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La experiencia es realmente maravillosa. El mirador se encuentra a unos 345 metros de altura, en el piso 100 del edificio The Edge, al oeste de la isla de Manhattan, en el barrio Hudson Yards.
Antes de subir al ascensor, la bienvenida se da en medio de una experiencia multimedia inmersiva sobre el barrio Hudson Yards, que bajo el concepto Nuestras ciudades, nuestro futuro es el primer desarrollo de vecindario LEED Gold que se construirá en la ciudad de Nueva York. De acuerdo al recorrido, Hudson Yards es un prototipo funcional real de cómo las ciudades del futuro pueden funcionar de manera más inteligente y ecológica.
Un maravilloso paseo
Una vez en el ascensor, mientras los números de los pisos van cambiando en segundos, unas imágenes acompañan la subida y una voz en off relata la historia del entorno donde se construyó este nuevo rascacielos, inaugurado en 2020.
Apenas se pestañea, ya se abre la puerta del ascensor para pasar al espacioso lobby, donde se ubican un bar, mesas y sillas, para comenzar a apreciar las magníficas vistas de Nueva York desde lo alto.
Al aire libre, la experiencia cobra otra dimensión con vistas panorámicas de la ciudad, donde podemos ver el río Hudson, el Central Park, parte de Queens, Brooklyn y edificios icónicos de Nueva York.
Pero la gran aventura se palpita con la plataforma transparente, en medio del mirador. Los más valientes caminan sobre ella mirando para abajo, se sientan allí o incluso se acuestan boca abajo para observar así los cientos de edificios que yacen allí.
Los fantásticos recuerdos
Otro desafío para el vértigo es tomarse “la foto” en una de las puntas donde convergen las paredes transparentes del mirador, algo que en segundos nos permite superar –o no– nuestros miedos cuando nos toca el turno de posar.
Las risas y comentarios, en distintos idiomas, de los que están en la fila son otra parte de la diversión de este paseo en el que uno se codea con gente de todas partes del mundo. Los paraguayos, presentes, por supuesto, como Gladys Contrera y Marta Rolón, quienes también se apuntaron a esta gran experiencia.
Los más intrépidos tienen la oportunidad de subir unos metros más para sacarse fotos alucinantes, como si estuvieran flotando sobre Nueva York. Algo realmente impactante es verlos posar, luciendo trajes especiales, atajados con arneses. Debajo de ellos, un numeroso público los mira sorprendido y aplaude esa audacia que tienen.
El mirador The Edge está abierto todos los días y los precios varían a partir de 40 dólares, de acuerdo a los servicios que uno elige. Las entradas se venden en el lobby del edificio, en un puesto electrónico, y también en sitios web.
Sin duda, es una de las actividades que vale la pena hacer mientras se esté en Nueva York.