete. “Yo también soy amante de los aviones”, agrega.
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Mora esperó pacientemente en la fila y luego pudo ingresar a las entrañas del C-17 en que se desplegaban cual sinfonía cables, tubos, asientos, tiras y guías de este avión operado por una tripulación de tres (piloto, copiloto y jefe de carga). Algunos tuvieron la suerte de subir hasta la cabina de mando en la que además de los múltiples botones, portamáscaras y máscaras de oxígeno, también se destacaban las literas para descanso, ya que el avión tiene una autonomía de hasta 12 horas de vuelo. Esta cantidad puede incrementarse cuando se abastece de combustible en pleno vuelo.
Por esa misma rampa trasera, a través de la cual ingresaron los visitantes paraguayos, en tiempos de misión ingresa todo tipo de equipos militares, hasta por ejemplo un tanque de batalla principal M1 Abrams, de 69 toneladas. Así también, ingresan la asistencia humanitaria, vehículos blindados, camiones y remolques.
Además, el piso de carga tiene rodillos que se pueden voltear desde un piso plano para acomodar vehículos con ruedas o con orugas hasta transportadores de rodillos para acomodar carga paletizada. Otro dato curioso es que el C-17 está diseñado para lanzar desde el aire 102 paracaidistas con el equipo que lo acompaña.
Misiones
El C-17 ha sido parte de numerosas misiones de paz y militares, una de las más recordadas recientemente es la de los vuelos de rescate de ciudadanos norteamericanos y afganos de Kabul en 2021. En aquella ocasión, en su bodega fueron rescatadas numerosas personas (alrededor de 700 por vuelo).
Sin embargo, según reportes internacionales, en tan solo uno de los vuelos se evacuó de manera segura a 823 personas de origen afgano, incluidos 183 niños, cifra considerada récord en la historia de este avión de carga. La historia también recordará que en el marco de los vuelos de rescate una mujer dio a luz dentro del C-17 cuando en pleno vuelo hacia Ramstein, Alemania, entró en trabajo de parto. El bebé nació en buenas condiciones y fue asistido una vez en tierra.
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En cuanto a su funcionamiento, el avión carguero militar es propulsado por cuatro motores llamados turbofán. Cada motor tiene una potencia de un poco más de 18.000 kilos (algo así como la fuerza de casi tres elefantes en cada motor) de empuje e incluye también inversores de empuje que dirigen el flujo de aire hacia arriba y hacia adelante para evitar la ingestión de polvo y escombros.
El diseño de la aeronave (ala de gran sustentación, slats y flaps soplados externamente) le permite operar en aeródromos pequeños y austeros. Puede despegar y aterrizar en pistas de hasta 1.064 metros y solo 27,4 metros de ancho. Incluso, en pistas tan estrechas puede girar utilizando un giro en estrella de tres puntos y su capacidad de respaldo.
La capacidad máxima de carga útil del C-17 es de 77.519 kilogramos y su peso bruto máximo al despegue es de 265.352 kilogramos. La flexibilidad y el rendimiento inherentes del C-17 permiten a los Estados Unidos cumplir con sus requisitos de movilidad aérea y apoyo a sus aliados en todo el mundo, incluyendo a nuestro país.