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Cuenta doña Beatriz de González Oddone un pasaje ocurrido en la década del 70: “A lo largo de toda su vida, (Hipólito) Sánchez Quell ha conservado intacta esa disposición interna de servicio al hermano. Aunque sabemos que lesionamos su modestia, nos referiremos a un reciente episodio, quizá ya conocido por vosotros, que lo retrata de cuerpo entero. Hace unas semanas, la ciudadanía fue fuertemente sacudida por una patética noticia aparecida en uno de nuestros matutinos: un héroe de la Guerra del Chaco, el hacedor del túnel de Gondra, se veía forzado a vivir en Plaza Italia, por carecer de lecho donde cobijarse... Posiblemente, todos nos condolimos del olvidado veterano, posiblemente a todos nos hirió comprobar, una vez más, cuán grande es la ingratitud humana; pero solo uno, Hipólito Sánchez Quell, fue capaz de protagonizar al Buen Samaritano de la Divina Parábola, acogiendo en su hogar al anciano, con el afecto y el respeto de un auténtico hijo” (ABC del 7 de julio de 1974).
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Juan Bautista Rivarola Matto contaba sobre muchas de las “aventuras juveniles” en Asunción y tal vez se refería a las que él mismo vivió en su época de mitã'i Paraguái, entre ellas las guerrillas con hondita en el Parque Caballero o la rivalidad entre tahachíes y marineros que tenía lugar en la Plaza Italia.
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En la década del 80, como bienvenida a la primavera, Elva Gertrudis Colunga de Fúster recordaba los tiempos de juventud hacía 40 años cuando fue elegida reina de belleza de la estación y mencionaba la costumbre de la gente joven de esa época al entrar la Primavera: “Tanto la Plaza Italia como Constitución eran las zonas donde se juntaban jóvenes que paseaban obsequiando flores y perfumes”.
En los 90 fue el escenario por excelencia de las manifestaciones y reclamos ciudadanos de los más diversos sectores de la sociedad que se concentraban allí para marchar hacia el Congreso Nacional. En más de una ocasión se convirtió en campamento provisorio durante días, semanas y meses, ya sea de indígenas, campesinos, maestros, obreros y hasta de sectores políticos.
En 1959, una concentración estudiantil fue severamente disuelta por la Policía Montada en el lugar.
Plaza Italia: un sitio de larga historia
Ubicada en el barrio La Encarnación, entre las calles Ygatimí, 15 de Agosto, Jejuí y 14 de Mayo, la Plaza Italia cumplió 100 años en el mes de noviembre.
Pedro Gamarra Doldán, vecino de la cercana Loma Tarumá, rescata que la plaza está “ubicada en parte de los terrenos y huerta que pertenecieran a los padres del convento de Santo Domingo” y explica que “al ser disueltas las congregaciones de órdenes religiosas en nuestro país, durante el gobierno del dictador Francia, en 1824, esas tierras pasaron al dominio público”.
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Trazando una línea de tiempo, durante el gobierno de los López (1841 -1870), el entorno comienza a poblarse a través de loteamientos. Esta situación, en parte, se dio luego del reconocimiento del gobierno del reino de Cerdeña (1853) convertido luego en reino de Italia (1861), lo que hizo que llegaran a nuestro país contingentes de inmigrantes de la Península itálica. Al terminar la Guerra contra la Triple Alianza (1870), el número de inmigrantes italianos aumentó grandemente para la tarea de la reconstrucción nacional. La colectividad italiana fue creciendo junto con la de otras nacionalidades.
“Se instalan los inmigrantes en torno a esa plaza, llamada entonces De los Patricios, por ser muchos de ellos agricultores y ser la zona acuosa”, sigue relatando Gamarra Doldán. De hecho, en este sector fangoso nacían un arroyuelo y manantiales que alimentaban las aguas del arroyo Jaén, ubicado más abajo.
En 1922, a pedido de los vecinos de la zona, la plaza pasó a llamarse Italia e inaugurada el 23 de noviembre de ese año. Hay que destacar que las calles cercanas, ubicadas al sur de la Plaza Italia llevan los nombres de ciudades italianas como Sicilia, Roma, Palermo, etcétera, precisamente debido a la gran influencia italiana y la colectividad que prosperó en torno a la plaza y en un sector muy cercano, el barrio General Díaz, también conocido en parte como barrio Palestina, donde confluían pacíficamente las colectividades.
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Tres años después, en 1926 se descubrió una placa conmemorativa en la esquina de la entonces avenida Amambay, actual Ygatimí, y 14 de Mayo, pero lastimosamente se halla hoy desaparecida, producto de las tantas rapiñas.
