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Los trazos de la artista captan los detalles selectos de las hojas de distintos crotos y muestran toda su belleza y gloria. Sin insectos, flores ni otras especies, los crotones son los protagonistas de los lienzos con todas sus gamas e intrincadas formas.
María Pía De Marco nació en Córdoba, Argentina, y cuenta que su obsesión por la especie retratada en su muestra responde a dos periodos distintos en su vida: el primero, cuando llega al Paraguay y ve estas plantas por todas partes; es una planta que le cautivó por el colorido peculiar que presenta.
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En uno de sus primeros trabajos artísticos en el país ya se dedicó a plasmar crotos con sus hábiles pinceles, pero en un momento lo dejó de lado, cuenta. Fue con la pandemia que tuvo como un momento crítico en el que decidió conscientemente empezar a pintar simplemente por placer, por el solo gusto de pasar tiempo rodeada de materiales de arte, algún modelo que la fascinara y su obra.
“La pausa” se denomina la exposición en Fábrica Galería / Club de Arte que reúne las obras de este segundo periodo de enamoramiento con los crotones, ya que fue en este paréntesis provocado por el aislamiento durante la pandemia del covid-19 que las obras se fueron gestando.
Figurativo y realista, el crotón es analizado con detenimiento. “Para mí, aunque no es una especie nativa del Paraguay, el croto representa al Paraguay, representa al jardín paraguayo”, enfatiza la artista. Crece con exuberancia, no necesita casi cuidado y está en casi todos los hogares, dice la artista sobre su modelo.
Fue, sin embargo, un camino elegido sin ninguna intención, sin el objetivo de decir algo, sino que fue por placer, por el placer de pintar, recalca.
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Son obras en la técnica del acrílico, trabajadas con muchas capas de transparencias y veladuras, como si del trabajo con acuarelas se tratase, con mucha presencia de agua y sin el uso de empastes. Con ello logra distintas opacidades y presta mucha atención al color.
En su proceso de trabajo incluye fotografías que va tomando de los crotos de su casa, residencias de amigos o viveros que visita, hace diferentes selectores de las imágenes hasta encontrar un área que le llamé más la atención, y luego vienen horas de observación y puesta de color en el lienzo. Algunas pinturas le llevaron algunos meses, admite.
Cuenta que esta, si bien no es su primera exposición individual, es la primera que hace en una galería, las anteriores habían sido siempre en centros culturales. En esta ocasión llena un gran espacio con obras de mediano y gran tamaño, lo cual ha sido un desafío. Un gran jardín que enamora a primera vista y puede ser visitado hasta el 20 de marzo.
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Instagram: @fabricagaleria
Galería Fábrica: Sargento Martínez 271, Asunción