La banda de policía y sus retretas
La Plaza Italia siempre estuvo poblada de árboles, flores y plantas ornamentales, poseía una bella pérgola que congregaba a las parejas jóvenes, o a los músicos de la Banda de Policía que por las tardecitas, los jueves y domingos, ofrecían retretas con repertorio de primer nivel, con composiciones de maestros italianos o alemanes, finalizando con una alegre polca o galopa paraguaya, recuerda María Teresa Pozzoli, gestora cultural de la Loma Tarumá.
Junto con la Plaza de la Constitución, la Plaza Italia es uno de los escenarios más antiguos de la Banda de Músicos de la Policía que alegra la vida de los asuncenos desde hace más de un siglo y continúa hoy. Por su gran actividad artística siempre ha sido un sitio muy seguro para los niños.
En la década del 70, los “Amigos de la Plaza Italia” y el “Taller Artístico Literario”, creado y dirigido por la profesora Nidia Sanabria de Romero, recientemente fallecida, tuvieron como escenario a la Plaza Italia con el habitual bullicio y colorido de encuentros de niños que se reunían a jugar, aprender y a demostrar sus cualidades artísticas. La Plaza Italia era un lugar muy seguro e ideal para los juegos infantiles.
Sello postal conmemorativo
En homenaje a su rica historia, la Fundación Asunción, presidida por María Teresa Pozzoli de Gamarra, en forma conjunta con la Dirección General de Correos (Dinacopa) realizó hace poco el lanzamiento del matasellos conmemorativo que dio inicio a la circulación del nuevo sello postal.
El Prof. Pedro Gamarra Doldán, director académico y cultural de la fundación, hizo una breve reseña histórica del hecho, anunciando en forma anticipada la edición de un folleto alusivo, que preserve la memoria histórica de esa plaza. La fundación contó con el apoyo de Centro Cultural de la República El Cabildo, con la cooperación de números artísticos a cargo de la soprano Lila Valdés, quien deleitó a los presentes con la interpretación de dos canciones, una en italiano Oh mio babino caro y Recuerdos de Ypacaraí en español.
Apoyaron la emisión la Universidad Iberoamericana (Unive), El Circolo Deportivo Italo-Paraguayo, la Cámara de Comercio Paraguayo-Italiana, la Sociedad Dante Aligieri y la Unione Siciliana, en un encuentro cultural que debe ser imitado en otros sectores de Asunción para rescatar su memoria histórica.
Misceláneas sobre la Plaza Italia
Insólitos hechos tuvieron lugar en la Plaza Italia en los años setenta, según datos rescatados del Archivo de ABC Color.
De película, camioneta por Plaza Italia
“Un hecho que parece sacado de una película de la mafia se registró ayer en la Plaza Italia. De acuerdo con el relato de los azorados vecinos del barrio, una veloz camioneta –presumiblemente con mercaderías de contrabando– perseguida por un automóvil ocupado por policías no encontró mejor forma de eludir la persecución que ascender a la referida plaza, para luego de dar varias vueltas por la misma bajar y continuar su rauda carrera ante la mirada estupefacta de los pesquisas y de todo el vecindario”.
“A la altura de Jejuí y 15 de Agosto, el automóvil se adelantó a la camionetita y le obstaculizó el paso para detenerla. Pero el conductor del vehículo no se amilanó, trepó a la Plaza Italia que a veces se encuentra llena de niños jugando y circuló por la misma hasta descender en 15 de Agosto y Gaspar Rodríguez de Francia (Ygatimí), eludiendo de esa forma la persecución. De más está decir que tanto los ocupantes del automóvil como los vecinos que vieron la increíble escena quedaron lelos ante la audacia del chofer de la camioneta, quien no dudó en subir a la plaza para evitar la persecución. Se presume que los que viajaban en la camioneta hasta ahora se estarán soplando”. (ABC del 13 de septiembre de 1974).
Furiosos vacunos causaron sorpresa y espanto
“A la mediamañana de ayer, varios sectores de la capital fueron sorprendidos por la repentina y furiosa presencia de unos treinta vacunos, originándose arriesgadas y a la vez que pintorescas escenas. El susto, el miedo, sin faltar el sentido del humor, caracterizaron a las personas que protagonizaron, o presenciaron, tan insólito hecho. No eran las vacas mansas que suelen cruzar la calle Estrella o Palma o pastar en la plaza del Congreso o la Plaza Italia. Evidentemente los vacunos de ayer no tuvieron la urbanidad de sus congéneres asuncenos, porque arremetieron no solamente contra las personas, sino contra todo objeto en movimiento, ya sean micros, automóviles, motos, etc.”. (ABC del 16 de mayo de 1972).